• Pueblos Indígenas en Israel

    Pueblos Indígenas en Israel

El Mundo Indígena 2021: Israel

Los ciudadanos árabes Beduinos de Israel son indígenas del desierto del Negev (Naqab, en árabe), donde han vivido durante siglos como pueblo seminómada, mucho antes del establecimiento del Estado de Israel en 1948. Los miembros de la comunidad Beduina son parte integrante de la minoría árabe palestina, así como ciudadanos del Estado de Israel. Combinan el pastoreo con la agricultura y están asentados en aldeas vinculadas por sistemas de parentesco (tribus), lo que ha determinado en gran medida la propiedad de la tierra. Antes de 1948, unos 65-100.000 Beduinos vivían en el Naqab. Después de 1948, la mayoría fueron expulsados a Gaza, Egipto, la Ribera Occidental y Jordania, quedando solo unos 11.000 en la zona.

A principios de la década de 1950 y hasta 1966, Israel concentró a los Beduinos en una zona restringida, conocida con el nombre de “al-Siyāj”, bajo administración militar, que representaba solo alrededor del 10% de su originaria tierra ancestral. Durante ese período, aldeas enteras fueron desplazadas de sus emplazamientos en Naqab occidental y septentrional y sus habitantes fueron trasladados a la zona de Siyāj.[1]

Hoy en día, unos 258.500 ciudadanos Beduinos de Israel viven en el Naqab, en tres tipos de asentamientos: ciudades bajo municipios planificados por el Gobierno, pueblos reconocidos y pueblos que Israel se niega a reconocer (pueblos no reconocidos).[2] Hay 35 pueblos Beduinos no reconocidos en el Naqab a los que Israel se refiere como “dispersión” o como “aldeas ilegales”, llamando a sus habitantes “intrusos” en tierras del Estado y “delincuentes”. [3]

La mayor parte de la población Beduina perdió sus tierras cuando Israel las declaró Mawat (“muertas”, tierras agrícolas sin cultivar) y las reclamó como del Estado.[4] La tierra que pertenecía a aquellos Beduinos que se convirtieron en refugiados, así como también mucha de la tierra propiedad de los Beduinos que permanecieron en Israel, fue apropiada y nacionalizada mediante varias leyes, entre ellas, la Ley de Propiedad de Ausentes (1950)[5] y la Ley de Adquisición de Tierras (1953).[6]

No se hizo ninguna excepción con los Beduinos del Naqab que fueron desalojados por la fuerza de sus tierras ancestrales por el mismo Gobierno israelí que se convirtió en el guardián “legítimo” de esas tierras. La Ley de Planificación y Construcción promulgada en 1965 llevó a la clasificación de la mayor parte de la zona de Siyāj como tierra agrícola. Desde el momento que la ley entró en vigor, todas las casas construidas en esta zona se definieron como ilegales y todas las casas y estructuras que ya se encontraban en la zona fueron declaradas ilegales con carácter retroactivo.[7]

Desde principios de la década de 1970, Israel ha llevado a cabo un proceso de urbanización no consensuado y no participativo. Como resultado, según la Oficina Central de Estadística (CBS), más del 72% de la población Beduina del Naqab reside hoy en día en municipios y aldeas reconocidos que se caracterizan por la pobreza, las privaciones, el alto desempleo, la delincuencia y la tensión social, así como por la inadecuada prestación de servicios estatales.[8] Además de los siete municipios, el Estado reconoció once aldeas Beduinas a partir de 1999,[9] aclamando su reconocimiento como un cambio fundamental en la política del Gobierno, que anteriormente se había centrado exclusivamente en la urbanización forzosa. Sin embargo, dos décadas más tarde, no existe una diferencia significativa entre estas aldeas y las no reconocidas. A los residentes de la mayoría de las aldeas reconocidas se les sigue negando el acceso a los servicios básicos y están bajo amenaza constante de demoliciones de viviendas.[10] El 28% restante de la población Beduina (alrededor de 90.000 personas) viven en aldeas no reconocidas[11] que no aparecen en ningún mapa oficial y la mayoría de ellas no tiene instalaciones sanitarias o educativas ni infraestructura básica. Sus residentes no disponen de órganos oficiales de gobierno local y solo están representados en el Consejo Regional de las Aldeas no Reconocidas (Regional Council for the Unrecognised Villages, RCUV), un órgano comunitario informal.


