• Pueblos indígenas en Túnez

    Pueblos indígenas en Túnez

El Mundo Indígena 2024: Túnez

Al igual que en el resto del norte de África, la población indígena de Túnez está compuesta por los amazigh. No existen estadísticas oficiales sobre la cifra que representan en el país, pero las asocia­ciones amazigh estiman que hay alrededor de un millón de hablan­tes de tamazight, lo que equivaldría a un 10 % de la población total. Túnez es el país en el que los amazigh han sufrido la mayor arabi­zación forzada, lo cual explica la baja proporción de hablantes de tamazight. Sin embargo, cada vez hay más tunecinos que, a pesar de no saber hablar tamazight, siguen considerándose amazigh en lugar de árabes.  

Los amazigh están distribuidos por todas las regiones del país, desde Azamor y Sejnane en el norte hasta Tataouine en el sur, pasando por El-Kef, Thala, Siliana, Gafsa, Gabes, Matmata, Tozeur y Yerba. Como en el resto del norte de África, muchos amazigh han abandonado sus montañas y desiertos para buscar trabajo en las ciudades y en el extranjero. Por tanto, hay un gran número de ama­zigh en la capital Túnez. Allí viven en los diferentes barrios de la ciudad, sobre todo en la ciudad vieja (Medina), y trabajan principalmente en la ar­tesanía y el pequeño comercio. La población indígena amazigh se distingue no solamente por su lengua, sino también por su cultura (vestimenta tradicional, música, cocina y religión ibadita practica­da por los amazigh de Yerba).

Desde la “revolución” de 2011, han surgido numerosas aso­ciaciones culturales amazigh con el objetivo de lograr el recono­cimiento y el uso de la lengua y la cultura amazigh. Sin embar­go, el Estado tunecino no reconoce la existencia de la población amazigh. El Parlamento adoptó una nueva Constitución en 2014 que obvia por completo la dimensión amazigh (histórica, cultural y lingüística) del país. La Constitución hace referencia únicamente a las fuentes de “identidad árabe y musulmana” y afirma expresa­mente la pertenencia de Túnez a la “cultura y civilización de la na­ción árabe y musulmana”; en ella se expresa la obligación del Esta­do de trabajar para fortalecer “la unión magrebí como paso previo para lograr la unidad árabe (…)”. El artículo 1 reafirma que “Túnez es un Estado libre, (…), el islam es su religión, el árabe su lengua”, en tanto que el artículo 5 confirma que “la república tunecina forma parte del Magreb árabe”. La nueva Constitución de Túnez, aprobada en julio de 2022, proclama que “Túnez forma parte de la nación islámica” (artículo 5), que “Túnez forma parte de la nación árabe y que el idioma oficial es el árabe” (artículo 6) y que “la República de Túnez forma parte del Gran Magreb Árabe” (artículo 7). El artículo 44 estipula que “el Estado deberá velar por que las generaciones más jóvenes estén arraigadas en su identidad árabe e islámica y su pertenencia nacional. Asimismo, deberá asegurar la consolidación, promoción y generalización de la lengua árabe”. Túnez no hace referencia a su historia indígena amazigh, ni tampoco reconoce la diversidad humana, lingüística y cultural del país.

En el ámbito internacional, Túnez ha ratificado las principales normas internacionales y votó a favor de la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en 2007. No obstante, estos documentos internacionales siguen siendo desconocidos para la gran mayoría de los ciudadanos y profesionales del derecho en el país y no se aplican en los tribunales nacionales.


Este artículo es parte de la 38ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra a un indígena cosechando quinoa en Sunimarka, Perú. Fotografiada por Pablo Lasansky, es la portada del Mundo Indígena 2024 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2024 completo aquí.


Túnez: un país sumido en una crisis e incapaz de cumplir las expectativas de su pueblo

Tras la crisis política de 2020/2021 y la disolución del Parlamento tunecino en 2021 por el nuevo presidente, en enero de 2023 se eligió una nueva “asamblea de representantes del pueblo” siendo la participación electoral de votantes muy baja (11 %)[1]. No hay representantes indígenas en este nuevo Parlamento.

En diciembre de 2023, Túnez celebrará elecciones para consejos locales que posteriormente elegirán “consejos regionales”, que a su vez designarán “consejos de distrito”. Estos últimos constituirán el “Consejo Supremo de Regiones y Distritos” que conformará la segunda cámara del Parlamento, según lo dispuesto en la Constitución de 2022. La participación para esta elección fue menos del 12 %[2]. No existe ninguna estipulación de representación indígena en esta asamblea de las regiones del país.

En medio de una crisis general (institucional, política, económica y social) que persiste desde la “revolución” de 2011, Túnez sigue siendo incapaz de escuchar o cumplir las aspiraciones de su pueblo y, mucho menos, aquellas de la comunidad indígena.

