El Mundo Indígena 2022: Uganda
Los pueblos indígenas de Uganda incluyen antiguas comunidades de cazadores-recolectores, como los benet y los batwa, al igual que grupos minoritarios como los ik y los pastores karamojong y basongora, que el gobierno no ha reconocido específicamente como pueblos indígenas.
Los benet, que suman algo más de 8.500, viven en el noreste de Uganda. Los batwa, que son alrededor de 6.700, habitan principalmente en la región suroccidental y fueron despojados de sus tierras ancestrales cuando los bosques de Bwindi y Mgahinga fueron declarados parques nacionales en 1991[1]. La población de los ik asciende a unos 13.939 y viven en la región de Karamoja/Turkana, en la frontera entre Uganda y Kenia. El pueblo Karamojong —cuya economía se basa tradicionalmente en la ganadería— vive en el noreste del país (principalmente en tierras secas) y tenía una población aproximada de 1.094.100[2] habitantes, según una estimación de mediados de 2018 de la Oficina de Estadística de Uganda. Los basongora son una comunidad ganadera de unos 15.000 habitantes y se encuentran en las tierras bajas adyacentes al monte Rwenzori, en el oeste de Uganda.
Todas estas comunidades tienen una experiencia común de carencia de tierras inducida por el Estado y de injusticias históricas causadas por la creación de zonas de conservación en Uganda y de intereses mineros en el caso de Karamoja. Han sufrido diversas violaciones de derechos humanos, como los continuos desalojos forzosos o la exclusión de tierras ancestrales sin consulta previa a la comunidad, consentimiento o compensación adecuada (o ninguna). Otras violaciones implican la violencia y la destrucción de hogares y propiedades, incluido el ganado y la negación de sus medios de subsistencia y de su vida cultural y religiosa al excluirlos de tierras ancestrales y recursos naturales. Todas estas violaciones han dado lugar a su continuo empobrecimiento, explotación social y política y marginación.
La Constitución de 1995 no ofrece ninguna protección expresa a los pueblos indígenas, pero el artículo 32 impone al Estado la obligación de adoptar medidas positivas en favor de los grupos históricamente desfavorecidos y discriminados. Esta disposición, que en un principio fue diseñada y prevista para hacer frente a las desventajas históricas de los niños, las personas con discapacidades y las mujeres, es la fuente legal básica de la acción positiva en favor de los pueblos indígenas de Uganda[3]. La Ley de Tierras de 1998 y el Estatuto Nacional del Medio Ambiente de 1995 protegen los intereses consuetudinarios sobre la tierra y los usos tradicionales de los bosques. Sin embargo, estas leyes también autorizan al gobierno a excluir las actividades humanas en cualquier zona forestal declarándola zona protegida, anulando así los derechos consuetudinarios a la tierra de los pueblos indígenas[4].
Uganda nunca ratificó el Convenio 169 de la OIT, que garantiza los derechos de los pueblos indígenas y tribales en los estados independientes, y estuvo ausente en la votación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en 2007.
La situación de los pastores y grupos minoritarios en Karamoja
Los pastores en Karamoja vivieron una difícil situación durante la mayor parte de 2021. Entre los desafíos que enfrentaron se encuentran el resurgimiento de robos y saqueos de ganado a mano armada; los desalojos forzosos de yacimientos de extracción en Loyoro, un subcondado del distrito de Kaabong; el rapto y la violación de mujeres y niñas; el matrimonio infantil de niñas, y el COVID-19. Una combinación de estos factores repercutió en la estructura social general, incluidos los sistemas de alimentación y de mercado. La sociedad civil, los gobiernos y expertos intervinieron en varias ocasiones en materia de manejo de conflictos e inseguridad, así como en la situación de las mujeres y las niñas a nivel comunitario.
Conflicto e inseguridad en Karamoja
A raíz de que continuaron los saqueos y los robos de ganado en Karamoja, muchas mujeres y familias quedaron durante 2021 vulnerables a la pérdida de sus medios de subsistencia e incluso de su vida, así como a la violación y el secuestro a manos de los guerreros armados de Turkana (Kenia), los Dodoth del distrito de Kaabong y los Jie de Kotido (del lado ugandés).
