• Pueblos indígenas en Tanzania

    Pueblos indígenas en Tanzania

El Mundo Indígena 2023: Tanzania

Se estima que Tanzania tiene un total de 125 a 130 grupos étnicos que corresponden principalmente a las cuatro categorías de bantúes, cusitas, nilo-hamitas y san. Aunque puede haber más grupos étnicos que se identifican a sí mismos como pueblos indígenas, cuatro se han estado organizando a sí mismos y sus luchas en torno al concepto y al movimiento de los pueblos indígenas. Estos son los cazadores-recolectores akie y hadzabe, y los pastores barabaig y los masái.

Aunque es difícil llegar a cifras exactas, ya que los grupos étnicos no están incluidos en el censo de población, las estimaciones de población[1] sitúan a los masái de Tanzania en unos 430.000 habitantes, al grupo datoga al que pertenecen los barabaig en 87.978, a los hadzabe en 1.000[2] y a los akie en 5.268. Si bien los medios de vida de estos grupos son diversos, todos ellos comparten un fuerte apego a la tierra, identidades específicas, vulnerabilidad y marginación. Asimismo, experimentan problemas similares en relación con la inseguridad de la tenencia de la tierra, la  pobreza y la representación política inadecuada.

Tanzania votó a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP) en 2007, pero no reconoce la existencia de ningún pueblo indígena en el país y no existe una política o legislación nacional específica sobre los pueblos indígenas propiamente dicha. Por el contrario, se están desarrollando continuamente una serie de políticas, estrategias y programas que no reflejan los intereses de los pueblos indígenas en lo que respecta al acceso a la tierra y los recursos naturales, los servicios sociales básicos y la justicia, lo que da lugar a un entorno político cada vez más deteriorado y hostil tanto para los pastores como para los cazadores-recolectores.


 

Ampliación de las zonas protegidas

La expansión de las zonas de conservación en Tanzania es una de las principales causas de conflictos, desalojos forzosos y desposesión de tierras de los pueblos indígenas del país. La situación está peor que nunca. Existe un fuerte discurso antipastoralista en el país, y se culpa a los pastores de muchos problemas, como la degradación de la tierra, el declive de la fauna silvestre y la escasez de agua. Los pastores de toda Tanzania están siendo acosados, detenidos y desalojados por la fuerza de sus tierras. Se les imponen fuertes multas por invadir zonas de conservación de la fauna silvestre y se les confisca el ganado. Todo ello conduce a un empobrecimiento masivo y a la inseguridad alimentaria.

 

Los desalojos de Loliondo

La cuestión de Loliondo y Ngorongoro acaparó la atención local e internacional en 2022, especialmente a partir de junio de 2022. El 10 de junio de 2022, el gobierno inició el desalojo forzoso de pastores de 14 aldeas de las divisiones de Loliondo y Sale del distrito de Ngorongoro. En la aldea de Ololosokwan, el gobierno desplegó militares, policías y guardabosques del Ministerio de Recursos Naturales y Turismo. Los aldeanos intentaron resistirse pacíficamente al desalojo. Sin embargo, se produjo un enfrentamiento mortal. Esto condujo a un terrible tiroteo que dejó decenas de masái heridos, entre ellos niños, mujeres y ancianos.

El desalojo forzoso estaba relacionado con una operación de anexión de 1.502 km2 de tierras aldeanas en Loliondo. Esto se hizo mediante la Notificación del Gobierno N.º 421 firmada por el ministro de Recursos Naturales y Turismo para establecer la zona de caza controlada de Pololeti (PGCA) y la Notificación del Gobierno N.º 604 de 2022 firmada por el presidente, por la que la PGCA pase a ser la reserva de caza de Pololeti (PGR). Estos actos contravienen la Constitución de Tanzania de 1977, la Ley de Tierras N.º 4 de 1999, la Ley de Tierras de Aldeas N.º 5 de 1999 y la Ley de Conservación de la Fauna y Flora Silvestres N.º 5 de 2009, entre otras.

Se calcula que unos 500 pastores indígenas masái huyeron de sus hogares luego del 10 de junio. Hasta la fecha, los habitantes de Loliondo viven bajo la amenaza de las fuerzas de seguridad, las cuales siguen deteniendo, interrogando e intimidando arbitrariamente a la población para impedir que exija sus derechos humanos, a la tierra y a los recursos naturales.