El presidente hace observaciones racistas y reafirma la identidad árabe-islámica de Túnez

En la reunión del Consejo de Seguridad Nacional el 21 de febrero de 2023, el presidente de Túnez, Kais Said, insistió en “la necesidad de poner fin rápidamente a la inmigración” de personas de África subsahariana que, puntualizó, tenía como finalidad “crear un país únicamente africano en Túnez y no uno que sea miembro de la nación árabe e islámica”. En realidad, no solo las personas subsaharianas son objeto de esta descalificación sino toda persona que no se declare árabe y musulmana, incluyendo los amazigh. “Mientras que los amazigh hablen árabe y se declaren practicantes de la fe islámica, son tratados como otras personas tunecinas, pero en cuento quieren expresarse en su propia lengua o poner nombres amazigh a sus hijos, son considerados enemigos, un peligro para la unidad nacional”, manifiesta H.S., miembro de la Asociación Tisuraf para los Derechos Amazigh en Túnez. Y añade: “La Constitución nos ignora, se nos despoja de todo, se nos discrimina, se nos niegan nuestros derechos más básicos. ¿Qué podemos hacer?” De hecho, incluso organizaciones de derechos humanos y antirracistas rara vez mencionan la cuestión amazigh en Túnez.  

Seguimiento de las recomendaciones de las Naciones Unidas

Durante los últimos 20 años, el Gobierno tunecino no ha llevado a cabo ninguna implementación de las recomendaciones realizadas por los órganos de tratados de las Naciones Unidas relativas a los pueblos indígenas. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial en 2009 y el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 2016, junto con el Comité de los Derechos del Niño, todos han recomendado que el Estado reconozca la lengua y la cultura del pueblo indígena amazigh y garantice su protección y promoción. Asimismo, han pedido al Estado que recopile, basándose en la autoidentificación, datos estadísticos desglosados por afiliación étnica y cultural, que tome medidas administrativas y legislativas para asegurar la enseñanza de la lengua amazigh en todos los niveles escolares, que fomente el conocimiento de la historia y la cultura amazigh, y que facilite el normal desarrollo de actividades culturales organizadas por asociaciones culturales amazigh.

En 2022, el proceso del Examen Periódico Universal (EPU) respaldó las recomendaciones de los órganos de tratados, reclamando en particular que los niños amazigh tengan acceso a educación bilingüe que respete su cultura y tradiciones, especialmente incluyendo el tamazigh como un segundo idioma en el colegio, y que se tomen medidas –en cooperación con asociaciones culturales amazigh– para promover e impulsar la concienciación sobre las prácticas culturales amazigh[3]. Hasta la fecha, no se ha actuado para dar cumplimiento a ninguna de estas recomendaciones.

Tenencia de la tierra en Túnez y derechos indígenas

Casi todos los estudios e investigaciones sobre cuestiones relativas a la tierra en Túnez ignoran los derechos a la tierra de los indígenas amazigh del país, como si en este territorio no hubiera existido presencia humana antes de la ocupación extranjera. Y sin embargo, las largas guerras libradas por los reyes amazigh[4], en especial contra el Imperio Romano (siglo III a. C.), claramente demuestran la existencia de una sociedad indígena amazigh en el norte de África, y particularmente en Túnez. Apenas se dispone de información sobre la organización social y política de los indígenas amazigh de Túnez.

A lo largo de la historia de Túnez, su tierra ha estado sujeta a legislación extranjera, obviamente a favor de personas no autóctonas y en detrimento de las personas autóctonas[5].

Hasta el establecimiento del Protectorado Francés en Túnez en 1881, el sistema tunecino de tenencia de la tierra consistía en propiedad privada individual (Melk), tierra colectiva perteneciente a las tribus principalmente indígenas amazigh (Archs), tierra religiosa musulmana (Habous) y tierra del Estado, que había sido previamente tierra colectiva confiscada a las tribus. Como en otros países del norte de África, las tierras colectivas pertenecen a las tribus indígenas que las utilizan, sin ninguna posibilidad de transferirlas o enajenarlas. 

Tan pronto se estableció el Protectorado Francés, se publicó un decreto el 1 de julio de 1885 para “permitir a ciudadanos europeos adquirir fácilmente tierra y participar así en la colonización agrícola del país”[6]. Otros decretos publicados en 1893, 1896, 1898, 1903 y 1905 propiciaron que los colonos poseyeran casi un millón de hectáreas en 1910[7]. Con el decreto de 1935, la administración colonial estableció el control directo del Estado sobre tierras colectivas, despojando a las poblaciones que vivían en estas tierras de su derecho de propiedad. La aplicación de esta legislación también conllevó la creación de instituciones diseñadas para asegurar la durabilidad del nuevo sistema de tenencia de la tierra, tales como el Tribunal de la Propiedad Inmobiliaria, que es la autoridad jurídica competente en cuestiones relacionadas con tierras y bienes inmuebles, el Servicio del Registro de la Propiedad, responsable de registrar y archivar los títulos de propiedad, y la Oficina de Topografía, responsable de demarcar y elaborar los planos de las tierras registradas.

El sistema de tenencia de la tierra de 1885 permaneció vigente hasta 1956 (fecha de la independencia de Túnez) y aún se refleja en el actual sistema de tenencia de la tierra de Túnez. Después de la independencia, el Estado tunecino reclamó la tierra poseída por colonialistas franceses (ley de 12 de mayo de 1964)[8], así como también tierras Habous, pero sigue utilizando el arsenal jurídico colonial francés para proseguir con la expropiación a tribus amazigh y el desmembramiento parcial de tierras colectivas con el fin de privatizarlas y ponerlas a disposición del mercado de transacciones de tierras.

Puesto que Túnez no reconoce a los Amazigh como un pueblo indígena del país, tampoco les reconoce ningunos derechos específicos de ningún tipo. Ningún texto jurídico tunecino hace referencia o reconoce los derechos amazigh a sus tierras colectivas ancestrales. A pesar de los repetidos requerimientos que vienen realizando los órganos de tratados de las Naciones Unidas desde 2003 (CERD/C/62/CO/10), el Gobierno de Túnez nunca ha proporcionado información alguna sobre la composición demográfica del país. Por consiguiente, el Estado simplemente ignora a las personas amazigh del país y les roba sus tierras, territorios y recursos naturales. El Estado ha vendido o adjudicado parte de las tierras amazigh a inversores privados, y continúa explotando él mismo parte de estas tierras. Esto es especialmente cierto en zonas mineras que son explotadas por empresas públicas y privadas bajo los auspicios de la Oficina Nacional de Minas controlada por el Gobierno, sin que se pague ningún beneficio a comunidades indígenas locales. En Túnez, las políticas de tierras siempre se han diseñado y aplicado sin realizar ninguna consulta a las comunidades indígenas, e incluso en su perjuicio.

Por todo ello, los amazigh se encuentran en el segmento de población más pobre del país, lo que ha provocado su éxodo a ciudades tunecinas, donde malviven realizando los trabajos peor pagados y están perdiendo su lengua y cultura. Además, su dislocación de la propiedad colectiva de las tierras y la privatización de estas han provocado un deterioro de valores, como la ayuda mutua y la solidaridad comunitaria, así como también la pérdida de conocimientos y prácticas tradicionales de desarrollo sostenible.

 

 

Belkacem Lounes es doctor en Ciencias Económicas, profesor universitario (Universidad de Grenoble) y miembro experto del Grupo de Trabajo sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. También, es autor de numerosos informes y artículos sobre los derechos de los amazigh.

 

Este artículo es parte de la 38ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra a un indígena cosechando quinoa en Sunimarka, Perú. Fotografiada por Pablo Lasansky, es la portada del Mundo Indígena 2024 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2024 completo aquí.

 

Notas y referencias

[1] Dahmani, F. “Législatives tunisiennes, nouvelle abstention record”. Jeune Afrique, 30 de enero de 2023. https://www.jeuneafrique.com/1413289/politique/legislatives-tunisiennes-nouvelle-abstention-record

[2] Jelassi, K. “Résultats du 1er tour des élections des conseils locaux”. La Presse, 28 de diciembre de 2023. https://www.lapresse.tn/176260/resultats-du-1er-tour-des-elections-des-conseils-locaux

[3] Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 7-18/11/2022: https://www.ohchr.org/en/hr-bodies/upr/tn-index;   también el informe presentado al Examen Periódico Universal por la ONG Minority Rights Group, sobre discriminación contra minorías y otros grupos marginados en Túnez, noviembre de 2022. https://minorityrights.org/app/uploads/2024/01/upr-tunisia-factsheet-en-mrg.pdf

[4] Kozlowski, N. “Quand les royaumes berbères disputaient à Rome le contrôle de la Méditerranée”. Jeune Afrique, 17 de febrero de 2023. https://www.jeuneafrique.com/1418625/culture/serie-quand-les-royaumes-berberes-disputaient-a-rome-le-controle-de-la-mediterranee/

[5] Abdallah Ben Saad, Ali Abaab, Alain Bourbouze, Mohammed Elloumi, Anne-Marie Jouve, Mongi Sghaier. “La privatisation des terres collectives dans les régions arides tunisiennes, study conducted within the research component of the project: ‘Appui à l’élaboration des politiques foncières’”. Marzo de 2010. https://www.foncier-developpement.fr/wp-content/uploads/tunisie-foncier-FR.pdf

[6] Elloumi, M. “Les terres domaniales en Tunisie”. Etudes rurales, 2013. https://doi.org/10.4000/etudesrurales.9888 

[7] Ibid.

[8] Ley nro.  64-5 de 12/05/1964 sobre propiedad agrícola en Túnez. https://faolex.fao.org/docs/pdf/tun23984.pdf

Etiquetas: Derechos Territoriales, Derechos Humanos, Integridad cultural, Procesos internacionales

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