Este artículo es parte de la 35ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra el bloqueo que la comunidad indígena de Kawemhakan, Surinam hizo en su pista de aterrizaje para evitar que los forasteros llegaran a sus aldeas y que trajeran el virus de la COVID-19 con ellos. Fotografiada por la fundación Mulokot en Kawemhakan, es la portada del Mundo Indígena 2021 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2021 completo aquí


Mecanismos de desplazamiento forzado durante la crisis de la COVID-19

En 2020, Israel prosiguió con su política de despojo mediante sus proyectos de “desarrollo” nacional. Entre ellos:

  • la expansión de la Zona Industrial Especial de Ramat Beka que conlleva severas restricciones de construcción, lo que provocará el traslado forzoso de aproximadamente 1.200 familias y riesgos para la salud de los residentes Beduinos que se queden;[12]
  • la extensión de la Carretera 6 que se prevé cause la demolición de unas 600 estructuras Beduinas a lo largo de al menos nueve aldeas no reconocidas;[13]
  • la creación de una mina de fosfato en Sdeh-Barir está actualmente paralizada por una orden condicional de dos años, pero se espera que ocasione la demolición de más de 1.995 edificios y ponga en peligro la salud de aproximadamente 11.000 residentes Beduinos. El Estado ha de explicar por qué no se han tenido en consideración las implicaciones y consecuencias para la salud. Si esa orden se convirtiera en permanente, entonces se podría evitar su construcción. Para el 23 de febrero de 2021, está programada una audiencia judicial en el Tribunal Supremo para revisar el estado de la orden;[14]
  • la creación de dos nuevas líneas ferroviarias que según los planes atravesarán varias aldeas Beduinas, incluyendo los dos incluyendo las dos ciudades pequeñas planificadas por el Gobierno de Ksīfih y ʿArʿarah an-Nagab, así como también varias aldeas no reconocidas, entre ellas, az-Zaʿarūrah, al-Furʿah, al-Bḥīrah, al-Gaṭāmā, al-Ġazzah y Rakhamah, que quedarán cortadas por la mitad, causando considerables trastornos y confiscaciones de tierras.[15]

Las demoliciones por parte de Israel como mecanismo para el desplazamiento forzado de la población Beduina del Neguev/Naqab ha continuado a pesar de la pandemia, violando el derecho a una vivienda adecuada reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948[16] y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 1966.[17] En la actualidad, decenas de miles de Beduinos del Neguev/Naqab viven en casas que pueden ser objeto de órdenes de demolición debido a la falta de planes de construcción aprobados para sus aldeas, tanto reconocidas como no reconocidas. En el caso de las decenas de aldeas Beduinas del Néguev/Naqab que no están reconocidas, siguen sin planes de edificación aprobados, y sin la posibilidad de solicitar o recibir permisos de construcción, mientras el Gobierno de Israel continúe clasificándolas como aldeas ilegales.

Desde marzo de 2020, y a pesar del estado de emergencia y la instrucción del Gobierno de confinamiento,[18] las autoridades prosiguieron notificando órdenes de demolición y arando cientos de hectáreas de campos en una docena de aldeas Beduinas, tanto reconocidas como no reconocidas por el Estado. Esto ilustra la continuidad de las políticas implementadas en 2019, con una gran inversión en recursos de ejecución, que provocó la demolición de unas 2.241 estructuras durante ese año.[19]

En respuesta al requerimiento de organizaciones de la sociedad civil[20] y un miembro Beduino del Knéset (Parlamento), Saeed Al- Kharumi, el Ministerio de Justicia se comprometió a detener la demolición de estructuras residenciales en el Naqab, reducir las órdenes administrativas de demolición y minimizar el contacto directo entre la Unidad Nacional para el Cumplimiento de las Leyes de Planificación y Construcción y la población árabe Beduina durante la crisis de la COVID-19.