En relación con los desalojos de junio de 2022, se cometieron actos de violencia de género por parte de militares y policías que secuestraron a mujeres y niñas en las aldeas de Njoroi y Mairowa y las sometieron a acoso sexual, incluida la violación. Otros miembros de la comunidad, entre ellos hombres y jóvenes varones, fueron humillados al dejarlos abandonados a su suerte totalmente desnudos. Los hombres optaron por dormir lejos de sus hogares por miedo a ser secuestrados, acosados y detenidos.

Un total de 240 granjas fueron demolidas, dejando sin hogar a unas 600 mujeres, niños y niñas, jóvenes y hombres. Era muy difícil denunciar estas situaciones debido a la censura de los medios de comunicación. Se calcula que las fuerzas de seguridad detuvieron a unos 76 jóvenes y confiscaron sus teléfonos inteligentes para asegurarse de que las violaciones de los derechos humanos, a la tierra y a los recursos naturales no llegaran a los medios de comunicación.

La anexión de los 1.502 km2 de terreno con fines de conservación de la fauna silvestre mediante la creación de la reserva de caza de Pololeti negó a 14 pueblos y nueve distritos de las divisiones de Loliondo y Sale, en el distrito de Ngorongoro, el acceso a recursos vitales para el pastoreo: pastos, salinas y agua. Esto creó enormes conflictos por el uso de la tierra entre los pastores indígenas masái y las autoridades de conservación de la fauna silvestre. El ganado que entra en la zona de 1.502 km2 recientemente demarcada y declarada reserva de caza de Pololeti se capturaba y se subastaba sin tener en cuenta que las tierras acaparadas ilegalmente eran pastizales cruciales para los pastores en la estación seca, que tanto necesitan durante las épocas secas del año. Así, el pastoreo en las divisiones de Loliondo y Sale se ha visto limitado debido a la conservación de la fauna silvestre, y algunas aldeas como Arash, Piyaya y Malambo han perdido alrededor del 90 % de sus tierras, incluidas las de pastoreo.

La anexión de los 1.502 km2 de terreno a la reserva de caza de Pololeti ha afectado gravemente a las aldeas de Ololosokwan, Kirtalo, Oloipiri, Lopolun, Maaloni, Piyaya, Arash, Orkuyaine, Enkobereti, Olalaa, Mnuken, Olmanie, Oloirien, Losoitok y Malambo. Todas estas estaban legalmente registradas como tales antes de que se creara la reserva de caza de Pololeti.

La anexión de las tierras de las aldeas en junio de 2022 ha afectado negativamente a los pastores indígenas a quienes han interceptado con su ganado en lo que antes eran sus tierras de pastoreo en las aldeas. Se calcula que más de 11.000 cabezas de ganado han sido capturadas por guardabosques en la recién creada reserva de caza, y que hasta la fecha los pastores se han visto obligados a pagar multas que ascienden a 287.500 USD. Estos actos pueden interpretarse como un intento descarado del gobierno de empobrecer a los pastores indígenas masái de las divisiones de Loliondo y Sale en nombre de la conservación de la fauna salvaje y la caza mayor por diversión.

Los crecientes niveles de pobreza han llevado a más de 70 niños y niñas masái de Loliondo y Sale que estudiaban tanto en Tanzania como en Kenia a abandonar la escuela debido a la incapacidad de sus padres para hacer frente al costo de su educación tras la operación de desalojo.

Un hombre de 70 años, Oriais Oleng’iyo, desapareció sin dejar rastro durante los desalojos. Lo vieron por última vez malherido de bala y retenido por las fuerzas de seguridad. Su atormentada familia sigue buscándolo en vano.

El 15 de junio de 2022, veintisiete pastores indígenas de Loliondo fueron acusados de asesinato y conspiración para asesinar a un agente de policía; tres de ellos fueron liberados posteriormente. En noviembre de 2022, tras seis meses de litigios e intervenciones de la defensa, el director de la Fiscalía no presentó pruebas sobre el caso. El entonces fiscal del Estado, Upendo Shemkole, dijo al tribunal que el Ministerio Público no tenía intención de seguir adelante con el caso, decisión que dio lugar a la puesta en libertad incondicional de los otros 24 pastores acusados por el Tribunal Superior de Tanzania. Se oyeron gritos de júbilo en el recinto del Tribunal Superior cuando se anunció esta noticia.[3]

 

