Colombia: II Cumbre Regional Amazónica

Con el lema ‘Juntos por la defensa de la Amazonia y un planeta vivo’, se encontraron los días 13, 14 y 15 de diciembre en la ciudad de Villavicencio (Colombia), un centenar de líderes indígenas amazónicos de los nueve países [1] que integran la Cuenca Amazónica[2] .

La primera Cumbre Regional Amazónica organizada por la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca del Amazonas (COICA)[3], se había realizado en la ciudad de Manaos (Brasil) el 15, 16, 17 y 18 de agosto de 2011, con el lema ‘Saberes Ancestrales, Pueblos y Vida Plena en Armonía con los Bosques’. Allí se buscó que las organizaciones tomaran más conciencia de la importancia de la diversidad cultural para la existencia y protección de la diversidad de la vida biológica, se tuviera una mayor comprensión sobre la interdependencia entre ambas y se reivindicara el derecho que tienen estos pueblos que viven en la selva, de la selva y fundamentalmente con la selva, para que este orden natural y estas relaciones no fueran alteradas por sistemas económicos que se apropiaban de los bienes naturales de la Amazonía con fines mercantiles. Esto quedó simbólicamente plasmado en otro de los lemas de esta cumbre ‘Somos pueblos sin dueños, igual que la vida’. Lo que finalmente dio origen al mandato de esta cumbre: ‘Acción indígena por la vida’. Consecuente con el “Mandato de Manaos”, esta segunda cumbre de la COICA tenía dos objetivos centrales: En primer lugar se trataba de hacer un balance de los megaproyectos, planeados o en ejecución, que afectan gravemente los paisajes naturales amazónicos, poniendo en riesgo no sólo el futuro de 380 pueblos indígenas, de los cuales cerca de 70 se encuentran en total aislamiento de la sociedad occidental o en contacto inicial[4]; y poniendo también en peligro de extinción a miles de formas de vida biológica que hacen del Amazonas el espacio más biodiverso del planeta. En segundo lugar se buscaba acordar un nuevo mandato y poner en marcha una agenda de trabajo común para la defensa de los espacios de vida de los pueblos indígenas, haciendo también un llamado a sus aliados y amigos de la biodiversidad para renovar confianzas, motivar voluntades y ampliar esfuerzos, con el fin de contender la expoliación del Amazonas, ya que como lo manifestó uno de los líderes “solos no podemos enfrentar a intereses tan poderosos y egoístas que vienen por los bienes naturales de nuestra Amazonía y nada les importa la diversidad de la vida y aún menos el bienestar de los pueblos que hemos convivido con ella”. Con ello se estaba refiriendo a la fuerte presión por extraer minerales e hidrocarburos y utilizar suelos amazónicos para grandes plantaciones de palma aceitera para la producción de biodiesel, proyectos económicos que requieren la realización de mega obras de infraestructura, tales como carreteras y represas hidroeléctricas. Un gran plan entonces que viene abriendo el corazón de la Amazonía. Pero el llamado no sólo era a los aliados y amigos, era también para los Estados, advirtiéndoles que los pueblos indígenas tenían derechos fundamentales e inalienables sobre sus territorios, que no podían ser quebrantados sin violar leyes nacionales y tratados internacionales suscritos por la mayoría de los países, tales como la ‘consulta previa’, el ‘consentimiento libre, previo e informado’ y el derecho que tienen al uso y disfrute de los bienes naturales de sus territorios. Temas de la II Cumbre amazónica Los temas de esta cumbre giraron alrededor de 1) La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional (IIRSA) y el análisis de los impactos que generan los proyectos económicos que viene desarrollando esta iniciativa, con financiamientos del Banco Nacional de Desarrollo del Brasil, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BNDES, BM, BID) en el marco de los acuerdos y planes del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento (COSIPLAN) para implementar la integración de la infraestructura regional de los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). 2) Desarrollismo, extractivismo, derechos y alternativas; 3) Plan de Vida Plena Amazónica y sus componentes; y 4) Alianzas e Incidencia regional y global. Como se ve los temas están estrechamente relacionados. Todos apuntan a hacer un análisis de las megaobras vinculadas a la explotación de minerales e hidrocarburos, suelos, etc., y sus impactos sobre los territorios amazónicos. Paralelamente se hizo un examen del acervo legal que disponían los pueblos indígenas para oponerse a esta iniciativa y buscar alternativas para la defensa de sus derechos. Importante de destacar en esta parte de la discusión fue el espíritu realista de los líderes para asumir el debate, teniendo en cuenta que todos los Estados, incluyendo aquellos catalogados de ‘izquierda’, son proclives a la explotación de minerales e hidrocarburos para responder a demandas del mercado mundial, relegando a un segundo plano los intereses y derechos particulares de sus habitantes, en este caso los de los pueblos indígenas. Como lo recordó la dirigente indígena boliviana Judith Rivero, representante de la CIDOB, los pueblos originarios del ‘Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure’ (TIPNIS) se encargaron de desenmascarar al gobierno de Evo Morales, marchando a la capital apoyados por el resto de pueblos indígenas de la Amazonia y el Chaco boliviano, para defender su territorio ancestral y oponerse también a los intereses de las empresas brasileñas que operan en el TIPNIS. Con ello hicieron visible la patraña del gobierno de presentarse ante el mundo como protector de la naturaleza y respetuoso de sus pueblos indígenas. No obstante el dirigente ecuatoriano de la COICA, Jorge Pérez, mostró una disposición más flexible, más realista tal vez, al referirse a estos proyectos, pues como lo manifestó “el pueblo indígena no se niega dogmáticamente al desarrollo. Lo que buscamos es el diálogo, las consultas y establecer en qué medida, a través de una fuerza de equilibrio y de consenso, se pueden llevar a cabo estas actividades”. Naturalmente