Entre marzo y diciembre de 2020, el Foro de Coexistencia para la Igualdad Civil del Néguev (NCF) realizó seguimiento de la situación y documentó más de 85 incidentes en los que autoridades del orden continuaron distribuyendo órdenes de demolición y ejecutando demoliciones, así como también interrogando a ganaderos e imponiendo multas a pastores, principalmente con fines de hostigamiento.[21] Esto y más, pues residentes de las aldeas informaron a NCF que muchos inspectores y policías estuvieron patrullando las aldeas e interactuando con la población sin tomar ninguna de las precauciones requeridas para prevenir la expansión del virus. Como se ha señalado anteriormente, estas medidas coercitivas, que han demostrado su eficacia para fomentar que la población destruya su propia propiedad, pueden y de hecho causan coacción extrema, especialmente durante una pandemia.[22]

La creciente tendencia en demoliciones

Aunque aún no se han hecho públicos los datos de las demoliciones infligidas sobre comunidades Beduinas en 2020, esta maligna tendencia al alza ha continuado desde 2019, incluso durante la crisis de la COVID-19.

Hubo un ligero descenso en el número de demoliciones de edificios en 2019, un 3.65% menos que en 2018 (de 2.326 a 2.241), de las cuales el 30% (655) eran viviendas. La tendencia en demoliciones llevadas a cabo por los propietarios de las estructuras (en adelante “autodemoliciones”) continuó, representando el 88% de todas las estructuras demolidas.[23] Otra cifra significativa es el 146% de incremento en el número de demoliciones ejecutadas por los propietarios de estructuras antes de que se haya emitido una orden de demolición: 736 estructuras en 2019 (33% de todas las demoliciones) comparadas con las 299 estructuras en 2018.[24] Estos números reflejan las decisiones individuales realizadas por los residentes árabes Beduinos para demoler sus propios hogares de residencia con el fin de evitar la repetición de experiencias traumáticas que entrañaron la violenta presencia de policía y agentes de cumplimiento de la ley. 

Esta creciente tendencia debe también verse en el contexto de medidas legislativas determinadas por la Ley Kaminitz de 2017, diseñada para aumentar el cumplimiento y penalización de delitos según la ley de ordenación territorial israelí.[25] Asimismo, este ambiente hostil se complementó con la adopción de nuevas regulaciones, en junio de 2018, que incrementaron las multas por violaciones de la Ley de Planificación y Construcción, así como también la eliminación de supervisión judicial del proceso.[26] Esta conjunción de factores ha aumentado la presión sobre los residentes árabes Beduinos para demoler sus propias estructuras ante la amenaza de recibir multas de sumas exorbitantes.

Mediante órdenes judiciales, elevadas multas administrativas, la constante presencia de supervisores y agentes de policía sobre el terreno, y el uso de drones, los organismos encargados del cumplimiento han contribuido a aumentar el elemento de intimidación y amenaza sobre los residentes Beduinos con la finalidad de hacerles entrar en “acuerdos” con la Autoridad para el Desarrollo y Asentamiento de los Beduinos en el Néguev (en adelante “Autoridad Beduina”) en contra de su voluntad. Estos mecanismos están ordenados por las prioridades de la Autoridad Beduina y sirven “como incentivo... para alcanzar acuerdos de evacuación con los residentes”.[27]