Este era particularmente el caso cuando los miembros de la comunidad realizaban actividades de supervivencia diarias, como conseguir leña para vender, recolectar alimentos silvestres, cuidar a su ganado y trabajar en la extracción artesanal de oro de la comunidad. Como consecuencia de la muerte de hombres al proteger su ganado o durante los saqueos, el número de familias encabezadas por mujeres, o niños, y de huérfanos ha aumentado considerablemente en Karamoja. Por ejemplo, en agosto de 2021, más de 11 personas fueron asesinadas en la ciudad de Kaabong; la mayoría de los homicidios ocurrieron en la noche. Algunos de estos sucedieron junto con robos a negocios y a cooperativas de ahorro de los pueblos. Un ejemplo de esto es el robo y asesinato de la tesorera de la Asociación Rural de Ahorros y Préstamos de Toyera Kapei, en el subcondando del este de Kaabong, a manos de un grupo desconocido de guerreros armados que huyó con 12 millones UGX (equivalente a 3.300 USD)[5]. Otra víctima fue Lokol Zam, una mujer de negocios, que fue asesinada por los guerreros armados después de robarle dinero en el subcondado de Lodiko, a unos seis kilómetros en las afueras de Kaabong[6]. Presuntamente sospechaban que compartía información de inteligencia con las fuerzas de seguridad. Otra persona asesinada a sangre fría en agosto fue Aboka Magur, quien trabajaba como presidente del Comité de Paz del Subcondado de Payangara en el distrito de Kotido. Su muerte fue atribuída a los guerreros Jie, quienes alegaban que el Comité hablaba de paz mientras compartía informes a las agencias de seguridad. Muchas otras personas inocentes fueron asesinadas durante agosto y septiembre por los guerreros armados o los oficiales de seguridad.
Los activistas que exigían la paz y el restablecimiento de la seguridad en Karamoja se convirtieron en blancos para los guerreros armados y elementos de las autoridades, incluidas las fuerzas de seguridad. Se ha advertido a los trabajadores de la sociedad civil que no denuncien las operaciones de seguridad del gobierno en la región. Uno de ellos, Loupa Pius, ha sido acosado y victimizado con frecuencia. En octubre de 2021, fue convocado por el presidente del Movimiento de Resistencia Nacional[7] (NRM) del distrito de Kaabong a la oficina del Comandante de Policía del Distrito para explicar el motivo por el cual había compartido con el público información sobre el arresto del presidente del NRM, quien tenía en su posesión un arma ilegal.
Se llevaron a cabo una serie de eventos y reuniones para encontrar soluciones a los problemas de inseguridad. A mediados de 2021, miembros del Parlamento de Karamoja boicotearon el discurso nacional del presidente dirigido a todo el país con respecto a este tema. Aprovecharon la ocasión para viajar a Karamoja para recopilar información sobre los avances en materia de seguridad y descubrieron que la situación empeoraba cada día[8]. Por eso, presentaron esta información al Parlamento de Uganda para que los demás miembros pudieran comprender la situación en la subregión de Karamoja. Posteriormente, integrantes del gabinete de la primera dama se reunieron con los principales líderes y agencias de seguridad en Karamoja en septiembre de 2021, previo a la visita del presidente Museveni a la subregión. El presidente del Grupo Parlamentario de Karamoja acordó y presentó una serie de estrategias de seguridad a la primera dama para que ella las transmitiera al presidente Museveni[9], quien posteriormente, celebró dos rondas de reuniones con los líderes de Karamoja y prometió un mayor despliegue de seguridad para frenar los problemas de los robos y saqueos de ganado. Lamentablemente, incluso después de la visita del presidente, los saqueos continuaron sucediendo todos los días. Entre dos y tres saqueos ocurrieron diariamente en cada distrito, lo que se tradujo en alrededor de 25 a 30 saqueos semanales.
El 7 de diciembre de 2021, miembros del Parlamento de Karamoja celebraron una reunión con el Ministerio de Defensa y Asuntos de Veteranos en relación con el aumento de la inseguridad. También pidieron una revisión de la estrategia de seguridad tras el incremento de los saqueos y el robo de ganado, así como de los asesinatos de viajeros a manos de los guerreros armados[10].
Participación de las mujeres Karamojong en el liderazgo local y nacional
Las mujeres Karamojong de diversos orígenes han podido candidatearse a puestos de liderazgo. Otras han ocupado puestos técnicos. Sin embargo, las mujeres de las tribus minoritarias de Karamoja, como las ik en el distrito de Kaabong y las tepeh en el distrito de Moroto, siguen luchando para que se las elija, ya que sus posibilidades se ven limitadas por ser parte de un grupo minoritario en sus comunidades. Algo positivo es que una joven concejala local fue nombrada secretaria de Producción y Recursos Naturales, un departamento importante que cuenta con un buen presupuesto en el gobierno local.
