• Pueblos indígenas en Ruanda

    Pueblos indígenas en Ruanda

    La población batwa en Ruanda se estima en 25.000–30.000 personas,1 lo que supone menos del 1% de los aproximadamente 12 millones de habitantes de Ruanda en el año 2018 (Instituto Nacional de Estadísticas de Ruanda). Las leyes posteriores al genocidio impiden la recopilación y divulgación de datos desglosados por etnia, por lo que se desconoce el número exacto de población batwa.

Mundo Indígena 2019: Ruanda

La población batwa en Ruanda se estima en 25.000–30.000 personas,1 lo que supone menos del 1% de los aproximadamente 12 millones de habitantes de Ruanda en el año 2018 (Instituto Nacional de Estadísticas de Ruanda). Las leyes posteriores al genocidio impiden la recopilación y divulgación de datos desglosados por etnia, por lo que se desconoce el número exacto de población batwa.

Aunque se ha constatado un aumento en la atención política hacia los problemas a los que se enfrentan los batwa en Ruanda, continúan estando extremadamente desfavorecidos a nivel social y económico. En Ruanda, a los batwa también se les conoce como: “alfareros”, una ocupación con la que históricamente se les ha asociado; la “población históricamente marginada”, una referencia no étnica a su estatus de segunda clase a lo largo de la historia de Ruanda; abasangwabutaka (habitantes originarios de la tierra); y abasigajwe iynuma n’amateka (los que la historia ha dejado atrás). Fuera de Ruanda, a los batwa se les denomina twa, “pigmeos” (un término peyorativo), habitantes del bosque y (antiguos) cazadores-recolectores.

Los batwa carecen de sólida representación en estructuras gubernamentales y actualmente tienen solo un senador que les representa oficialmente en el Senado nacional. Este cargo es uno de los ocho designados por el presidente para representar a grupos “históricamente marginados”. Las iniciativas en materia de justicia transicional implementadas por el Gobierno de Ruanda tras el genocidio de 1994 han eliminado designaciones étnicas, rechazado el reconocimiento de categorías especiales de la población y penalizado declaraciones o acciones consideradas “divisionistas”, habida cuenta de que en el pasado políticas y retóricas divisorias condujeron al genocidio. Por consiguiente, los batwa no están oficialmente reconocidos como grupo indígena ni se les han otorgado derechos ni protecciones como tal. Ruanda es un Estado Parte de los siguientes mecanismos y entidades: ACHPR, ACRWC, ICESCR, ICCPR, CERD, CEDAW, CRC y otros.

Sin embargo el país no ha ratificado la DNUDPI ni el Convenio 169 de la OIT.2

Los batwa son ampliamente reconocidos como el pueblo indígena o autóctono de la región de los Grandes Lagos de África y sus territorios ancestrales se encuentran en los bosques alrededor del lago Kivu en Ruanda, Uganda, Burundi y la República Democrática del Congo (RDC). Fueron desalojados de los bosques del oeste de Ruanda en sucesivas oleadas propiciadas por iniciativas de desarrollo y fortalecimiento de la conservación de influencia y exigencia internacional a lo largo del siglo XX dirigidas, en parte, a proteger las especies endémicas y en peligro de extinción de la región – especialmente los famosos gorilas de montaña. Antes del desahucio con carácter permanente de los bosques entre las décadas 1970 y 1990, los batwa dependían de estos bosques ricos en recursos para su sustento, medios de vida, actividades espirituales e identidad. En la actualidad, la mayor parte de su territorio tradicional se ha convertido en los tres parques nacionales del país – Volcanes, Gishwati y Nyungwe – que atesoran la mayoría de la biodiversidad de Ruanda y generan significativos ingresos por turismo.

Falta de reconocimiento, exclusión y marginación

2018 fue testigo de algunas pequeñas muestras de progreso para los batwa en forma de mayor consideración política, aunque estos signos son complejos dado el contexto político de la Ruanda posterior al genocidio. El Gobierno de Ruanda ha prohibido el uso de referencias e identidades étnicas en un intento de evitar una vuelta a la violencia étnica y con el fin de promover la ciudadanía nacional como la única identidad necesaria en la Ruanda actual. El Gobierno también rechaza reconocer categorías especiales de población, incluyendo pueblo indígena, en aras de fomentar la unidad y la reconciliación. Declaraciones o acciones consideradas “divisionistas” se penalizan y potencialmente acarrean la imposición de severas multas y/o largas condenas de prisión si la persona es declarada culpable. Varias leyes constitucionales de 2001 respaldan estas políticas y continúan aplicándose en muchas esferas de la vida pública.

Las implicaciones de las leyes de identidad ruandesa se han debatido en profundidad. Sin embargo, para los batwa impiden cualquier posibilidad de reclamar estatus y derechos indígenas. La falta de reconocimiento indígena oficial hace más difícil contrarrestar la discriminación y proteger su tierra, medios de vida y cultura distintiva. La representación política insuficiente, particularmente a niveles gubernamentales más bajos, significa que los batwa a menudo son excluidos de los procesos de toma de decisiones. Es imperativo que las autoridades locales incluyan a sus electores batwa en todas las decisiones que puedan afectar a sus vidas.

Los problemas de desigualdad para los batwa en Ruanda persisten a pesar de intentos por parte del Gobierno y la sociedad civil de eliminarlos. En la actualidad, muchas personas batwa se enfrentan a marginación, malas condiciones de vida y sanidad, pérdida de tierra y medios de vida y falta de educación. Existen notables diferencias entre las vidas y condiciones de los batwa que viven en zonas urbanas y zonas rurales, aunque en ambos entornos tienen que hacer frente a desafíos en términos de cubrir sus necesidades básicas. Muchos batwa de zonas rurales han de hacer frente a viviendas inadecuadas, flagrante discriminación, falta de seguridad alimentaria, falta de acceso a agua potable, dificultad para asistir a la escuela y subempleo o desempleo. Sus homólogos urbanos se enfrentan a muchas dificultades similares pero ganan al tener mayor acceso a comodidades y recursos modernos, mayores oportunidades de empleo, mayor acceso a educación y apoyo académico y mayor integración en la sociedad.

Acontecimientos recientes

  • En junio de 2018, una comunidad batwa de la provincia sur fue atacada por una aldea vecina por razones que se desconocen.3Una persona fue asesinada y varias resultaron En 2012 tuvo lugar un ataque similar en la misma área y en el artículo sobre Ruanda en El Mundo Indígena 20164 se detalla otro incidente violento acaecido en el mismo distrito.
  • La Embajada de Japón ha acordado financiar la construcción de una escuela para niños batwa pero primero es necesario comprar la tierra. AIMPO, una ONG ruandesa dedicada a la comunidad batwa, ha puesto en marcha una campaña GoFundMe5 con el fin de recaudar dinero para comprar el terreno donde edificar la
  • 27 hectáreas de tierra fueron donadas por la fundación African Wildlife Foundation (AWF) al Gobierno de Ruanda con la finalidad de expandir el hábitat de los gorilas de montaña en el Parque Nacional de los Volcanes situado al noroeste del país.6 La ampliación del parque forzará la reubicación de miles de personas, algunas de las cuales son batwa realojadas allí después de ser expulsadas del bosque hace muchos años.

Medios de vida

La carencia de actividades generadoras de suficientes ingresos es una realidad prevalente en toda Ruanda pero dicha situación se agrava en el caso de los batwa debido al significativo mayor grado de discriminación y falta de educación y tierra que sufren. Las personas batwa se han dedicado a elaborar y vender o comercializar piezas de barro durante generaciones. Ahora que los recipientes de cocina de plástico y metal son omnipresentes ya no se demandan tanto de barro. Solo las personas pobres continúan utilizando estos recipientes para cocinar y los alfareros no venden muchos al año. Obtener la arcilla se ha convertido en una tarea cada vez más difícil ya que muchos de los valles donde se encuentra esta materia se utilizan en la actualidad para cultivar arroz. La alfarería es una tarea que conlleva mucho tiempo y requiere materiales adicionales, como leña o carbón, para completar la obra. La elaboración de una olla puede tardar varios días hasta que está lista para venderse debido a los procesos de secado y horneado. Esa olla se venderá posteriormente por 50-150 FRW, equivalente a 0,10-0,15 USD. A pesar de estos obstáculos, muchas comunidades batwa de todo el país continúan dedicándose a la alfarería.