Situación en el área de conservación de Ngorongoro

Está en marcha un programa para desalojar a los pastores indígenas masái de la zona de conservación del Ngorongoro (NCA) hacia las aldeas de Msomera, Lengusero, Saunyi, Kitwai B y Kitwai A, en los distritos de Handeni, Kilindi y Simanjiro, ubicados en las regiones de Tanga y Manyara. Más de 3.000 pastores indígenas masái y barabaig, junto con su ganado, ya han sido reubicados de la zona de conservación a la aldea de Msomera. Esta reubicación ha creado conflictos por el uso de la tierra entre los pastores indígenas masái de Ngorongoro y los residentes de la aldea de Msomera.[4] Además de constituir una violación de los derechos humanos, territoriales y sobre los recursos naturales de los pastores indígenas masái de dicha zona, la reubicación está creando nuevos problemas para los pastores indígenas masái que viven en Msomera, y el Gobierno de Tanzania, el Ministerio de Recursos Naturales y Turismo (MNRT) y la Autoridad del Área de Conservación de Ngorongoro (NCAA) están agravando el problema en lugar de resolverlo.

Para apoyar y acelerar el proceso de desalojo de los pastores indígenas masái de la zona de conservación del Ngorongoro, el gobierno, el Ministerio de Recursos Naturales y Turismo y la Autoridad del Área de Conservación de Ngorongoro, en coordinación con varios otros ministerios, procuran eliminar el acceso de los pastores a los servicios sociales y económicos en la zona de conservación con el fin de hacer que su vida insoportable y así obligar a la gente a marcharse. Asimismo, frustran los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil de hacer incidencia en las comunidades para la defensa legal de sus derechos humanos, a la tierra y a los recursos.[5]

 

Sequía y violaciones de los derechos humanos en torno a las zonas protegidas

Las precipitaciones en la temporada de lluvias 2021-2022 fueron casi inexistentes en gran parte de Tanzania. Animales salvajes, entre ellos manadas de elefantes, invadieron aldeas habitadas predominantemente por indígenas. Los animales salvajes y domésticos compartían los pastizales, lo que, unido a la sequía, provocó el rápido agotamiento de los pastos y el agua en los pueblos.

Las leyes de conservación de la fauna silvestre en Tanzania tienen un tremendo sesgo a favor de la fauna silvestre. Estas leyes incluyen la Ley de Conservación de la Vida Silvestre N.º 5 de 2009, la Ley de Parques Nacionales (Cap. 282 R.E. 2002), la Ley Forestal y la Ley de la Zona de Conservación de Ngorongoro 284. Con excepción del área de conservación de Ngorongoro, el ganado tiene prohibida la entrada en las zonas preservadas de fauna silvestre en Tanzania, y el incumplimiento de estas leyes conlleva castigos severos.

 

Ampliación del parque nacional de Ruaha

En 1964 se creó el parque nacional de Ruaha cuya extensión original era de 6.078 km2. El 24 de julio de 1998 se realizó una ampliación de 4.148 km2 y durante el proceso, varios pueblos fueron desalojados por la fuerza. El 20 de junio de 2006 se incorporó la reserva de caza de Usangu, que amplió el área del parque nacional de Ruaha otros 10.226 km2.

El 15 de diciembre de 2007 se realizó otra ampliación, esta vez a 20.266 km2, la cual sucedió después de que el Parlamento de Tanzania aprobara la anexión ilegal de 10.000 km2 de tierras pertenecientes a 48 pueblos.[6] El gobierno no solicitó el consentimiento libre, previo e informado de estos pueblos.

El 25 de octubre de 2022, en un mitín celebrado en Ubaruku Town, distrito de Mbarali, la ministra de Tierras, Vivienda y Desarrollo de Asentamientos, Angelina Mabula, ordenó a las 48 aldeas que supuestamente habían invadido el parque nacional de Ruaha que se marcharan inmediatamente. La ministra, de forma muy intimidatoria, advirtió a los “intrusos” que debían empezar a abandonar el parque.[7] Todos los pueblos que la ministra acusa de ocupar el parque están, sin excepción, registrados legalmente como entidades corporativas en virtud de la Ley de Gobierno Local N.º 7 (Autoridades de Distrito) de 1982. Este registro otorga al consejo municipal jurisdicción para ejercer competencias dentro de los límites de la zona registrada. Las aldeas también están registradas como tierras aldeanas en virtud de la Ley de Tierras Aldeanas.

Inmediatamente después de la intervención de la ministra Mabula, el viceministro de Ganadería y Pesca, Abdalah Ulega, comunicó al atemorizado público que se reubicaría a los pastores en una zona de unas 44.000 hectáreas del rancho Usangu,[8] donde ya viven otras personas, y cuya extensión es mucho menor que las tierras de la aldea de la que serán desalojados los pastores.

El gobierno defiende la ampliación del parque nacional de Ruaha aludiendo la sequía del gran río Ruaha, el cual es cada vez más estacional, y desde hace décadas el deja de fluir durante varios meses. La situación está empeorando y, en consecuencia, la fauna y la flora del parque nacional de Ruaha y otros lugares están pagando un precio muy alto. Esta crisis también está provocando escasez de energía hidroeléctrica. Los pastores han sido injustamente acusados y gravemente castigados por la sequía del río. En 2006 y 2007, el Estado lanzó a las fuerzas armadas para que desalojaran a los pastores del distrito de Mbarali en relación con este asunto. Y el Estado ha seguido incumpliendo reiteradamente las leyes, la Constitución y los marcos jurídicos internacionales, agrediendo físicamente a los pastores y despojándolos de su ganado.

Los guardabosques aprovechan la oportunidad para enriquecerse con los desalojos (extorsión con “multas” ilegales y confiscación de ganado) y matan impunemente a la gente. Las milicias armadas también participan en estos actos. En saqueos, han sustraído cientos de cabezas de ganado que se encontraban cerca de fuentes de agua, y cuando los pastores intentan recuperar su ganado, los matan o los hieren. El gobierno está utilizando la sequía y la crisis del agua para crear negatividad y odio hacia los pastores, y ahora estos tienen miedo de llevar su ganado a las fuentes de agua.

 

Ampliación del parque nacional de Tarangire

En 1970 se creó el parque nacional de Tarangire tras el desalojo de los pastores masái. Mediante la Notificación del Gobierno N.º 160, la superficie del parque se fijó en 2.600 km2. Posteriormente, el Estado ha ido ampliando arbitrariamente este parque mediante la anexión de tierras pertenecientes a muchos pueblos, y hoy el parque tiene 2.850 km2. Las autoridades quieren seguir ampliando el parque nacional 100 km más hasta las tierras de las aldeas para proteger la fauna salvaje, y los masái (más de 2.000) y su ganado han recibido un preaviso de unos días para marcharse. La gente se niega a desplazarse y hay un gran conflicto, en el que varias personas han resultado detenidas, se les ha disparado y se ha confiscado ganado.

 

Asesinatos impunes de pueblos indígenas

El 5 de julio de 2022, en el distrito de Mwanga, región del Kilimanjaro, guardabosques del parque nacional de Mkomazi dispararon mortalmente contra Ngaitepa Marias Lukumay, de 17 años, lo que generó una condena sin precedentes, especialmente en las redes sociales. La presión se hizo insoportable para TANAPA (Tanzania National Parks), empresa paraestatal que gestiona el parque, al punto de que el 12 de julio de 2022 se vio obligada a pedir disculpas públicamente. No se tomaron medidas contra los sospechosos conocidos. Con demasiada frecuencia, los guardabosques disparan, hieren y matan impunemente a aldeanos. Al parecer, el fallecido intentó impedir que los guardabosques se apoderaran de los animales que estaba pastoreando.

 

El oleoducto de África Oriental y los cazadores-recolectores akie

El Proyecto de Oleoducto de África Oriental (EACOP) transportará el petróleo producido en los yacimientos del lago Alberto (Uganda) hasta el puerto de Tanga (Tanzania). El proyecto promete en su sitio web que: “El oleoducto es subterráneo y, una vez que se hayan restablecido la capa superficial del suelo y la vegetación, las personas y los animales podrán cruzar libremente por cualquier lugar a lo largo de su extensión”.

El oleoducto atravesará tierras de pueblos indígenas como los akie. La comunidad de cazadores-recolectores akie del distrito de Kiteto, en la región de Manyara, siguió colaborando con el proyecto del oleoducto en 2022. Este cruzará por algunos de sus lugares sagrados, y se consultó a la comunidad akie sobre la reasignación de estos lugares. El proyecto EACOP facilitó planes de reasignación, que los miembros de la comunidad akie acogieron con satisfacción y consideraron ideales. El proceso se llevó a cabo mediante un documento de consentimiento libre, previo e informado (CLPI), que también se presentó a las organizaciones de la sociedad civil, a saber, PAICODEO, UCRT y PINGOs Forum para su revisión, y se tradujo para la comunidad akie antes de la firma de un memorando de entendimiento entre los akie y representantes del proyecto. Las organizaciones se sentaron con representantes de los akie y juntos revisaron el documento del CLPI, analizaron el significado de los principios del CLPI y de qué manera esto resulta efectivo para la comunidad.