Las mujeres Karamojong que son miembros del Parlamento han logrado avances a nivel nacional. La honorable Ayakuny Esther Davina fue nombrada ministra de Estado de Preparación para Desastres bajo la Oficina del Primer Ministro, la honorable Akello Rose Lilly fue nombrada ministra de Estado de Ética e Integridad bajo la Oficina de la Presidencia, y la honorable Faith Nakut fue designada presidenta del grupo de trabajo del COVID-19 del Parlamento de Uganda. Faith es además la tesorera del cónclave del NRM. Por último, la honorable Nakwang Christine es la vicepresidenta del Grupo Parlamentario de Karamoja y también es integrante del Comité de Seguridad Nacional.
La participación de las mujeres basongora en la política
Las comunidades indígenas en su conjunto enfrentan desafíos de exclusión, alienación y falta de representación en puestos de liderazgo. Sin embargo, las mujeres y niñas de esas comunidades enfrentan una doble marginación[11], lo cual también sucede en el contexto de la participación en roles de liderazgo en la comunidad de los Basongora en el distrito de Kasese. Con acceso limitado a la educación en los distintos niveles, la cantidad de niñas que abandonan la escuela siempre es mayor que la de los niños y esto limita aún más la participación de las jóvenes en los asuntos de la comunidad, incluida la política.
Durante las elecciones generales de 2021, varias mujeres basongora fueron elegidas para cargos del gobierno local para el periodo político 2021-2026. El más alto fue el de Kamama Annet, una mujer musongora casada en Akole que fue elegida vicepresidenta del distrito de Isingiro. Las otras mujeres fueron Beth Karokowho, quien fue elegida concejal de distrito para los subcondados de Nyakatonzi y Kinyamaseke, y Evayora Kokuzanisa, quien fue designada representante de los ancianos del subcondado de Nyakatonzi.
A pesar de estos logros en el gobierno local en 2021, a las mujeres Basongora todavía les resulta difícil competir en cargos políticos a nivel nacional. Entre los desafíos clave se encuentran una fuerza numérica limitada, así como una incapacidad para recaudar fondos para cubrir los costos de las campañas políticas en las que se disputa un escaño parlamentario.
La situación del pueblo Batwa
En junio de 2021, Uganda entró en un segundo confinamiento por el COVID-19, y prácticamente toda la economía se detuvo. Esta situación afectó a todos, incluidos los batwa, quienes perdieron toda esperanza una vez más conforme aumentaba la pobreza, se deterioraban los niveles de vida, se casaban los niños pequeños, se perdían oportunidades de empleo y, peor aún, se perdían algunas vidas.
Sin embargo, a pesar de todos estos desafíos, y en medio de la pandemia, los batwa ganaron su caso contra el Gobierno de Uganda por desalojarlos ilegalmente de sus tierras ancestrales. Esta victoria fue el resultado de una petición que los batwa presentaron en 2013 ante el Tribunal Constitucional de Uganda. La sentencia se dictó el 19 de agosto de 2021. Lamentablemente, no se les permitió a los batwa regresar a sus tierras a pesar de que el tribunal reconoció que: “Los batwa eran dueños de toda o parte del área donde se encuentra el bosque, de conformidad con sus costumbres o prácticas. Habitaron el bosque por muchas generaciones, desde antes del comienzo del dominio colonial en Uganda”[12]. El tribunal concluyó además que el Gobierno de Uganda no había compensado adecuadamente a la comunidad afectada, lo que los dejó como “un pueblo sin tierra, indigente... desfavorecido y marginado”. Sin embargo, ordenó a los Batwa que buscaran recursos de acción afirmativa a través del Tribunal Superior.
La situación del pueblo Benet
Los benet siguieron sufriendo injusticias en 2021: 30 personas fueron arrestadas y dos resultaron gravemente heridas de bala por la Autoridad de la Vida Silvestre (UWA) en disputas relacionadas con la tierra. Lamentablemente, se trasladaron a muchos de los detenidos a la prisión de Butaleja, a unos 130 kilómetros de su hogar. Esto se hizo con el objeto de negarles el acceso a la fianza, ya que a los garantes les resultaría costoso viajar a un tribunal tan retirado. El encarcelamiento de los hombres también afectó a las mujeres, quienes tuvieron que hacer el papel tanto de padre como de madre en sus casas.
El 18 de mayo de 2021, las mujeres benet encabezaron una manifestación contra los brutales actos de la UWA. De manera similar, en mayo de 2021, las mujeres protagonizaron una protesta al apostarse en un puesto de avanzada de la UWA para exigir la liberación del ganado y de los hombres, acción que atrajo la atención de los medios de comunicación. La ONG Solidarity Uganda llegó al lugar a filmar las manifestaciones.
Los derechos territoriales de los benet
En cuanto a la larga cuestión del reasentamiento, el gobierno ha utilizado la excusa de que no se puede lograr en este momento debido a la pandemia y al confinamiento. Como resultado, más de 10 familias se enfrentan al desalojo de un reasentamiento temporal. Se alega que invadieron la tierra, pero esta se les asignó en 2008 de manera temporal. En noviembre de 2021, Amnistía Internacional publicó un informe sobre el desalojo de los benet de sus tierras ancestrales hace 13 años y las deplorables condiciones en las que aún viven en campos de reasentamiento destartalados. El informe documenta los numerosos impactos de los desalojos forzosos en la comunidad de unas 18.000 personas, incluidos sus derechos a la salud, a una vivienda adecuada y a la educación. Y concluye: “Los benet todavía se están recuperando de las alteraciones a su forma de vida y siguen corriendo el riesgo de sufrir daños físicos por parte de los guardaparques a pesar de las reiteradas promesas del gobierno, incluso del presidente Museveni, de remediar su difícil situación”[13].
Salud y educación entre los benet
El sistema de salud de la comunidad Benet sigue representando un gran desafío. Aunque hay algunos esfuerzos por parte del gobierno para establecer centros de salud dentro de la zona de reasentamiento, como en Teneboni y Kwosir, las instalaciones carecen de medicamentos y no cuentan con el personal necesario. En los lugares donde los benet se asentaron temporalmente, tienen que recorrer kilómetros para acceder a uno de estos centros. Como resultado, muchas madres embarazadas utilizan parteras tradicionales o dan a luz al borde de la carretera mientras luchan por llegar a un centro de salud.
El COVID-19 causó mucho sufrimiento entre los benet, ya que se les restringió el acceso a la justicia. Con la imposición del gobierno de un confinamiento total, la UWA se desató y arrestó a todo aquel que se encontrara en el bosque, a pesar de que las personas elegían ir a este lugar para aislarse y contener la propagación de la enfermedad.
Puesto que las escuelas permanecieron cerradas durante casi dos años, es probable que muchos niños no regresen cuando finalmente vuelvan a abrir. Un buen número de niñas quedaron embarazadas y son ahora madres, algunos niños son drogadictos, adictos a las apuestas y al alcohol.
Si bien el gobierno promovió el aprendizaje en línea, los niños de las comunidades indígenas como los benet, donde hacen falta servicios como electricidad e Internet, o aparatos tales como televisores o radios, no pudieron beneficiarse de esta iniciativa. Se suma además el hecho de que las escuelas en estas comunidades no son adecuadas. Solo hay una escuela para niñas en Kwosir (Escuela Secundaria Superior para Niñas de Kwosir) y otra que aún no está en funcionamiento en el subcondado de Terenboi en Kitowoi.[14] Por ello, los niños siguen teniendo dificultades para llegar a las escuelas, lo que explica los altos índices de deserción escolar.
Benjamin Mutambukah fue coordinador de la Coalición de Organizaciones de la Sociedad Civil de Pastores de Uganda y presidente de la Red de Pastores de África Oriental y Meridional (ESAPN). Actualmente es representante de la ESAPN en el Comité Directivo Mundial de la Alianza Mundial de Pueblos Indígenas Móviles. Dedica todo su empeño a los temas relacionados con los derechos humanos de las comunidades marginadas.
Chebet Mungech es el coordinador de Benet Lobby Group, una organización no gubernamental local que trabaja con todos los benet/mosopishek y otros pueblos de habla sabina y con las partes interesadas para que exista una comunidad Benet sostenible y empoderada desde el punto de vista social, político y económico. Contacto: +256 779-233-078, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Yesho Alex es el presidente de MEBIO. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Loupa Pius es actualmente coordinador de los proyectos DINU y TRAIL en la Organización de Desarrollo Agropecuario Dinámico.