El Estado de Israel está utilizando todos los medios a su disposición para concentrar a la comunidad Beduina en grandes y hacinadas ciudades, contra los deseos de la mayoría de sus miembros, en vez de negociar de manera justa para resolver la cuestión de propiedad de la tierra y asentamiento de los Beduinos. En la práctica, no hay obstáculo para alcanzar una solución acordada por todos, una que respete los deseos de la población Beduina y las aspiraciones del Estado. El despojo y una política de negociación agresiva y violenta, incluyendo el uso de herramientas de cumplimiento y demolición de hogares, no llevarán a dicha solución armónica. El uso de demoliciones en las comunidades Beduinas del Naqab tiene consecuencias desastrosas, incluyendo la desintegración de la estructura social de la comunidad y un declive en niveles de autoridad, junto con sentimientos de miedo y desconfianza hacia el Estado y de las autoridades que actúan en su nombre.

Insuficiencia de los servicios básicos y de la respuesta de emergencia durante la pandemia

Estudiantes árabes Beduinos del Naqab se vieron duramente afectados por la pandemia, ya que la decisión del gobierno de continuar con la educación a distancia no se acompañó de la requerida infraestructura, básica y necesaria para realizar las clases online.[28] La población Beduina tiene poco acceso a internet y hay dificultades para conectarse debido a la falta de electricidad y conexión inalámbrica en la mayoría de aldeas y ciudades Beduinas.

El porcentaje de hogares conectados a internet en localidades Beduinas es solo del  34%[29] y, en las aldeas no reconocidas, donde no hay infraestructura básica para una conexión de internet, los residentes se ven forzados a depender de la red móvil. Sin embargo, esta no es tampoco una verdadera solución, pues no hay recepción móvil en muchas aldeas no reconocidas, mientras que la recepción en el resto es solo parcial. Por consiguiente, los residentes no pueden conectarse y la mayoría de ellos carecen de ordenadores y dispositivos con accesos a internet. En muchas comunidades, el acceso a televisión o a servicios móviles es también limitado. Como resultado de la crisis, muchos servicios e información se facilitaban online, pero la falta de servicios básicos les impidió acceder a esta valiosa información, recibir sus subsidios y prestaciones, solicitar subsidio por desempleo y otras gestiones. Es más, existió la oportunidad de que el Gobierno proporcionara dispositivos informáticos a cada estudiante que lo necesitara, pero ese plan no tuvo éxito.[30]

Hay gran preocupación de que muchos de los estudiantes dejen sus estudios por las brechas en acceso a educación y comunicación. Se espera que se produzca una deserción considerable de estudiantes árabes Beduinos del Naqab: 52% de estudiantes árabes está pensando en abandonar sus estudios porque es casi imposible para ellos continuar con la enseñanza online y las tasas universitarias son demasiado elevadas para que puedan pagarlas en este momento.[31] Según el análisis de la Dra. Sarab Abu-Rabia-Queder, la incapacidad del Estado de proporcionar soluciones oportunas dará como resultado no solo altas tasas de abandono escolar sino también  irreversibles consecuencias para el futuro de la juventud árabe Beduina.[32]

En términos de salud, la carencia de servicios médicos es muy grave en aldeas no reconocidas y, para la mayoría de la población, las clínicas se encuentran en ubicaciones remotas a las que no pueden acceder. Los servicios de emergencia del MDA (Magem David Adom) no tienen forma de llegar a amplias partes de las aldeas no reconocidas (ya que no hay carreteras pavimentadas) y, ante la ausencia de transporte público, la distancia resulta un gran obstáculo para recibir tratamiento médico. Las condiciones higiénicas son muy precarias, particularmente debido a la falta de agua corriente y de sistemas de alcantarillado. A su vez, las condiciones físicas de las viviendas en las aldeas no permiten un verdadero aislamiento. Para las mujeres árabes Beduinas, esto resulta aún más difícil pues actualmente no existen instalaciones adecuadas para preservar su intimidad y que puedan respetarse sus sensibilidades culturales y que se adapten a sus necesidades.

Una de las condiciones básicas para minimizar la desigualdad en salud es promover el acceso culturalmente específico a información por parte de diversos grupos y comunidades de la población. Aunque la principal herramienta nacional para combatir la pandemia inicialmente estaba basada en la activa participación y concienciación de la población sobre el riesgo de infección, no se facilitó suficiente acceso a información esencial. En las primeras semanas de la crisis de la COVID-19, el Ministerio de Salud Pública exhibió falta de preparación para transmitir mensajes coordinados en árabe. El presupuesto asignado por el Ministerio de Salud Pública para campañas en árabe fue solo de 4.1 millones de NIS, en torno al 10% del presupuesto, aunque el sector de habla árabe comprende aproximadamente el 20% de toda la población de Israel.[33] Además, el NCF recibió denuncias de escasez de operadores telefónicos de lengua árabe en las líneas de atención del MDA, lo que restringió aún más el acceso de hablantes árabes a servicios de atención sanitaria durante la pandemia.[34] En el reciente lanzamiento de una campaña de vacunación para sectores de población en riesgo y trabajadores sanitarios de Israel, solo dos ubicaciones están administrando vacunas en el Naqab: una en Rahat y otra en Beer Sheva.[35]

Con respecto a instalaciones adecuadas para preservar la intimidad de mujeres árabes Beduinas, el Gobierno no ha encontrado soluciones apropiadas y satisfactorias para estas mujeres que viven en las aldeas del Naqab y cuyas casas no ofrecen autentico aislamiento. A finales de diciembre de 2020, no se habían creado instalaciones de aislamiento en las ciudades Beduinas y las soluciones ofrecidas no eran adecuadas para mujeres Beduinas musulmanas del Naqab.

Intervención internacional: reclamaciones de tierras sin resolver y demoliciones de viviendas

Las conclusiones del Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial,[38] publicadas en enero de 2020, manifestaban preocupación por las demoliciones de viviendas y la ausencia de participación significativa y consulta con las comunidades Beduinas en la formulación de dichos planes, afectando su acceso a tierras y propiedades. Asimismo, el Comité también expuso su inquietud por el limitado acceso a una vivienda adecuada, al agua y las instalaciones de saneamiento, a la electricidad y al transporte público[39]. Por otra parte, elogió varias medidas tomadas para mejorar la situación de las personas Beduinas, incluyendo la adopción del Plan de Desarrollo Socioeconómico para los Beduinos del Néguev (2017–2021) para ampliar sus oportunidades educativas y su acceso a los servicios públicos y sociales. El Comité recomendó resolver las reclamaciones pendientes sobre la propiedad de la tierra de manera oportuna, transparente y eficaz; reconociendo las aldeas no reconocidas; adoptando todas las medidas necesarias para mejorar sus condiciones de vida y deteniendo las demoliciones de viviendas y el desalojo de los Beduinos de sus tierras ancestrales.

Además, recomendó que el Estado de Israel elimine todas las barreras a las que se enfrentan las mujeres Beduinas para acceder al empleo, la educación, la atención sanitaria y la justicia, y llamó a incorporar una perspectiva de género en todas las políticas y estrategias que se apliquen, en beneficio a las mujeres pertenecientes a minorías. Respecto a los derechos a educación, trabajo y salud, el Comité expuso su preocupación por las restricciones laborales para las comunidades Beduinas y aconsejó a Israel abordar las elevadas tasas de deserción de los estudiantes Beduinos y la escasez de aulas y jardines de infancia, así como también proporcionar educación y formación a mujeres árabes Beduinas, que se adapten a su experiencia y nivel de formación laboral.

Perspectiva general para 2021

Los estudiantes árabes Beduinos de ciudades y aldeas no reconocidos se vieron gravemente afectados por la pandemia, puesto que la enseñanza a distancia fue la única alternativa ofrecida por el Gobierno para continuar los programas educativos durante el confinamiento. Allí prevalece un enorme problema de desigualdad, ya que los estudiantes que viven en aldeas no reconocidas del Naqab se encuentran en grave desventaja para seguir la educación a distancia. La carencia de conexión a internet, dispositivos informáticos y electricidad demuestra que aunque la pandemia claramente exacerba este problema, no es la causa. El Gobierno tiene que resolver el problema de equidad definitivamente, no solo durante la pandemia. La oportunidad para mitigar el daño hubiera entrañado masivos problemas logísticos en términos de distribución y conexión de las aldeas del Naqab a internet pero esto es lo que los gobiernos responsables y orientados a la ciudadanía hacen en tiempos de crisis, sin embargo nuestros políticos eligieron no hacerlo. 

El Gobierno recientemente pospuso una votación sobre la resolución de reconocer tres aldeas Beduinas que aún no están reconocidas: ʿAbdih, Rakhamah y Khašim Zannih.[40] Este retraso se debió a la oposición de la mayoría de los ministros de derecha y su demanda de aprobar el establecimiento de 46 “asentamientos de jóvenes judíos” (puestos de avanzada ilegales) en los Territorios Ocupados de la Ribera Occidental, como la principal prioridad de interés nacional.[41] Los ministros que no estuvieron de acuerdo en reconocer a las aldeas Beduinas argumentaron que la regularización de un asentamiento de judío en la Ribera Occidental que ellos habían promovido recientemente había sido bloqueado, y sostuvieron que un Gobierno que aprueba la regularización de aldeas Beduinas en el Naqab pero no la de un asentamiento judío en los Territorios Ocupados está en peligro de perder su “derecho a existir”. Estas maniobras gubernamentales se basan meramente en intereses políticos más que en el beneficio de las personas árabes Beduinas indígenas que injustamente continúan sufriendo la falta de recursos hídricos, electricidad, carreteras pavimentadas y servicios básicos con los que desarrollar una vida digna. La decisión de no reconocer las aldeas Beduinas está evidentemente entrelazada con la próxima ronda de elecciones en Israel y la incapacidad del Gobierno de alcanzar un acuerdo.

Dada la crisis de confianza entre la sociedad Beduina del Naqab, y como resultado de la política de desalojos y negligencia del Gobierno para con ellos, solo el 15% de israelíes árabes mayores de 50 años están siendo vacunados, comparado con el 25.5% de judíos no ultraortodoxos y 27.8% de grupos ultraortodoxos.[42]

 

El Foro de Coexistencia para la Igualdad Civil del Neguev (Negev Coexistence Forum for Civil Equality, NCF) se creó en 1997 para ofrecer un espacio a la sociedad árabe-judía conjunta en la lucha por la igualdad civil y la promoción de la tolerancia y la coexistencia mutua en el Néguev/Naqab. El NCF es la única organización árabe-judía que sigue centrada exclusivamente en los problemas que afectan a la zona. NCF considera que el Estado de Israel no respeta, protege ni cumple sus obligaciones en materia de derechos humanos, sin discriminación, con respeto a las comunidades árabes Beduinas indígenas del Néguev/Naqab. Por consiguiente, NCF ha fijado como uno de sus objetivos el logro pleno de derechos civiles e igualdad para todas las personas cuyo hogar es el Néguev/Naqab.

 

Este artículo es parte de la 35ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra el bloqueo que la comunidad indígena de Kawemhakan, Surinam hizo en su pista de aterrizaje para evitar que los forasteros llegaran a sus aldeas y que trajeran el virus de la COVID-19 con ellos. Fotografiada por la fundación Mulokot en Kawemhakan, es la portada del Mundo Indígena 2021 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2021 completo aquí

 

Notas y referencias

[1]The Arab-Bedouin Community in the Negev-Nagab – A Short Background”. Foro de Coexistencia del Néguev para la Igualdad Civil, consultado el 17 de febrero de 2020. Disponbile en https://www.dukium.org/the-arab-bedouin-community-in-the-negev-nagab-a-short-background/

[2] CBS. Localidades y Población, por Distrito, Subdistrito, Religión y Grupo de Población. 2018.

[3] Para consultar  mapa interactivo de las aldeas árabes beduinas en el Néguev-Naqab, incluyendo historia e información sobre servicios e infraestructuras, véase: https://www.dukium.org/map/

[4] Por ejemplo, véase: http://law.haifa.ac.il/images/documents/ColonialismColonizationLand.pdf

[5] Ley de Propiedad de Ausentes, 1950. (Hebreo). Disponible en https://www.nevo.co.il/law_html/Law01/313_001.htm

[6] Ley de Adquisición de Tierras, 1953. (Hebreo) Disponible en https://www.nevo.co.il/law_html/Law01/p214_002.htm

[7] Véase el Informe del NCF sobre demoliciones, julio de 2020, p.8, para más detalles. Disponible en https://www.dukium.org/wp-content/uploads/2020/07/HDR-2020-Data-on-2019-Eng-3.pdf

[8] Op. Cit. (1)

[9] Op. Cit. (7)

[10] Véase el informe del  NCF y Adalah ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) de la ONU, enero de 2019, p.2. Disponible en https://tbinternet.ohchr.org/_layouts/15/treatybodyexternal/Download.aspx?symbolno=INT%2fCERD%2fNGO%2fISR%2f37260&Lang=en

[11] CBS. Estimaciones de población total en localidades, su población y otra información. 2018.

[12] Op. Cit. (7)

[13] Op. Cit. (7)

[14] Op. Cit. (7)

[15] Para más detalles de estos proyectos y sus implicaciones para la comunidad Beduina, véase el informe de NCF y Adalah.  Joint NGO Report: UN Committee on Economic, Social and Cultural Rights Re: List of Issues for the State of Israel Violations of the ICESCR by Israel against the Arab Bedouin in the Negev/Naqab desert. 2019.

[16] Declaración Universal de Derechos Humanos, Naciones Unidas. Disponible en https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/index.html

[17] Asamblea General de las Naciones Unidas. (1966). Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Serie de Tratados, 999, 171. Disponbile en https://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/CESCR.aspx

[18] Explained: New coronavirus guidelines edging Israel closer to total lockdown. (2020). Consultado el 28 de diciembre de  2020. Disponbile en https://www.haaretz.com/israel-news/new-coronavirus-guidelines-edging-israel-closer-to-total-lockdown-1.8683889

[19] Op. Cit. (7)

[20] Respuesta del Ministerio de Justicia al requerimiento de la sociedad civil para detener las demoliciones de viviendas, marzo de 2020, https://www.dukium.org/wp-content/uploads/2020/03/%D7%9E%D7%A2%D7%A0%D7%94-%D7%9E%D7%A9%D7%A8%D7%93-%D7%94%D7%9E%D7%A9%D7%A4%D7%98%D7%99%D7%9D.pdf

[21] Coronavirus: As Israel shuts down, authorities destroy Bedouin crops. (2020). Extraído de: https://www.middleeasteye.net/news/coronavirus-israel-shut-down-authorities-continue-evict-bedouin

[22] Como parte de nuestro proyecto multimedia y de reivindicación, hemos elaborado un vídeo con una recopilación de órdenes de demolición presentadas y ejecución de demoliciones que ocurrieron durante la crisis de la COVID-19 en el Néguev. Demolition of buildings in the Naqab during COVID-19. (2020). https://www.youtube.com/watch?v=kcf6pYfY7tQ&t=3s

[23] Las autodemoliciones las ejecutan los propios propietarios de las estructuras, tras la emisión de una orden de demolición, para evitar la presencia de fuerzas policiales y sanciones penales que pudieran imponerles. Véase el Informe del NCF sobre demoliciones, julio de 2020, disponible en: https://www.dukium.org/wp-content/uploads/2020/07/HDR-2020-Data-on-2019-Eng-3.pdf

