El Mundo Indígena 2024: Tanzania
Se estima que Tanzania tiene entre 125 y 130 grupos étnicos que corresponden principalmente a las cuatro categorías de bantúes, cusitas, nilo-hamitas y san. Aunque puede haber más grupos étnicos que se identifican a sí mismos como pueblos indígenas, cuatro se han estado organizando a sí mismos y sus luchas en torno al concepto y al movimiento de los pueblos indígenas. Estos son los cazadores-recolectores akie y hadzabe, y los pastores barabaig y los masái. Aunque es difícil llegar a cifras exactas, ya que los grupos étnicos no están incluidos en el censo de población, las estimaciones[1] sitúan a los masái de Tanzania en unos 430.000, al grupo datoga al que pertenecen los barabaig en 87.978, a los hadzabe en 1.000[2] y a los akie en 5.268.
Si bien los medios de vida de estos grupos son diversos, todos comparten un fuerte apego a la tierra, identidades específicas, vulnerabilidad y marginación. Asimismo, experimentan problemas similares en relación con la inseguridad de la tenencia de la tierra, la pobreza y la representación política inadecuada.
Tanzania votó a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en 2007, pero no reconoce la existencia de ningún pueblo indígena en el país y no cuenta con una política o legislación nacional específica sobre los pueblos indígenas. Por el contrario, se están desarrollando continuamente una serie de políticas, estrategias y programas que no reflejan los intereses de estos pueblos en lo que respecta al acceso a la tierra y los recursos naturales, los servicios sociales básicos y la justicia, lo que da lugar a un entorno político cada vez más deteriorado y hostil tanto para los pastores como para los cazadores-recolectores.
Observación general sobre 2023
El año 2023 representó un gran desafío para los pueblos indígenas de Tanzania. En diversas regiones, se observó que fueron desplazados por todo el país desde aldeas contiguas a las Áreas Protegidas (AP)[3] con el solo propósito de beneficiar la inversión y el turismo. Los pueblos indígenas que viven en lugares que limitan con el Serengeti, el área de conservación de Ngorongoro (NCA), Manyara, Tarangire, Arusha, Kilimanjaro, Mkomazi, Ruaha, Mikumi, Nyerere (Selous), Mkungunero, Maswa, o Burito-Chato se han visto afectados por varios métodos de acaparamiento de tierras, los cuales incluyen la expansión de las fronteras de las AP y la invasión de comercios y empresas de turismo. Todo esto viene acompañado, también, de violaciones a los derechos humanos que fueron relatadas en los medios de comunicación. Además, los pueblos indígenas han sido testigos y han experimentado la anexión de su tierra sin contar con su consentimiento libre, previo e informado (CLPI). Esto, en algunos casos, trajo como consecuencia el uso de violencia y la pérdida de vidas.
Expansión de la Reserva Forestal Loosimingor
Monduli es un distrito masái que cuenta con una población total de 227.585, de los cuales 204.827 habitantes son masái. El distrito tiene un área de 6.981 km2, que son, en su mayoría, pastizales y tierras cultivables. Monduli está formado en gran medida por tierras forestales y de pastoreo, y cuenta con dos reservas principales: Loosimingor y Kaikitet. Ambas son utilizadas por los masái como áreas de pastoreo durante la estación seca y existe una abundante población de fauna silvestre. Sin embargo, los bosques también se ven afectados debido a los mercados de carbono en beneficio del Gobierno central, quien, al mismo tiempo, niega a los pastores indígenas el acceso a los recursos de pastoreo que este lugar proporciona durante la estación seca.
Se estableció en 1954, se publicó en el Boletín del Gobierno nro. 187 (GN187) y se extendía a lo largo de 4.649 hectáreas. Esta área se convirtió, posteriormente, en un Bosque Natural (NF) en los años 2021/2022. La publicación y la recategorización del área forestal fueron llevadas a cabo sin el CLPI de los pastores indígenas, aun cuando el resultado fue negarles el acceso a la tierra donde llevan a cabo su actividad tradicional.