Un potencial beneficio que se deriva de mantener esta actividad es la capacidad de formar cooperativas o asociaciones para trabajar y vender piezas de alfarería colectivamente en un lugar conocido y accesible. Esta actividad se está realizando con éxito en la capital Kigali desde hace varios años. Las cooperativas de alfarería en Kigali se benefician del turismo, clientes locales y extranjeros y una parcela de tierra para la recogida de arcilla y ganado. Se debe priorizar el respaldo a varios tipos de formaciones cooperativas (incluyendo agrícolas, alfareras y otras artesanías) en zonas rurales en particular, y las comunidades batwa se beneficiarían de ser destinatarios de este tipo de iniciativas. Otra actividad común de generación de ingresos entre los batwa es como jornaleros en los campos de otras personas. En general no es un trabajo con el que obtengan una remuneración suficiente para alimentar a una familia pero genera más dinero que la alfarería. Esta actividad resalta la capacidad y voluntad de muchos batwa de aprender y practicar técnicas de cultivo y se debe ver como un indicador positivo que conceder tierra muy necesaria a familias batwa resultaría inmensamente beneficioso para ellas.

Vivienda y falta de tierra

La expulsión de los bosques ricos en recursos y su consiguiente reubicación forzada en aldeas pobres han tenido efectos perjudiciales en la salud social y física de los batwa. Más aún, la iniciativa de desarrollo Bye Bye Nyakatsi de 2009-2011 destruyó las casas de techos de paja de muchas familias batwa. La intención del Gobierno era reemplazar todas las chozas de tejado de paja por casas de ladrillos de adobe y tejado de zinc pero la actuación irresponsable de algunas autoridades locales provocó períodos de falta de hogar e inadecuada construcción para muchas comunidades batwa. Este cambio dejó a las familias afectadas más vulnerables expuestas al daño del frío y la lluvia o a la destrucción de sus nuevas casas.

Los batwa a lo largo de toda Ruanda se enfrentan al extremo desafío de carencia de tierra como resultado del desahucio que les expulsó del bosque y por el que no se les indemnizó, la pobreza extrema y crónica e injustas transacciones de tierra. Además, la crisis de escasez y agotamiento de tierras, los refugiados que regresan y la necesidad de apoyar el rápido crecimiento de población y urbanización han llevado a una radical reestructuración del paisaje, lo que ha contribuido al despojo de los batwa.

En 2008, una comunidad batwa fue reubicada en el distrito de Kayonza y, desde 2014, 43 familias han vendido su tierra y casas debido a la acuciante necesidad de dinero. Las propiedades fueron vendidas por una fracción de lo que realmente valían y en 2018 el ministro de Gobierno Local viajó a Kayonza para examinar la situación. La comunidad expresó gran pesar por lo sucedido y ahora son más conscientes de los derechos de propiedad y la gestión patrimonial. Asimismo, el gobierno local está tomando medidas para evitar que comunidades vulnerables sufran este tipo de abusos de nuevo y a las familias a las que el Gobierno ha dado tierra no se les permitirá venderla.7

Educación

Como parte de los rigurosos objetivos del programa de desarrollo “Vision 2020” de Ruanda, la educación primaria es gratuita para todas las familias desde hace varios años. Aunque constituye una generosa inversión en el futuro de Ruanda, este objetivo es difícil de conseguir para muchas familias batwa. Han de comprar uniformes, libros y material escolar para cada niño y los alumnos tienen que recibir la alimentación adecuada para poder rendir en el colegio. La pobreza crónica en muchas comunidades batwa imposibilita que los niños sigan asistiendo al colegio. Las tasas de abandono escolar entre los batwa en educación primaria y secundaria siguen siendo elevadas debido a inseguridad económica, falta de adecuada alimentación y material y discriminación. Los batwa analfabetos o con bajo nivel de educación deben ser destinatarios de formación profesional y se deben proveer fondos para que las familias batwa dispongan del material necesario para que los niños asistan al colegio.

Organizaciones de la sociedad civil

Varias organizaciones locales han emergido para apoyar a los batwa en materia de educación, agricultura e integración en la sociedad general, aunque aún queda mucho por hacer para mejorar sus condiciones. Estas organizaciones se han beneficiado de relaciones con organizaciones internacionales y no gubernamentales más grandes, algunas de las cuales ofrecen a los batwa contactos con redes internacionales de defensa de pueblos indígenas y minorías. Sin embargo, debido a las restricciones en declaraciones políticas y acciones sobre la clasificación étnica e indígena, estas organizaciones tienen que ser extremadamente cuidadosas en sus actividades para mantener la corrección política. En varias ocasiones anteriores, el Gobierno de Ruanda ha evitado que organizaciones explícitamente dedicaran talleres o formación a los batwa por motivos de considerarse divisorio y excluyente y no estar en sintonía con la promoción de la identidad ndumunyuRuanda – ruandesa global. Organizaciones locales que apoyan a los batwa han de actuar con cuidadosa precaución pero están comprometidas a mejorar las vidas de personas batwa. Se requiere que el Gobierno de Ruanda les respalde facilitando su trabajo.

Batwa y etiqueta “población históricamente marginada”

Leyes constitucionales que restringen el uso de ciertas etiquetas identificativas han impedido a los batwa y a aquellos con la intención de ayudarles, reclamar la identidad batwa o indígena. El término “población históricamente marginada” (Historically Marginalized People, HMP) se ha empleado habitualmente durante muchos años para identificar a los batwa. Sin embargo, recientemente esta denominación ha sido refutada por algunos batwa. En el distrito de Nyaruguru, aldeanos batwa expresaron su deseo de que se les deje de llamar “población históricamente marginada” porque esta denominación les continúa identificando como diferentes y subraya la discriminación a la que se han enfrentado durante generaciones.8 Otras comunidades batwa también han rebatido esta catalogación, argumentando que ellos aún están marginados. A muchos les gustaría simplemente que les llamen “batwa” pero entienden que de esa manera no se cumple con los deseos del Gobierno de una Ruanda no étnica. El Gobierno ruandés debe consultar con las comunidades batwa y la sociedad civil sobre el uso y propósito de la etiqueta “población históricamente marginada”.

 

Este artículo es parte de la 33ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. Encuentra El Mundo Indígena 2019 completo aquí.

 

Notas y referencias

  1. Véase AIMPO – Kigali, en http://bit.ly/2N2qYFj
  2. Véase African Comission on Human and Peoples’ Rights, “Report Of The African Commission’s Working Group On Indigenous Populations/Communities” en http://bit.ly/2N2DDbm
  3. Véase UNPO, “Batwa: Recent Attacks Wake Memories of Ethnic Conflict” en http://bit.ly/2N2me2s
  4. ase el artículo sobre Ruanda en El Mundo Indígena 2016
  5. Véase GoFundMe, “Fundraiser by Margaret Green : Help Kwizera & Others Go to School” en http://bit.ly/2N4DIvl
  6. Véase Volcanoes National Park, “AWF Donates Land to Expand Volcanoes National Park” en http://bit.ly/2N5z5Ro and African Wildlife Foundation, “AWF Donates Land to Rwanda to Protect Mountain Gorilla Habitat” en http://bit.ly/2N4fe5h
  7. Véase IGIHE, “Kayonza: Abasigajwe inyuma n’amateka mu marira nyuma yo kugurisha amasambu bahawe na leta” en http://bit.ly/2N2uFuz
  8. Véase Umuseke en http://bit.ly/2N7YLx6

Anna Kamanzi es una estudiante de Doctorado en el Departamento de Antropología de la Universidad de California, Irvine. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Etiquetas: Derechos Humanos, Defensores de derechos humanos indígenas

CONTINÚA CONECTADO

Sobre nosotros

El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA) es una organización global de derechos humanos dedicada a promover y defender los derechos de los pueblos indígenas. Conócenos

Por consultas de prensa, haga clic aquí 

 

Mundo Indígena

Nuestro anuario, El Mundo Indígena, ofrece un informe actualizado de la situación de los pueblos indígenas en todo el mundo. Descargar El Mundo Indígena

Reciba información actualizada mensualmente cuando se suscriba a nuestro boletín de noticias

Contáctanos

Prinsessegade 29 B, 3er piso
DK 1422 Copenhague
Dinamarca
Teléfono: (+45) 53 73 28 30
Mail: iwgia@iwgia.org
CVR: 81294410

Informar sobre posible mala conducta, fraude o corrupción

¡Atención! Este sitio usa cookies y tecnologías similares.

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso. Saber más

Acepto