estamos hablando de un país, cuyo presidente Rafael Correa, ha decidido ofrecer a varias empresas (la española Repsol, la chilena ENAP, la bielorrusa Belorusneft y la china Andes) 13 bloques de 200.000 hectáreas cada uno, en las provincias amazónicas de Pastaza y Morona Santiago, para la explotación petrolera. Estas negociaciones las realiza el gobierno sin celebrar consulta alguna con los pueblos indígenas afectados y desdeñando objeciones técnicas de las organizaciones ambientalistas. Y este es el punto: Es estratégico para gobernantes lucir una imagen progresista. Tiene la ventaja de que la gente no se moviliza contra un gobernante de izquierda que ha sido elegido por los más pobres, pues esto es “hacerle el juego al enemigo”. La enorme ventaja de la que también gozan estos gobernantes progresistas es que la derecha tampoco se movilizaría contra las locomotoras mineras y menos por razones ambientales, pues dónde y cuándo se ha visto que la derecha se haya interesado por la ecología y el respeto a los territorios indígenas. ¿Cuál es entonces la diferencia de políticas ambientales y de respeto a los derechos de los pueblos indígenas entre el izquierdista Evo Morales que apoya la colonización cocalera del TIPNIS, el izquierdista Correa que entrega concesiones petroleras en territorios indígenas y el derechista Juan Manuel Santos que promueve la gran minería en territorios de los pueblos étnico territoriales? Desafortunadamente este debate no se desarrolló a cabalidad y con más profundidad. Esto hubiera sido importante para que esta cumbre pusiera en marcha una agenda de trabajo común para la defensa de los territorios de los pueblos indígenas y sus bienes naturales, con más veras puesto que uno de los lemas era “Juntos por la defensa de la Amazonía y un planeta vivo” y una de las frases que más sonó en el recinto era la de “sustituir la mentalidad depredadora del extractivismo y desarrollismo en el Amazonas, que desintegraba a los pueblos indígenas”. O como lo dijera el coordinador general de la COICA, Edwin Vásquez en la inauguración de la cumbre, “Con las megaobras que proyectan hacer en el Amazonas dicen que nos quieren integrar, pero en realidad lo que nos quieren es desintegrar”. Después los asistentes nos enteramos que una de las finalidades de la cumbre no era tanto colocar las bases para un movimiento social indígena amazónico, sino producir una nueva declaración: "Declaración de guayupés o mandato de Villavicencio: acción indígena por la humanidad", porque era necesario hacer “incidencia y alianzas a nivel regional y global, por una Amazonia viva en defensa de la humanidad”. Al margen de las deliberaciones del cumbre y en conversaciones informales la interpretación que dieron algunos delegados era que las razones para no haber profundizado en asuntos políticos y haberse mantenido en generalidades se debía a que no se hicieron presentes los delegados indígenas brasileros de la Coordenação das Organizações Indígenas da Amazônia Brasileira (COIAB) y sin ellos era poco viable que se pudiera concretar cualquier mandato o resolución programática. IX Congreso de la Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica Terminada la II cumbre, inició al día siguiente el IX Congreso de la COICA. Los principales objetivos del IX Congreso era en primer lugar elegir un nuevo Consejo Directivo de la COICA, y en segundo lugar analizar las nuevas propuestas, lineamientos y mandatos emanados de la II cumbre y diseñar una estrategia política y un plan de acción para hacerlos realidad. Por las mismas razones que se mencionaron antes estos análisis no fueron rendidos a cabalidad, lo que dejó entrever una vez más el peso que tiene la COIAB del Brasil en la legitimidad (representatividad) de la COICA, pues hay que entender que la mitad de los pueblos indígenas de la Cuenca del Amazonas están representados por esa organización. Como estaba casi anunciado, hubo reelección del Coordinador Edwin Vásquez de la etnia huitoto del Perú. Los otros miembros del Consejo Directivo elegidos fueron: Jocelyn Therese. Vicecoordinadora general. (FOAG) Guyana Francesa. Jorge Furagaru. Área de Cambio Climático y Biodiversidad. (OPIAC), Colombia. Nelly Romero. Área de Relaciones Internacionales y Cooperación. (CIDOB), Bolivia. Guillermo Arana. Área de Territorios y Recursos Naturales. (ORPIA), Venezuela. Josien Tokoe. Área de Género, Mujer y Familia: (OIS), Surinam. Dos Áreas de la COICA: Educación, Ciencia y Tecnología; y Comunicación y Salud no tuvieron postulación de candidatos y su nominación quedó a cargo del Consejo Directivo de la COICA. la coordinación de la COICA. Henry Cabria Medina, presidente de la organización anfitriona OPIAC, que representa a 56 pueblos amazónicos de Colombia, a cuyo cargo estuvo el desarrollo de la II Cumbre Amazónica y el IX Congreso de la COICA, cerró el evento agradeciendo la participación de las delegaciones presentes y expresó su satisfacción por el buen desarrollo de ambos eventos. Llamó la atención que al Congreso de la COICA se hiciera presente el ministro del Interior de Colombia, Dr. Aurelio Iragorri, representante de una de las familias de mayor ‘alcurnia’ del departamento del Cauca. Iragorri elogió a los indígenas por haber conservado ese patrimonio de la humanidad que es la Amazonia: “Los devastadores somos nosotros, los blancos, contrario a la preservación milenaria que han mantenido los pueblos indígenas”. Luciendo una corona de plumas y un collar indígena se comprometió solemnemente ante los dirigentes y sabios de la Amazonia “a establecer pactos de no agresión al ecosistema e impulsar políticas de preservación y protección para cuidar la Amazonía”. No sabemos si estaba pensando en serio y si era real tanta belleza, sobre todo si esa alocución se traducirá en hechos en favor del Amazonas colombiano, intercediendo para que las locomotoras minero energéticas de su jefe Juan Manuel Santos no acaben con el Amazonas. Habría que preguntarles a sus paisanos indígenas del Cauca lo que piensan de él. Nos llevaríamos tal vez una sorpresa. Villavicencio, diciembre 17 de 2013