El Servicio Forestal de Tanzania (TFS) afirma que cuenta con 6.070 hectáreas de área de pastoreo, lo cual implica un importante incremento de la cifra original: 4.649. Esto significa que han ocupado 1.421 hectáreas de tierra ancestral perteneciente a los pastores indígenas. El Bosque Natural de Loosimingor tiene un valor de conservación excepcional, ya que incluye una rica biodiversidad de flora y fauna en peligro de extinción. No obstante, el Gobierno permite la caza comercial y la instalación de colectores de agua para satisfacer las ambiciones turísticas y los planes para el mercado de carbono, los cuales, paradójicamente, no son tan efectivos ni tan sustentables como los métodos de conservación seguidos por los pastores tradicionales.
Desde el 2023, la hostilidad entre los pastores indígenas masái y los funcionarios del TFS se ha dejado ver. Esto llevó a enfrentamientos físicos entre las fuerzas paramilitares del TFS y los pastores indígenas a quienes se les había negado el acceso a los recursos forestales que solían aprovechar y conservar de manera sustentable. En consecuencia, el conflicto terminó con la pérdida de la propiedad y de la vida de muchos de los pastores, lo cual afectó 10 aldeas que rodean LFR: Loosimingor, Makuyuni, Esilale, Baraka, Mungere, Selela, Mbaashi, Losirwa, Makuyuni y Lepurko.
Además, las comunidades indígenas Masái tienen negado el acceso a sus sitios sagrados de adoración, los Oreteti. Estas restricciones producen consecuencias negativas respecto de sus recursos espirituales, ambiental y naturales. No se respeta su cultura, sus costumbres o su libertad de culto.
El líder espiritual tradicional indígena masái Olaibon-Loongidong’I, por ejemplo, vio negado su acceso a las plantas medicinales del bosque como resultado de las imposiciones del TFS. Además de ser utilizado por líderes tradicionales, los individuos y las familias también utilizan los recursos del bosque como fuente de abastecimiento de medicina y hierbas, así como para el tratamiento de diferentes dolencias tanto para humanos como para el ganado. Ahora que es un área inaccesible, el pueblo indígena Monduli no tiene la posibilidad de obtener productos y servicios asequibles para el cuidado de la salud que puedan conseguirse en los bosques, de los cuales han dependido y los que han protegido durante generaciones. Se sabe que la razón por la cual se recategorizó la tierra comunal y se la pasó a denominar Bosque Natural fue influenciada por diversos factores como la inversión para las actividades turísticas (bloques de caza, sitios y alojamientos en tiendas de campaña, conservación climática). Esto incluye financiación de Global Environmental Facility (GEF) por más de USD 28 millones (aproximadamente 26 millones EUR), los cuales han sido otorgados al Gobierno de Tanzania con el propósito de conservar estas reservas naturales para la inversión en el mercado del carbono.
Área de control de caza de Longido
Longido, otro distrito masái, cuenta con una población pastoril de 158.324 integrantes en una extensión de 8.064 km2. El Área de Control de Caza de Longido cubre un 95 % de la totalidad. Existen procesos en funcionamiento que buscan recategorizar a todo el distrito para convertirlo en un Reserva de Caza, lo cual haría que se aplicaran restricciones aún más estrictas a un modo de vida pastoril ya restringido. Longido tiene una densidad de población de 21,82 personas por km2, lo que significa que esta escasa población es cada vez más vulnerable a las normas más estrictas de las áreas protegidas que cubren más del 85 % de la tierra que se reserva para el pastoreo en las estaciones húmedas y secas. A los pastores indígenas masái les preocupa el posible acaparamiento de la tierra y la creciente presión que tienen de participar en el mercado de carbono, una medida que podría sumar mayores restricciones al pastoreo.
Distrito de Simanjiro
Uno de los más grandes distritos pastoriles de la comunidad indígena Masái es Simanjiro, que se extiende a lo largo de 19.816 km2 y que tiene una población de 291.169, de los cuales 262.053 son pastores masái. Esta región enfrenta desafíos asociados con las AP, incluidos el Parque Nacional Tarangire (TNP) y la Reserva de Caza Mkungunero (MGR).