 

 

Edward Porokwa es abogado y defensor del Tribunal Superior de Tanzania. En la actualidad es el director ejecutivo del Foro de ONG Indígenas de Pastores (PINGOs Forum), una organización que agrupa a pastores y cazadores-recolectores de Tanzania. Es licenciado en derecho (LLB Hon) por la Universidad de Dar es Salaam y tiene una maestría en administración de empresas (MBA) de la Escuela de Administración ESAMI/Maastricht. Tiene 15 años de experiencia de trabajo con organizaciones de pueblos indígenas en las esferas de la promoción de los derechos humanos, el análisis de políticas, temas constitucionales y cambio climático.

 

Este artículo es parte de la 37a edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que los pueblos indígenas han experimentado. La foto de arriba es de una persona indígena en Tanzania. Esta foto fue tomada por Geneviève Rose, y es la portada de El Mundo Indígena 2023 donde aparece este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2023 completo aquí.

 

Notas y referencias

[1] Oficina Nacional de Estadística y Oficina del Responsable Gubernamental de Estadística. 2012 Population and Housing Census: Population Distribution by Administrative Areas (Censo de población y vivienda 2012: distribución de la población por áreas administrativas). Marzo de 2013, https://www.google.co.tz/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjMtN7Xz_PuAhWisXEKHeIMAfgQFjACegQIARAD&url=http://tanzania.countrystat.org/fileadmin/user_upload/countrystat_fenix/congo/docs/Census%20General%20Report-2012PHC.pdf&usg=AOvVaw1E9NTiC9WCMu5kGjMGlnEP

[2] Otras fuentes estiman que la población hadzabe oscila entre las 1.000 y las 1.500 personas. Véase, por ejemplo: Madsen, Andrew. The Hadzabe of Tanzania: Land and Human Rights for a Hunter-Gatherer Community (Los Hadzabe de Tanzania: derechos territoriales y humanos para la comunidad de cazadores-recolectores). Copenhague: IWGIA, 2000

[3] Consulte el artículo de prensa en línea https://youtu.be/sAB4HeJ65aw sobre la liberación de los 24 pastores de Loliondo acusados de asesinato y conspiración para asesinar a un agente de la policía durante los conflictos por los derechos humanos, a la tierra y a los recursos naturales para resistir la anexión de 1.502 km2 de tierra para PGCA y PGR. Consultado el 17 de diciembre de 2022.

[4] Fact Finding Report. Field Research at the Resettlement Site - Msomera Village In Handeni District, Tanzania (Informe de investigación: Investigación de campo en el lugar de reasentamiento, pueblo de Msomera en el distrito de Handeni, Tanzania). Oakland Institute, 2022, https://www.oaklandinstitute.org/sites/oaklandinstitute.org/files/pdfpreview/field_research_msomera_resettlement_site_october_2022.pdf

[5] Traditional Land Use, Seasonal Livestock Movement and Culturally Critical Resources in Ngorongoro, Sale and Loliondo Divisions Report (Informe sobre el uso tradicional de la tierra, movimiento estacional del ganado y recursos culturales críticos en las divisiones de Ngorongoro, Sale y Loliondo). Ministerio de Recursos Naturales y Turismo, 12 de diciembre de 2022.

[6] Ofisi ya Mkuu wa Wilaya ya Mbarali. “Taarifa ya Uhamasishaji na Utambuzi wa Hifadhi ya Taifa ya Ruaha na Vijiji vya Wilaya ya Mbarali Kuanzia Tarehe”. 19 de enero al 13 de febrero de 2017, pp. 1.

7 Jamhuri de Dar Es Salaam, 26 de noviembre de 2022.

[8] YouTube. “Waziri Ulega Kwa Uchungu Akubali Wafugaji Waondoke Bonde La Ihefu ‘Sio Kila Shari Ni Shari Tuondoke’”. Global TV Online, https://www.youtube.com/watch?v=HEq_r8uN9rw

Etiquetas: Gobernanza Global

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