Penninah Zaninka es la coordinadora de la Organización Unida para el Desarrollo de los Batwa en Uganda.
Edith Kamakune es una profesional especializada en derechos humanos y resolución de conflictos en Uganda.
Este artículo es parte de la 36ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra mujeres indígenas que se ponen de pie y asumen el mando en la lucha por los derechos territoriales de su comunidad en Jharkhand, India. Fotografiada por Signe Leth, es la portada del Mundo Indígena 2022 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2022 completo aquí
Notas y referencias
[1] Organización Unida de Desarrollo Batwa en Uganda (UOBDU). Informe sobre los datos de los Batwa. Uganda, agosto de 2004, p. 3.
[2] Oficina de Estadísticas de Uganda. Resumen estadístico de 2018. Uganda, mayo de 2019. https://www.ubos.org/wp-content/uploads/publications/05_2019STATISTICAL_ABSTRACT_2018.pdf
[3] Baker, Wairama G. Uganda: The marginalization of Minorities. (La marginalización de las minorías). Minority Rights Group International, MRG, (Grupo Internacional de los Derechos de las Minorías, MRG), p. 9, 2001. https://minorityrights.org/publications/uganda-the-marginalization-of-minorities-december-2001/
[4] Ley de Tierras. 1998, artículos 2, 32; y Estatuto Nacional del Medio Ambiente. 1995, artículo 46.
[5] “Suspected Warriors Raid Village Savings Group, Steal UGX 12M in Kaabong” (Presuntos guerreros saquean grupo rural de ahorros y roban 12 millones UGX en Kaabong). Uganda Radio Network, 16 de agosto de 2021. https://ugandaradionetwork.com/story/suspected-warriors-raid-village-savings-group-steal-ugx-12m-in-kaabong
[6] “Karamajong woman shot dead for ‘giving intelligence to UPDF’” (Mujer Karamojong asesinada a tiros por “compartir inteligencia a las UPDF”). The Independent, 28 de agosto de 2021. https://www.independent.co.ug/karamajong-woman-shot-dead-for-giving-intelligence-to-updf/
[7] El partido gobernante en Uganda.
[8] Parlamento de la República de Uganda. Karamoja MPs call for new approach to tackle insecurity (Los miembros del Parlamento piden un nuevo enfoque para combatir la inseguridad). Parlamento de la República de Uganda, 7 de diciembre de 2021. https://www.parliament.go.ug/news/5477/karamoja-mps-call-new-approach-tackle-insecurity
[9] Ronald Musoke.All Africa Uganda “Karamoja's New Wave of Insecurity” (Nueva ola de inseguridad en Karamoja). All Africa Uganda, 20 de septiembre de 2021. https://allafrica.com/stories/202109230703.html
[10] (8) Op. cit.
[11] Masudi, Hamimu. “Marginalized and violated: Minority and indigenous women are ignored victims of gender-based violence” (Marginadas y violadas: las mujeres indígenas y de grupos minoritarios son víctimas ignoradas de la violencia de género). Organización Minority Rights Group de África, 10 de diciembre de 2019. https://minorityrights.org/2019/12/10/marginalized-and-violated-gbv
[12] Amnistía Internacional. “13 Years in Limbo: Forced Evictions of the Benet in the Name of Conservation” (13 años en el limbo: desalojos forzosos de los Benet en nombre de la conservación). Amnistía Internacional, noviembre de 2021. https://www.amnesty.org/en/wp-content/uploads/2021/11/AFR5941382021ENGLISH.pdf
[13] Amnistía Internacional. “Uganda: evicted from their ancestral land 13 years ago, the Indigenous Benet people still await justice” (Uganda: desalojados de sus tierras ancestrales hace 13 años, el pueblo indígena Benet siguen esperando que se haga justicia). Amnistía Internacional, 8 de noviembre de 2021. https://www.amnesty.org/en/latest/news/2021/11/uganda-evicted-from-their-ancestral-land-13-years-ago-the-indigenous-benet-people-still-await-justice/
[14] El gobierno de Uganda emprendió una política para tener una escuela secundaria en cada subcondado del país. Decidió financiar la construcción en aquellos subcondados que no tenían escuelas asistidas por el gobierno, en un esfuerzo por poner a estos subcondados al mismo nivel que los otros. Estas escuelas secundarias reciben el nombre de “escuelas seminales”.
Etiquetas: Gobernanza Global, Derechos Humanos