En la actualidad, se están llevando a cabo desalojos en la aldea Kimotorok que limita con el TNP. El 14 de diciembre de 2023, el TNP emitió una notificación con un preaviso de 21 días para que los residentes de Kimotorok desocuparan sus hogares, ubicados en una aldea establecida legítimamente, porque habían estado viviendo en el parque. El encabezado del comunicado expresaba que la aldea se encontraba dentro del parque. Al mismo tiempo, la “notificación de desalojo” acusaba a los pastores residentes de haber establecido su hogar de forma contraria a la ley. Una vez finalizado el plazo el 5 de enero de 2024, se hizo uso de la fuerza para remover a aquellos que consideraron que habían ingresado de manera ilegal al parque. Grupos paramilitares de conservación accedieron a la aldea registrada disparando sus armas en contra de la gente. Confiscaron ganado, destruyeron hogares y arrestaron a todo aquel que se resistiera, llevándolos en custodia policial. La aldea buscó asesoramiento legal y pagaron la fianza de aquellos que habían sido arrestados. Además, iniciaron una demanda en defensa de los derechos humanos de los pastores kimotorok, de su derecho a la tierra y a los recursos. La audiencia tendrá lugar el 6 de febrero de 2024 y el Gobierno y sus instituciones están trabajando duro para asegurar que las comunidades abandonen el caso porque saben que, si la justicia aplica el derecho, es decir, la protección legal que provee la Ley de Tierras Aldeanas nro. 5 de 1999, no podrán ganar teniendo en cuenta que sus acciones van en contra de dicha ley que protege a los masái dentro de sus aldeas. El problema es que intentan fomentar que los individuos parte de la demanda abandonen el caso.
El 21 de diciembre de 2023, el Gobierno de la aldea publicó un comunicado de prensa explicando la génesis de los desalojos forzados de los pueblos indígenas durante la década de 1970 para establecer el TNP. El Parque Nacional Tarangire continúa anexando tierra aldeana dentro de su área sin el CLPI de los pastores masái.
Distritos de Same y Mwanga (Kamwanga)
Fuera de las regiones de Arusha (Ilarusa) y Manyara (Emanyatta), los pastores indígenas son minoría. Sin embargo, continúan siendo un único pueblo. Los pastores indígenas masái ocupan aldeas como Mindu Tulieni, Kigoda y Msitu wa Swala, entre otras. Los distritos de Same y Kamwanga sufren los mismos problemas. Peor aún, no se encuentran unificados. El impacto del Parque Nacional Mkomazi (MKONAP) sobre el pastoreo afecta a aquellas aldeas con una población mayormente pastoril, como Pangaro, Emugur, Mbuyuni, Jiungeni, Makayo, Alnyasai, Meserani, Ruvu Muungano, Marwa, Gunge, Gonja Msoroba, Pangaro, Karamba Ndeya, Kiria y Mgagao. Estas aldeas se ven impactadas por el Parque Nacional Mkomazi (MKNP), ya que causa efectos generalizados en la actividad pastoril en los distritos de Same y Mwanga. Por ejemplo, la confiscación y subasta ilegal del ganado de las aldeas vecinas al parque, las multas exorbitantes de hasta TZS 250.000 impuestas sobre los pastores, los sobornos entregados a los guardaparques de hasta 2.000.000 por cada rebaño de ganado que, supuestamente, ingresa de forma ilegal al parque, y el uso excesivo de la fuerza y los asesinatos extrajudiciales de pastores inocentes.
Distrito de Ngorongoro
Durante años han existido conflictos en el distrito de Ngorongoro debido a las tierras y los recursos naturales. La situación es compleja y hay muchas partes interesadas que están involucradas, pero la raíz del problema es clara: las tierras, el turismo y la inversión no necesitan de los indígenas masái.
Divisiones de Loliondo y Sale – Reserva de Caza de Pololet y conflicto de Serengeti
A través de los concejales de aldeas, los pueblos indígenas continúan siendo presionados por sus pares del distrito de Ngorongoro para que aprueben la legislación financiada y propiciada por los alemanes con el propósito de legitimar lo que se ha denominado el Plan Marco de Utilización de la Tierra del Distrito de Ngorongoro 2023-2043. Aunque todos los concejales son miembros del partido gobernante, los concejales masái se niegan a aceptar el plan. Este fue redactado por un equipo de concejales de seguridad y topógrafos a finales de octubre/noviembre de 2022, cuando muchos de los líderes de aldeas se encontraban todavía exiliados en Kenia u ocultos, y cuando los concejales de aldea estaban en prisión preventiva luego de los desalojos violentos de 2022 que fueron tan bien publicitados[4].
Los topógrafos fueron enviados para estudiar nuevamente las aldeas de Loliondo y Sale. Realizaron su labor de manera muy amenazante e instalaron señales, al menos en la aldea de Ololosokwan, para separar zonas exclusivas –fuera de las tierras robadas– para el pastoreo y para el turismo. Luego de que los legítimos líderes de aldea volvieran de su exilio en Kenia, muchas de estas señales fueron removidas por los masái locales.
El 29 de febrero y el 30 de marzo de 2023, se llevaron a cabo reuniones en el Ayuntamiento del distrito de Ngorongoro, en Wasso, con el propósito de presionar a los líderes locales y de que aceptaran el Plan Marco de Utilización de la Tierra del Distrito de Ngorongoro 2023-2043. Los concejales se mantuvieron firmes y el 19 de mayo rechazaron de forma unánime la propuesta, que no sólo trataba de legitimar la Reserva de Caza de Pololet que ya habían tomado, sino que también buscaba extenderla hasta una zona aledaña al lago Natron.
El 10 de septiembre, los concejales votaron respecto del plan una vez más luego de haber recibido una versión en swahili. El Gobierno del distrito esperaba que esto los hiciera cambiar de opinión. No obstante, el plan fue rechazado nuevamente.
El Área de Conservación Ngorongoro
En un aparente intento de continuar promoviendo el turismo de élite y la caza comercial, la Autoridad del Área de Conservación Ngorongoro (NCAA) continuó su narrativa de conservacionismo e insistió que la única manera de proteger el Área de Conservación Ngorongoro (NCA) era desalojando a los pueblos de sus tierras ancestrales y haciendo que los pastores se reacomodaran voluntariamente en Msomera, a más de 500 km de sus tierras. Mientras tanto, el Gobierno ha dejado de proveer servicios sociales y humanitarios y ha negado el acceso a áreas de pastoreo y de recolección de leña a aquellos pueblos que viven dentro de la División Ngorongoro, donde se ubica el NCA.
Aeropuerto Internacional de Kilimanjaro
Existen pruebas que demuestran que varios funcionarios del Gobierno de Arusha y Kilimanjaro ignoraron órdenes judiciales que otorgaban el derecho a la ocupación ininterrumpida a los pastores indígenas que viven en sus tierras tradicionales donde el Aeropuerto Internacional de Kilimanjaro (KIA) está ubicado. El Miembro del Parlamento que representa el distrito de Hai exhortó al Gobierno para que explicara la razón por la cual desaloja al pueblo sin contar con su participación.
El Gobierno compensó a algunos de los pueblos indígenas de las ocho aldeas que fueron forzadas a abandonar sus tierras ancestrales sin el CLPI. La tierra, que se estima que comprende un total de 7.000 hectáreas utilizadas para el pastoreo y el cultivo, ha sido destinada a la expansión del aeropuerto, que actualmente ocupa alrededor de 4.000 hectáreas. La medida afectará a más de 20.000 pastores indígenas masái y a su ganado, es decir, se trata del mismo pueblo que, en un principio, renunció a sus tierras ancestrales en la década de 1970 para construir el actual KIA.
Un equipo de 17 representantes de la comunidad indígena se movilizó para resistir la intención del Gobierno de Tanzania de acaparar sus tierras para el KIA. Tanto la Autoridad de Aviación de Tanzania como las autoridades gubernamentales apoyaron al Gobierno.
Distrito de Kibaha
La aldea Kigoda en el distrito de Kibaha, región de Pwani, es una aldea totalmente pastoril que se extiende a lo largo de 5.000 hectáreas y se compone de 376 hogares y un total de 803 habitantes. Los pastores residentes, que poseen un total de 9.218[5] cabezas de ganado, practican el pastoreo seminómada tanto dentro como fuera de la aldea durante la temporada de cultivo y luego de la época de cosecha.
Sin embargo, la aldea hoy está en crisis al encontrarse en el medio de un área urbana cada vez más grande que pone en riesgo sus tradiciones, las cuales giran en torno a la dignidad individual y al respeto obtenido dentro de la comunidad. Estas también se mejoran con el acceso y la propiedad de ganado, las tierras de pastoreo y otros recursos relacionados.
Se encuentran trabajando duro para proteger su estilo de vida. A pesar de manejar la tierra de manera sostenible, las aldeas agrícolas vecinas están constantemente intentando acaparar sus tierras y recursos.
Como respuesta a varias amenazas, han empezado a implementar un programa mediante el cual ubican los hogares de jóvenes guerreros en la periferia de la aldea para obtener protección. Tienen una valla que marca el límite y han establecido una manera de supervisar a las personas que ingresan al bosque a explotar los recursos forestales de forma no sostenible.
Edward Porokwa es abogado y defensor del Tribunal Superior de Tanzania. En la actualidad es el director ejecutivo del Foro de ONG Indígenas de Pastores (PINGOs Forum), una organización que agrupa a pastores y cazadores-recolectores de Tanzania. Es licenciado en derecho (LLB Hon) por la Universidad de Dar es Salaam y tiene una maestría en administración de empresas (MBA) de la Escuela de Administración ESAMI/Maastricht. Porokwa tiene 15 años de experiencia de trabajo con organizaciones de pueblos indígenas en las esferas de la promoción de los derechos humanos, el análisis de políticas, temas constitucionales y cambio climático.
Este artículo es parte de la 38ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra a un indígena cosechando quinoa en Sunimarka, Perú. Fotografiada por Pablo Lasansky, es la portada del Mundo Indígena 2024 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2024 completo aquí.
Notas y referencias
[1] La Agencia Nacional de Estadística y la Oficina del Jefe de Estadísticas del Gobierno. 2012 Population and Housing Census: Population Distribution by Administrative Areas. Tanzania, marzo de 2013. https://www.google.co.tz/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjMtN7Xz_PuAhWisXEKHeIMAfgQFjACegQIARAD&url=http%3A%2F%2Ftanzania.countrystat.org%2Ffileadmin%2Fuser_upload%2Fcountrystat_fenix%2Fcongo%2Fdocs%2FCensus%2520General%2520Report-2012PHC.pdf&usg=AOvVaw1E9NTiC9WCMu5kGjMGlnEP
[2] Otras fuentes estiman a los hadzabe entre 1.000 y 1.500 integrantes. Véase, por ejemplo, Madsen, Andrew. The Hadzabe of Tanzania: Land and Human Rights for a Hunter-Gatherer Community. Copenhague: IWGIA, 2000. https://www.iwgia.org/en/resources/publications/305-books/2662-the-hadzabe-of-tanzania-land-and-human-rights-for-a-hunter-gatherer-community.html
[3] Las Áreas Protegidas (AP) incluyen: Áreas de Control de Caza (ACC), Reservas de Caza (RC), Área de Dispersión de Fauna Silvestre (ADFS), Corredores de Fauna Silvestre (CFS), Áreas de Manejo de Fauna Silvestre (AMFS), Parques Nacionales (PN) y Reservas Forestales (RF).
[4] Porokwa, Edward. “Tanzania” en El Mundo Indígena 2023, editado por Dwayne Mamo, págs. 617-622. IWGIA, 2023. 122-131. https://www.iwgia.org/en/tanzania/5063-iw-2023-tanzania.html
[5] Composición del rebaño: ganado bovino, 4.226; cabras, 4.212; ovejas, 780. Inicialmente, subestimaron el valor del mercado ovino, y ahora se han dado cuenta de la importancia de este rebaño. La mayoría de los hogares han comenzado a criar su propio ganado.
Etiquetas: Derechos Territoriales, Derechos Humanos, Conservación