[1] Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Guyana Francesa, Guyana y Surinam. [2] La cuenca del río Amazonas cubre un poco más de siete millones de km², el equivalente a 40% del territorio suramericano. [3] COIAB (Brasil), AIDESEP (Perú), ORPIA (Venezuela), OPIAC (Colombia), CONFENIAE (Ecuador), CIDOB (Bolivia), FOAG (Guyana Francesa), APA (Guyana), y OIS (Surinam). [4] Conocidos también como “no contactados”, “aislados”, “nómadas verdes”, etc.

Etiquetas: Clima, Comunicados de Prensa

CONTINÚA CONECTADO

Sobre nosotros

El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA) es una organización global de derechos humanos dedicada a promover y defender los derechos de los pueblos indígenas. Conócenos

Por consultas de prensa, haga clic aquí 

 

Mundo Indígena

Nuestro anuario, El Mundo Indígena, ofrece un informe actualizado de la situación de los pueblos indígenas en todo el mundo. Descargar El Mundo Indígena

Reciba información actualizada mensualmente cuando se suscriba a nuestro boletín de noticias

Contáctanos

Prinsessegade 29 B, 3er piso
DK 1422 Copenhague
Dinamarca
Teléfono: (+45) 53 73 28 30
Mail: iwgia@iwgia.org
CVR: 81294410

Informar sobre posible mala conducta, fraude o corrupción

¡Atención! Este sitio usa cookies y tecnologías similares.

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso. Saber más

Acepto

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos