El Mundo Indígena 2025: Cumbre Indígena: Transición Justa – Perspectivas, conocimientos y experiencias vividos por los Pueblos Indígenas

La transición mundial hacia una economía verde se está acelerando, impulsada por la necesidad urgente de reducir las emisiones de carbono y combatir el cambio climático. Sin embargo, esta transición no ocurre en el vacío; tiene profundas implicaciones para los Pueblos Indígenas, cuyas tierras y medios de vida están cada vez más en la mira para la extracción de recursos y proyectos de energía renovable. Como soluciones a la crisis climática, se están promoviendo la energía renovable, los vehículos eléctricos y la minería “verde”. Ahora bien, si la historia se repite, estas industrias se expandirán en detrimento de las tierras, los derechos y la soberanía de los Pueblos Indígenas.

La Transición Justa: Perspectivas, Conocimientos y Experiencias Vividas de los Pueblos Indígenas (“la cumbre”, de aquí en adelante) fue una respuesta a este desafío. Del 8 al 10 de octubre de 2024, en Ginebra (Suiza), delegaciones indígenas de las siete regiones socioculturales se reunieron para abordar la apremiante cuestión de saber cómo podemos garantizar que la economía verde no se convierta en otro tipo de explotación, sino en un punto de inflexión en favor de la justicia.

Las voces indígenas han sido a menudo excluidas de las negociaciones de alto nivel que determinan cómo se extraen los recursos y quién se ha de beneficiar. Para el mundo industrial moderno, la economía verde es una oportunidad de oro; para los Pueblos Indígenas, es una nueva amenaza existencial envuelta en consignas de sostenibilidad.

Esta Cumbre marcó un hito histórico al ser la primera reunión dirigida por indígenas sobre la reformulación de la economía verde. Por primera vez, los Pueblos Indígenas se encontraron para establecer en sus propios términos la agenda, definir prioridades, trazar líneas y comprometerse directamente con las partes interesadas de todo el mundo. Y, en esta ocasión, entraron en el diálogo en calidad de socios reconocidos y titulares de derechos.


Este artículo es parte de la 39ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra la activista indígena Funa-ay Claver, del pueblo Bontok Igorot, junto a jóvenes indígenas activistas y otras personas protestan contra las leyes represivas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por las acciones y proyectos del Gobierno de Filipinas y otros actores contra los Pueblos Indígenas. La protesta tuvo lugar durante el discurso nacional del Presidente Marcos Jr., el 22 de julio de 2024, en Quezon City, Filipinas. Fotografiada por Katribu Kalipunan ng Katutubong Mamamayan ng Pilipinas, es la portada del Mundo Indígena 2025 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2025 completo aquí.


El momento de la verdad: por qué esta cumbre fue decisiva

El concepto de transición justa, definido en sentido amplio, pretende garantizar que el abandono de los combustibles fósiles no agrave las desigualdades sociales. Sin embargo, para las comunidades indígenas, la transición verde a menudo refleja injusticias del pasado. La extracción de litio, níquel y cobalto —materiales clave para la producción de baterías— ha provocado el despojo de tierras, la degradación del medio ambiente y la violación de los derechos de los indígenas. Las infraestructuras de energías renovables, incluidos los parques solares y eólicos a gran escala, se han desarrollado en territorios indígenas sin la consulta o el consentimiento adecuados.

La cumbre se convirtió en un momento decisivo, una prueba para determinar si la economía verde puede romper con los patrones del pasado o si será una expansión más en tierras indígenas redescubiertas. Esta cumbre marcó un punto de inflexión fundamental al transformar el diálogo: no se trata ya de buscar reconocimiento sino de plantear exigencias concretas. Los Pueblos Indígenas articularon una postura clara: cualquier transición que ignore los derechos indígenas no puede considerarse justa, una postura respaldada por los marcos jurídicos internacionales, incluida la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP), que consagra el principio del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) como una obligación legal y ética.

Objetivos y logros de la cumbre

La cumbre estableció tres objetivos fundamentales:

  • Consolidar el movimiento indígena sobre una transición justa en una red fuerte y unificada que abarque continentes y fortalezca las alianzas internacionales.
  • Proporcionar un lugar de encuentro para la interacción directa entre los Pueblos Indígenas, las instituciones mundiales y los principales actores que dan forma a la economía verde, entre ellos:
  • la Iniciativa para la Garantía de la Minería Responsable (IRMA);
  • la Alianza Global de Baterías (GBA) y actores corporativos clave;
  • el Foro Económico Mundial (FEM); y
  • organismos de la ONU, coaliciones internacionales de derechos humanos y medioambientales.
  • Articular un marco político que contemple la gobernanza y el consentimiento de los Pueblos Indígenas en el núcleo de todos los proyectos relacionados con la transición.

Estos objetivos se cumplieron con notable éxito. Los diálogos con el FEM, la IRMA, la GBA y los organismos de la ONU señalaron el giro de un compromiso superficial a debates de fondo. Aunque estos debates siguen en curso, la cumbre sentó un precedente esencial: los Pueblos Indígenas no sólo deben ser consultados, sino integrados en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles.

Resultados clave: un puesto en la mesa y un documento final

La cumbre estuvo impulsada por una clara intención: garantizar que los Pueblos Indígenas no solo se aseguren un puesto en la mesa, sino que desempeñen un papel protagónico en la configuración de una transición justa. Esto requiere ir más allá de una mera consulta y encaminarse hacia un auténtico liderazgo, en el que el conocimiento y los derechos indígenas sirvan de pilares fundacionales en el futuro de la economía verde.

Uno de los principales logros de la cumbre fue la adopción de un documento final, que recoge los principios clave y las recomendaciones políticas y que, de aplicarse, podría remodelar la estructura de la emergente economía verde.

Entre estos se incluyen:

  • Aplicación legal del CLPI: los mecanismos existentes para la obtención del consentimiento indígena a menudo se eluden o debilitan mediante lagunas corporativas y gubernamentales. El documento insta a establecer marcos jurídicos vinculantes que conviertan el CLPI en un requisito previo para todos los proyectos extractivos y energéticos que afecten las tierras y territorios indígenas.
  • Modelos de gobernanza dirigidos por los Pueblos Indígenas: en lugar de tratar la participación indígena como una mera formalidad de procedimiento, el documento aboga por la integración de las estructuras de gobernanza indígena en los marcos normativos y de toma de decisiones.
  • Equidad económica en los proyectos de recursos: el documento rechaza el modelo económico dominante en el que las comunidades indígenas asumen los costos medioambientales y sociales de la extracción mientras reciben unos beneficios económicos mínimos. En su lugar, propone mecanismos de reparto de los ingresos y una titularidad indígena directa de los proyectos energéticos y mineros.
  • Reconocimiento de los sistemas de conocimiento indígenas: la transición verde debe integrar los conocimientos indígenas en las políticas de adaptación al clima y de sostenibilidad.

 Retos y contradicciones en la transición verde

Un argumento central de la cumbre fue que la economía verde, tal y como está estructurada actualmente, no resuelve de forma inherente los problemas sistémicos de la extracción de recursos. Aunque pretende reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sigue funcionando dentro de un paradigma estimulado por el lucro que prioriza la extracción de recursos por encima de la sostenibilidad medioambiental y la equidad social. La contradicción es evidente: una transición destinada a mitigar los daños medioambientales está, en muchos casos, reproduciéndolos.

Los debates de la cumbre pusieron de relieve estudios de casos en los que las comunidades indígenas se han resistido con éxito a proyectos de explotación al tiempo que promovían modelos alternativos de desarrollo. Por ejemplo, las iniciativas de energía renovable de propiedad indígena o los proyectos desarrollados en colaboración con líderes indígenas han proporcionado modelos viables de extracción responsable. Estos ejemplos subrayan que la transición verde no es inherentemente explotadora, pero que su trayectoria actual es profundamente defectuosa.

De cara al futuro: responsabilidad institucional y liderazgo indígena

La cumbre no fue una conclusión sino una intervención estratégica en una lucha en curso. Entre los puntos de acción clave para avanzar se incluyen los siguientes:

  • Fortalecer las estrategias jurídicas indígenas: los Pueblos Indígenas buscarán marcos legales más sólidos a nivel nacional e internacional.
  • Ampliar los modelos económicos indígenas: se dará prioridad a los proyectos comunitarios de energías renovables y a las iniciativas de gobernanza ética de los recursos para demostrar alternativas a las prácticas extractivas.
  • Garantizar la responsabilidad institucional: el compromiso futuro con las instituciones mundiales se centrará en hacer que los actores rindan cuentas de sus compromisos con los derechos indígenas. Esto incluye abogar por mecanismos de cumplimiento que impongan normas éticas en los sectores minero y energético.

Conclusión: una transición sin justicia no es sostenible

Sin lugar a duda, la cumbre hizo patente un hecho: una transición justa no puede definirse únicamente por métricas medioambientales; debe evaluarse en términos de justicia social y política. Una economía verde que perpetúa el despojo de tierras debilita la soberanía indígena y prioriza el lucro sobre los derechos no es una verdadera transición; es simplemente una continuación de las estructuras de poder existentes bajo un nuevo nombre.

A medida que la comunidad mundial avanza, es urgente pasar de compromisos superficiales a políticas ejecutables y firmes. Una transición justa no puede reducirse a un mero ajuste de los sistemas energéticos; debe ser una transformación estructural que afronte y corrija las injusticias históricas y actuales a las que se enfrentan los Pueblos Indígenas.

La cumbre fue un paso hacia este objetivo, pero su éxito se determinará, en última instancia, en la medida en que las instituciones mundiales y los gobiernos estén dispuestos a reequilibrar el control y reconocer el liderazgo indígena. Sin este cambio, la promesa de un futuro verde seguirá viéndose fundamentalmente comprometida. El camino por seguir depende de lo que hagamos a continuación.

Gracias a la cumbre, estamos listos.

Principios de los Pueblos Indígenas para una transición justa

  • Derecho a la vida: incluye la integridad física y espiritual de los Pueblos Indígenas, garantizando su existencia presente y futura.
  • Derecho a la libre determinación y soberanía de los Pueblos Indígenas: una transición justa debe basarse en el reconocimiento, el respeto y la plena aplicación de los derechos inherentes de los Pueblos Indígenas, tal y como se afirma en los instrumentos internacionales, incluidos la Declaración de la ONU sobre los derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP) y otros, como estándar mínimo. El derecho a la libre determinación es inherente y es el requisito previo para el disfrute de todos los demás derechos. Esto incluye, entre otras cosas, el derecho al Consentimiento Libre, Previo e Informado antes de la aprobación de cualquier proyecto, el derecho a participar en decisiones que afecten nuestros derechos, derechos culturales y los derechos a las tierras, aguas, aire, hielos, territorios y recursos tradicionalmente utilizados, poseídos o adquiridos, así como el derecho a determinar nuestras propias prioridades para la gobernanza, desarrollo, gestión, protección y uso de nuestras tierras, aguas, aire, hielos y recursos tangibles e intangibles. En virtud del derecho a la libre determinación, los Pueblos Indígenas determinan libremente su propio desarrollo político, social y económico, su futuro y los derechos al reparto equitativo de los beneficios.
  • Descolonización: para los Pueblos Indígenas, una transición justa rechaza la Doctrina del Descubrimiento y la continua imposición del colonialismo y la explotación extractiva de recursos, falsas soluciones, ocupación militar y actividades que amenazan nuestra salud mental, espiritual, reproductiva, intergeneracional y física, biodiversidad, ecosistemas naturales, culturas, valores y nuestros parientes plantas y animales. La transición justa debe llevarse a cabo en el contexto de la descolonización de nuestras tierras y formas de vida, teniendo en cuenta todas las formas en que los Pueblos Indígenas han experimentado y siguen sufriendo diferentes formas de colonización, genocidio y la creación de conflictos, como base para rechazar falsas soluciones y elecciones forzadas.
  • Reparaciones, devolución de tierras y la restauración completa de tierras, territorios, aguas y biodiversidad: una transición justa debe asegurar el retorno, reconocimiento y respeto de las tierras, territorios y aguas de los Pueblos Indígenas, así como la protección de todos los recursos naturales, ecosistemas y otros medios de subsistencia indígenas. Esto debe comenzar con el acceso irrestricto, restauración, reconocimiento y respeto de nuestros derechos a nuestras tierras, territorios y aguas ancestrales que fueron tomadas sin nuestro consentimiento durante el proceso de colonización. También incluye el respeto a nuestra soberanía inherente y la plena e irrestricta aplicación de nuestros derechos, lo que incluye, entre otros aspectos, la tenencia de tierras indígenas, economías indígenas, jurisdicción, lenguas, sistemas alimentarios indígenas, salud, culturas, espiritualidad, responsabilidades con el mundo natural, biodiversidad, formas de conocimiento y formas de vida.
  • Respeto a los modos de vida de los Pueblos Indígenas: una transición justa debe garantizar nuestra soberanía alimentaria, así como las economías, ciencia, tecnologías e innovaciones indígenas, experiencias vividas, jurisdicción, lenguas, culturas, espiritualidad, responsabilidades con el mundo natural, biodiversidad, sistemas de conocimiento y todas las formas de vida. Esto incluye el respeto al conocimiento, las creencias y las prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas para proteger nuestros ecosistemas y sistemas alimentarios, así como la defensa de nuestras sagradas responsabilidades con nuestros pueblos, familias y generaciones futuras. Deben garantizarse mecanismos de protección de los derechos de propiedad intelectual indígena, establecer un mecanismo para promover, proteger y preservar los conocimientos indígenas, e iniciar un proceso para crear una institución encargada de documentar los conocimientos indígenas de los sistemas alimentarios, la etnomedicina y las plantas etnobotánicas.
  • Transparencia y rendición de cuentas: una transición justa debe incluir y reflejar la participación efectiva de los Pueblos Indígenas, incluidos los jóvenes, las mujeres, los ancianos, titulares de conocimientos, personas con discapacidades y practicantes activos de las formas de vida de los Pueblos Indígenas, y abordar el entramado de los múltiples niveles de impactos. Esto incluye la oportunidad de entablar negociaciones activas y efectivas, basadas en el Consentimiento Libre, Previo e Informado, con respecto a todos los proyectos, desde el diseño hasta la implementación, monitoreo y evaluación, que afecten las tierras, territorios, recursos y aguas de los Pueblos Indígenas. Una transición justa no puede depender de falsas soluciones como el comercio de carbono o compensaciones. Debe garantizarse la transparencia total en las fuentes de financiamiento y la rendición de cuentas, y el compromiso directo con los Pueblos Indígenas. La rendición de cuentas debe establecerse sobre la base de pruebas y la participación efectiva de los Pueblos Indígenas.
  • Reparaciones históricas: una transición justa debe garantizar reparaciones históricas (económicas y no económicas) por los daños causados, siguiendo los estándares establecidos por tribunales y organismos de derechos humanos, y tal como lo determinen las naciones y Pueblos Indígenas preexistentes cuando se exijan dichas reparaciones.
  • Protección plena de los Pueblos Indígenas: debe terminar la criminalización de los defensores de los derechos humanos y ambientales de los Pueblos Indígenas, así como de los practicantes culturales, incluidos, entre otros, ejecuciones extrajudiciales, torturas, encarcelamientos, vigilancia y otras amenazas de acoso, intimidación y represalias con impunidad, y la vigilancia policial y militarización de los territorios de los Pueblos Indígenas. Aquellos que participen en estos actos deben rendir cuentas.
  • Reconocimiento del papel y las responsabilidades de los Pueblos Indígenas: la transición justa debe basarse en el reconocimiento de nuestro papel y responsabilidad como cuidadores, guardianes y custodios de nuestras tierras tradicionales, pastizales, bosques, desiertos, sabanas, aguas, aire, hielos, territorios y recursos, nuestras leyes y protocolos indígenas, y las relaciones espirituales, culturales, históricas y continuas que tenemos con las plantas, animales, elementos, tierras, hielos y aguas que nos dan vida e identidad.
  • Mantener los 1,5 grados: una transición justa debe contribuir a la reducción real, prevención o evitación del cambio climático basado en un camino para mantener un aumento de temperatura de no más de 1,5 grados, e incluir acceso directo a financiamiento para proyectos propios de los Pueblos Indígenas para la prevención, mitigación, adaptación y resiliencia frente al cambio climático, así como pagos directos por pérdidas y daños.
  • Enfoque basado en los derechos para las cadenas de suministro: los proyectos y actividades de transición justa a lo largo de las cadenas de suministro no deben causar daños a los Pueblos Indígenas, otras personas, ecosistemas o sitios sagrados. Esto incluye evaluar los impactos de la totalidad de las cadenas de suministro (desde las materias primas hasta los proyectos finales y los desechos). También incluye el rechazo de falsas soluciones como el comercio o las compensaciones de carbono cuando tales esquemas de mercado intercambian beneficios a un pueblo en detrimento de las tierras, territorios y recursos de otro pueblo. Los actores estatales y privados también deben garantizar plena transparencia con respecto a las fuentes de financiamiento e inversionistas en estos proyectos, así como los retornos financieros previstos para inversionistas, financiadores y organizaciones intermediarias.

Puede encontrar más información sobre la cumbre en el siguiente enlace: www.indigenoussummit.org

 

Rodion Sulyandziga es Presidente de la cumbre Transición Justa: Perspectivas, Conocimientos y Experiencias Vividas de los Pueblos Indígenas y del Comité de Coordinación Global de los Pueblos Indígenas (IPGCC).

 

Este artículo es parte de la 39ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra la activista indígena Funa-ay Claver, del pueblo Bontok Igorot, junto a jóvenes indígenas activistas y otras personas protestan contra las leyes represivas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por las acciones y proyectos del Gobierno de Filipinas y otros actores contra los Pueblos Indígenas. La protesta tuvo lugar durante el discurso nacional del Presidente Marcos Jr., el 22 de julio de 2024, en Quezon City, Filipinas. Fotografiada por Katribu Kalipunan ng Katutubong Mamamayan ng Pilipinas, es la portada del Mundo Indígena 2025 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2025 completo aquí.

Etiquetas: Empresas y derechos humanos , Procesos internacionales, Conservación

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