[24] Ibid

[25] Op. Cit. (7)

[26] Op. Cit. (7)

[27] Administración Meridional para la Coordinación de la Aplicación de las Leyes de Tierras. Summary of Working Year 2019. 2020, p. 21 Sección 15 (Hebreo). Disponbile en https://foi.gov.il/sites/default/files/%D7%A1%D7%99%D7%9B%D7%95%D7%9D%20%D7%A9%D7%A0%D7%AA%20%D7%A2%D7%91%D7%95%D7%93%D7%94%202019%20-%20%D7%9E%D7%99%D7%A0%D7%94%D7%9C%D7%AA%20%D7%9E%D7%A7%D7%A8%D7%A7%D7%A2%D7%99%D7%9F%20%D7%93%D7%A8%D7%95%D7%9D.pdf

[28] Green, D. . “Bedouin in remote Negev villages fend for themselves during COVID-19 pandemic”. Haaretz, 26 de abril de 2020. Disponbile en https://www.haaretz.com/israel-news/.premium-bedouin-in-remote-negev-villages-fend-for-themselves-during-COVID-19-pandemic-1.8799409

[29] Abu-Kishk, H. and Mendels, Y.. Digital Divide and Distance learning among Bedouin students during the COVID-19 crisis. 2020.

[30] El Comité de Seguimiento de la Educación Árabe-Israel, 2020. Vida árabe en Israel: Necesidades y problemas que requieren tratamiento inmediato en preparación para la apertura del año escolar 2020-2021.

[31].  Encuesta: La mitad de los estudiantes teme no encontrar trabajo al graduarse. 2020.  (Hebreo). Disponible en www.calcalist.co.il

[32] “Todo es política. El Ministerio de Educación abandona a los niños y deja que tengan que cuidarse por sí mismos”. The Marker, 2020. (Hebreo).  Disponbile en https://www.themarker.com/news/education/.premium-1.9282515

[33] Rosner, Y., Ziv, H., Litvin, A., Gutzeit, Z. and Majadle, G. (2020). The First 100 Days of COVID-19 in Israel’s Healthcare System. [online] Physicians for Human Rights.

[34]Model for developing local emergency response in Arab local authorities to address the challenges of the coronavirus”. Sikkuy, 22 de abril de 2020. (Hebreo).

[35] Encargado sanitario de Clalit (5.1.2021), comunicación personal.

[36] Comunicación enviada al Estado de Israel en nombre de los Relatores Especiales sobre vivienda adecuada, derechos culturales, defensores de derechos humanos, pueblos indígenas, desplazados internos, cuestiones de las minorías y racismo, veásehttps://spcommreports.ohchr.org/TMResultsBase/DownLoadPublicCommunicationFile?gId=25601

[37] Ibid

[38] Véase las conclusiones del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, CERD/C/ISR/CO/17-19, 27 de enero de 2020. Disponible en https://www.un.org/unispal/document/concluding-observations-on-the-combined-seventeenth-to-nineteenth-reports-of-israel-advance-unedited-version-cerd-c-isr-co-17-19/

[39] Ibid

[40]And there comes the Minister of Settlement, Tzachi Hanegbi”. Haaretz,(2021. Disponible en https://www.haaretz.co.il/opinions/.premium-1.9427890

[41] Lazaroff, T. . “Settlers start hunger strike, saying they, not Arabs are Netanyahu's base”.The Jerusalem Post, 4 de enero de 2021. Disponbile en https://www.jpost.com/israel-news/settlers-start-hunger-strike-saying-they-not-arabs-are-netanyahus-base-654243

[42] Boxerman, A. . “Officials concerned by low vaccination rate among Arab Israelis”.The times of Israel, 31 de diciembre de 2020. Disponbile en https://www.timesofisrael.com/officials-concerned-by-low-vaccination-rate-among-arab-israelis/

Etiquetas: Gobernanza Global, Derechos Humanos

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