• Pueblos Indígenas en Estados Unidos

    Pueblos Indígenas en Estados Unidos

El Mundo Indígena 2024: Estados Unidos

Se calcula que la cantidad de personas indígenas en Estados Unidos de América oscila entre 3,1 y 8,7 millones[1] de los cuales alrededor del 20% vive en zonas indígenas norteamericanas o en pueblos nativos de Alaska.

Los pueblos indígenas de Estados Unidos se denominan más comúnmente grupos nativos. El estado con mayor población na­tiva es California, mientras que la localidad con mayor población nativa es la ciudad de Nueva York.

Con algunas excepciones, la condición oficial de indio americano o nativo de Alaska se confiere a los miembros de las tribus reconocidas por el gobierno federal. A fecha de enero de 2023, Estados Unidos tenía reconocidas 574 entidades tribales nativas americanas como tribus indias americanas o nativas de Alaska,[2] y la mayoría posee territorios nacionales reconocidos. Las naciones nativas reconoci­das por el gobierno federal son inherentemente soberanas, pero su soberanía se ve legalmente limitada al ser definidas unilateralmen­te como dependientes del gobierno federal.

Asimismo, el gobierno federal obliga a que se consulte a las tribus en muchas cuestiones, pero tiene autoridad plena sobre las naciones indígenas. Muchas naciones nativas tienen derechos específicos en virtud de tratados y el gobierno federal ha asumido la responsabilidad de los pueblos nativos a través de su tutela, aunque estas responsabilidades a menudo no cuentan con los fondos necesarios. También hay tribus indias americanas reconocidas y no reco­nocidas por los estados, pero no son oficialmente naciones nativas a ojos del gobierno federal.

Si bien los indicadores socioeconómi­cos varían mucho entre las distintas regiones, la tasa de pobreza de quienes se identifican como indios americanos o nativos de Alaska ronda el 18%.

Estados Unidos anunció en 2010 que apoyaría la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indíge­nas (DNUDPI) como guía moral, tras haber votado en su contra en 2007. El país no ha ratificado el Convenio 169 de la OIT.

Aunque los indios americanos nacidos en territorio de Estados Unidos son ciuda­danos estadounidenses, también son ciudadanos de sus propias naciones.


Derechos de propiedad de las tierras

Los indios americanos y los nativos de Alaska pueden ser propietarios de tierras como cualquier otro ciudadano americano en virtud de su condición de ciudadanos de Estados Unidos de América. Sin embargo, como miembros inscritos pertenecientes a naciones nativas (o como gobiernos de estas naciones nativas), la mayoría de sus tierras son propiedades “en fideicomiso”. Esto significa que aunque los individuos o los gobiernos tribales tienen en propiedad la tierra, el gobierno federal posee el título de dichas tierras en fideicomiso. Estas solo se pueden arrendar, vender o intercambiar si está de acuerdo el gobierno federal, se consideran tierras federales a efectos fiscales y son las tierras sobre las que los gobiernos tribales tienen la soberanía más ilimitada. Por otra parte, la soberanía sobre las “tierras en propiedad” (tierras cuyos propietarios – nativos o no nativos – poseen el título de propiedad) es más disputada, aunque los gobiernos tribales poseen derechos específicos sobre tierras en propiedad en las reservas.

Más de 22,5 millones de hectáreas (unos 56 millones de acres) son propiedades en fideicomiso, en su mayoría propiedad de las 347 tribus federalmente reconocidas en los 48 estados continentales. Las 227 tribus de Alaska han luchado durante años por poseer tierras en fideicomiso. En 2023, una parcela de 73 metros cuadrados en Juneau (Alaska) se convirtió en el epicentro de esta lucha al interponer el estado de Alaska una demanda contra la toma de la propiedad en fideicomiso por las tribus Tlingit y Haida. El estado argumenta que la Ley de Resolución de Reclamaciones de Nativos de Alaska de 1971 (Alaska Native Claims Settlement Act, ANCSA) prohíbe las tierras en fideicomiso. Sin embargo, la administración Biden restauró un dictamen (previamente anulado por la administración Trump) que permite al gobierno federal tomar tierras en fideicomiso en Alaska (véanse El Mundo Indígena 2017, 2019).

Por otra parte, algunas tribus carecen totalmente de tierras. Una de ellas, la tribu San Juan Southern Paiute de Arizona fue protagonista en 2023 de un proyecto de ley presentado en el Congreso para ratificar un tratado entre esta tribu y la nación Navajo que les concedería 5.400 acres (2.185 hectáreas) de la reserva Navajo. Si bien las dos naciones acordaron el tratado en marzo del año 2000, Estados Unidos aún no ha materializado su ratificación y, por tanto, el tratado aún no tiene carácter legal[3].

Recuperación de tierras

En 1934, el colectivo de personas nativas de Estados Unidos tenía en propiedad unos 19 millones de hectáreas (47 millones de acres), cifra muy inferior a los más de 55 millones de hectáreas (138 millones de acres) que poseía en 1887. Las tierras indígenas en propiedad han ido en aumento, contribuyendo a este incremento en los últimos años un movimiento denominado “Land Back” (Recuperar la Tierra). Las tribus están comprando tierras que perdieron; así por ejemplo, en Nebraska, durante el transcurso de los últimos cinco años, los Winnebago, los Ponca y los Iowa han adquirido 1.200 hectáreas (3.000 acres) de tierra agrícola. Por lo general, los precios de estas compras son más elevados que la media de la zona y los van realizando gradualmente en pequeños pasos. Otra oportunidad de adquisición son las tierras con servidumbres de conservación (véase El Mundo Indígena 2023). En agosto, California anunció un programa de subvenciones de 100 millones de USD disponibles para que tribus nativas del estado readquirieran tierras que perdieron durante la colonización para destinarlas a proyectos culturales y de conservación. En algunos casos, la tierra se devuelve directamente a las tribus. En febrero, se presentó un proyecto de ley en el Congreso para devolver tierra en Iowa y Nebraska a la tribu Winnebago por parte del Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos. En septiembre, Minnesota dio el Parque Upper Sioux Agency State a la Comunidad Upper Sioux. Durante las últimas dos décadas, las tribus han recuperado unas 170.000 hectáreas (420.000 acres) a través de diversas vías de actuación.

Allí donde las tribus no pueden conseguir la devolución de las tierras, el gobierno federal ha formalizado acuerdos de cooperación de gestión conjunta (véase El Mundo Indígena 2023), oficializándose durante 2023 unos 200. La Universidad de Washington, junto con la organización Native American Rights Fund (Fondo para los Derechos de los Americanos Nativos) y otras organizaciones, ha inaugurado un centro de coordinación para dichos acuerdos[4].

Lugares sagrados

En muchos sitios sucede que los lugares de significativa relevancia cultural se encuentran fuera de las tierras nativas. Aunque en diciembre el gobierno federal ultimó nuevas directrices para proteger dichos lugares[5], los problemas persisten. Por ejemplo, en julio un tribunal federal dictó sentencia a favor de una mina de litio en Nevada a pesar de las objeciones de varias tribus Paiute. La Colonia India Reno-Sparks y la tribu Summer Lake Paiute siguen tratando de conseguir que se reconozca como distrito cultural la zona de Thacker Pass. Mientras tanto, prosigue la construcción de la mina.

La mina de cobre Resolution Copper, que destruiría el sitio sagrado apache de Oak Flat en Arizona (véanse El Mundo Indígena 2021, 2022, 2023), está siendo aún estimada por los tribunales, y en marzo el Servicio Forestal manifestó desconocer cuándo finalizaría la evaluación de impacto ambiental. En abril, los Apache San Carlos apelaron al Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas en busca de apoyo contra la mina.        

Recursos naturales

En enero, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (Environmental Protection Agency, EPA) invocó la Ley de Agua Limpia (Clean Water Act) para vetar la Mina Pebble en Alaska (véanse El Mundo Indígena 2021, 2023). Sin embargo, en julio, el estado de Alaska apeló a la Corte Suprema de Estados Unidos, solicitando que Alaska fuera eximida de la Ley de Agua Limpia y que el dictamen de la EPA fuese revocado. También en Alaska, en marzo, la administración Biden aprobó el proyecto de extracción de petróleo Willow, cuya producción se estima en 600 millones de barriles de petróleo durante los próximos 30 años. Es un legado de la administración Trump, aunque mucho más reducido (véanse El Mundo Indígena 2020, 2021, 2022).

En julio, se eliminó la primera de las cuatro presas hidroeléctricas sobre el río Klamath en Oregón y California. Se trata del mayor proyecto mundial de eliminación de presa y restauración de río efectuado hasta el momento y concebido para restablecer las poblaciones de salmón, entre otros asuntos de índole ambiental (véase El Mundo Indígena 2023). En junio, la tribu Yurok firmó un memorando de acuerdo con CalTrout y la empresa Farmers Ditch para restaurar el hábitat del salmón en el río Scott, un afluente del Klamath, enclave principal del salmón plateado en California. En abril, la Asociación de Presidentes de Consejos Municipales y la Conferencia de Jefes Tanana, que conjuntamente representan a unas 100 aldeas nativas de Alaska, demandaron al Servicio Nacional de Pesca Marina (National Marine Fisheries Service, NMFS), exponiendo en sus alegaciones que el NMFS prioriza la pesca comercial y, por tanto, está poniendo en peligro las poblaciones de peces.

En Wisconsin, un juez federal sentenció en junio que un oleoducto operado por Enbridge – Línea 5 – había invadido tierra de la reserva Bad River Band de la tribu Chippewa del lago Superior. El derecho de paso sobre la reserva Bad River expiró en 2013 pero Enbridge insistía en tener el derecho de operar el oleoducto hasta 2043. El dictamen exige a la empresa cerrar la porción del oleoducto que cruza tierras tribales y pagar a la tribu 5,1 millones de USD. La empresa ha apelado la decisión y también está proponiendo construir un segmento del oleoducto rodeando la reserva, un proyecto contra el que va creciendo la resistencia a permitirlo.

Agua

En junio, la Corte Suprema dictó sentencia contra la nación Navajo que había reivindicado derechos de agua del río Colorado. El acuerdo vigente sobre el agua del río deja secas a las tribus, pues cada gota del río se asigna a siete estados o a México y el caudal del río ha disminuido un 20 % durante las dos últimas décadas. Según la doctrina Winters,[6] las reservas poseen derechos de agua pero la mayoría de la Corte Suprema argumentó que un tratado de 1868 no contenía ninguna “disposición que impusiera la obligación de Estados Unidos de tomar medidas en pro de garantizar el agua a la tribu”[7]. Esto recuerda otro caso concerniente a los Hopi, en el que el gobierno federal también rechazó garantizar el sistema de abastecimiento de agua basándose en acotados argumentos jurídicos (véase El Mundo Indígena 2016). En las partes occidentales áridas de Estados Unidos en particular, el acceso al agua es vital. Aproximadamente un tercio de las personas de la reserva Navajo carecen de agua corriente en sus casas.

Aparte del acceso a agua, el acceso a agua potable es también un asunto problemático. Aunque las tribus reconocidas federalmente en teoría tienen el derecho a establecer normas sobre el agua limpia en paridad con los derechos de los estados, hasta el momento solo 84 tribus de 326 con tierras de reserva han recibido aprobación del programa Tratamiento como Estado (Treatment as State, TAS) y tienen la capacidad de establecer sus propios estándares hídricos dentro de su jurisdicción.

Monumentos nacionales

Una vía con la que cuenta el gobierno federal para tratar de proteger tierras y paisajes y gestionarlos conjuntamente con las tribus es nombrarlos monumentos nacionales. En marzo, el presidente Biden creó el Monumento Nacional Avi Kwa Ame en Nevada y el Monumento Nacional Castner Range en Texas. Avi Kwa Ame es espiritualmente importante para las tribus Paiute, así como también para los Zuni, Havasupai, Hopi, Hualapai, Kumeyaay, Yavapai, Maricopa y otras naciones. Asimismo, Avi Kwa Ame, o Espíritu de la Montaña, fue designado propiedad cultural tribal. La cordillera Castner Range en las montañas Franklin es considerada tierra ancestral por los Comanche y Apache. Esta zona se utilizó como base de entrenamiento del ejército hasta 1966, y su nueva denominación insta al ejército a trabajar con las tribus para abrir la tierra al público. En agosto, se designó Baaj Nwaavjo I’tah Kukveni – Huellas Ancestrales del Monumento Nacional del Gran Cañón, una zona que alberga lugares sagrados para los Havasupai, Hopi, varias tribus Paiute, los Navajo, Zuni y naciones Yavapai-Apache. Su designación también protegerá la zona de la explotación minera de uranio.

Derechos de la naturaleza

En 2023, también se emprendieron nuevas iniciativas para dotar de derechos legales a entidades naturales, generalmente con el impulso de liderazgo indígena. La Great Plains Action Society y la tribu Iowa de Kansas y Nebraska están reclamando que se otorguen derechos al río Mississippi. En Carolina del Norte, se reclama que el río Haw tenga derechos jurídicos. En abril, la ciudad de Seattle sentó jurisprudencia para un caso presentado por la tribu Sauk-Siuattle (véaseEl Mundo Indígena 2023) en representación del salmón y acordó poner en funcionamiento corredores para el paso de los peces en sus presas hidroeléctricas. Aunque algunos estados están aprobando leyes prohibiendo a comunidades o condados la adopción de derechos de leyes ambientales, las tribus podrían forzar esta cuestión porque son soberanas.

 

 

Sebastian Braun es director del Programa de Estudios sobre los Indios Americanos y profesor asociado de antropología en la Universidad Estatal de Iowa. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Este artículo es parte de la 38ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra a un indígena cosechando quinoa en Sunimarka, Perú. Fotografiada por Pablo Lasansky, es la portada del Mundo Indígena 2024 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2024 completo aquí.

 

Notas y referencias

[1] Las estimaciones varían en función de las definiciones. El censo oficial utiliza la autoidentificación. Proporciona cifras mucho menores para los que solamente se identifican como indios americanos o nativos de Alaska, en comparación con los que se identifican como indios americanos o nativos de Alaska y otro grupo de la población. La Oficina de Asuntos Indígenas, el Servicio de Salud Indígena y otras agencias del gobierno federal proporcionan cifras basadas en la inscripción en tribus reconocidas por el gobierno federal y/o basadas en la elegibilidad para recibir sus servicios. Las cifras actuales se basan en estimaciones de 2021: American Community Survey. S0201 Selected Population Profile in the United States (Encuesta sobre la comunidad estadounidense) de la Oficina del Censo de Estados Unidos. https://data.census.gov/table?q=S0201&t=006:009:01A&y=2021&tid=ACSSPP1Y2021.S0201

[2] Departamento del Interior, Oficina de Asuntos Indígenas. “Entidades indias reconocidas por la Oficina de Asuntos Indígenas de Estados Unidos y que tienen derecho a recibir sus servicios”. Registro Federal 88 (8): 2112-2116. 12 de enero de 2023.  https://www.govinfo.gov/content/pkg/FR-2023-01-12/pdf/2023-00504.pdf

[3] 3 H.R. 2461, 118 Congreso, 1ª Sesión. San Juan Southern Paiute Tribal Homelands Act of 2023. 3 H.R. 2461, 118th Congress, 1st Session. San Juan Southern Paiute Tribal Homelands Act of 2023. https://www.congress.gov/bill/118th-congress/house-bill/2461?s=1&r=19

[4] Sovereign-to-Sovereign (S2S) Cooperative Agreements. https://lib.law.uw.edu/cooperative

[5] Best Practices Guide for Federal Agencies Regarding Tribal and Native Hawaiian Sacred Sites. https://www.bia.gov/sites/default/files/media_document/sacred_sites_guide_508_2023-1205.pdf

[6] La doctrina Winters, basada en una decisión de la Corte Suprema de 1908, estipula que al crear las reservas, el gobierno federal también establece implícitamente el derecho de disponer de agua suficiente para cumplir los propósitos y objetivos de las reservas. Aunque este es un derecho federal, el gobierno federal posteriormente concedió el derecho de evaluar las necesidades a los estados, que por tanto también dilucidan los propósitos y objetivos de las reservas. En muchos casos, esto provoca que las reservas tengan derechos de agua en teoría (derechos a “agua seca”) pero no acceso a agua real (“agua mojada”).

[7] Arizona et al. v. Nación Navajo et al. Corte Suprema de Estados Unidos. Nos. 21-1484 y 22-51. 22 de junio de 2023.

Etiquetas: Derechos Territoriales, Integridad cultural, Empresas y derechos humanos , Conservación

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