Mundo Indígena 2019: Níger
Los pueblos indígenas de Níger son los tuareg, los fulani y los toubou, todos ellos pastoralistas trashumantes. En el año 2009, la población total de Níger se estimó en 14.693.110. El 8,5% de dicha población o 1.248.914 personas eran fulani, el 8,3% o 1.219.528 personas eran tuareg y el 1,5% o 220.397 personas eran toubou.
Dentro de los fulani existen varios subgrupos como los tolèbé, los gorgabé, los djelgobé y los bororo. En su mayoría son ganaderos de ganado bovino y ovino aunque algunos se han convertido en agricultores tras perder sus animales durante las sequías. Los tuareg crían camellos y cabras y viven en el norte (Agadez y Tahoua) y el oeste (Tillabéry) del país. Los toubou son criadores de camellos y viven en el este del país entorno a Tesker (Zinder), N’guigmi (Diffa) y a lo largo de la frontera con Libia (Bilma).
La Constitución de Níger de junio de 2010 no menciona explícitamente la existencia de pueblos indígenas en el país. Los derechos de los pastoralistas se estipulan en el Código Pastoral adoptado en 2010. De suma importancia es que este Código incluye un reconocimiento explícito de la movilidad como un derecho fundamental y la prohibición de privatizar los espacios pastoralistas que supone una amenaza contra dicha movilidad. Un elemento adicional importante en el Código Pastoral es el reconocimiento de los derechos de uso prioritario en sus tierras de pastoreo (terroirs d’attache). Níger no es signatario del Convenio 169 de la OIT pero sí votó a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
El terrorismo en el Sahel causa atrocidades contra los fulani
En la memoria viva (la de los nigerinos y de las diferentes comunidades del país: haoussa, djerma, fulani, tuareg, árabe, toubou, gourmantché y kanouri), nunca se había forzado a una comunidad a vivir en tan grave y delicada situación como a la comunidad fulani de Níger. La causa radica en la entrada del terrorismo y de grupos terroristas en el Sahel (y Estado Islámico del Gran Sahara (ISGS) en el norte de la región de Tillabéry y Boko Haram en Diffa, específicamente), y toda la consiguiente discriminación, estigmatización y flagrantes violaciones de derechos humanos.
Esto es lo que ha sucedido desde las primeras incursiones de diversos grupos terroristas en Níger y, en particular, en las regiones de Diffa (Boko Haram) y Tillabéry (ISGS). Estas irrupciones han ocasionado un elevado número de víctimas, tanto entre las fuerzas de defensa y seguridad como en la población civil, y probablemente continúe así.
En la guerra contra el terrorismo, y particularmente en el norte de la región de Tillabéry en la frontera con Mali, debe señalarse que varios grupos armados y movimientos legitimados por el Estado maliense, tales como GATIA (Grupo de Autodefensa Tuareg, Imghad y Aliados), creado el 14 de agosto de 2014 por el general El hadj Ag Gamou, y el MSA (Movimiento por la Salvación de Azawad), creado el 2 de septiembre de 2016 por Moussa Ag Acharatoumane, están llevando a cabo operaciones conjuntas con el ejército de Níger. Desafortunadamente, en el nombre de la guerra contra el terrorismo, estos grupos están saldando sus propias cuentas y enemistades históricas, resultando en graves ataques contra la comunidad fulani que son los rivales históricos de los tuareg daoussak al norte de Tillabéry y de los dogon en el centro de Mali.1
El 18 de mayo de 2018 se perpetró una masacre contra personas fulani a dos kilómetros de la frontera del país con Mali, provocando 18 víctimas mortales y una persona herida. Los testigos manifestaron que al parecer los atacantes eran tuareg que se refugiaron rápidamente en Mali y por lo tanto no pudieron ser arrestados. El ministro de Interior de Níger, Mohamed Bazoum, visitó la zona el 19 de mayo junto con el gobernador de Tillabéry y el prefecto de Ayorou. Las autoridades no tenían dudas de que se trataba de un ataque de represalia. Los atacantes parece que deliberadamente habían elegido como objeto y asesinado a 17 fulani en revancha por las muertes de un número similar de tuareg hacia unas semanas en un ataque en Mali.2
El 29 de abril, Aboubacar Diallo, presidente del Consejo Pastoralista de Tillabéry (fulani del norte) declaró que él estaba:
[…] Profundamente preocupado por la estigmatización de la comunidad fulani. Nosotros, la comunidad fulani de Níger observamos con amargura y angustia que el Estado de Níger ha estado involucrado durante algún tiempo en el uso de grupos armados extranjeros para la denominada guerra contra el terrorismo pero, para nuestra gran sorpresa, estos mercenarios se están dedicando a una exterminación genocida de la comunidad fulani de Níger. Como informamos al Gobierno y a la opinión nacional e internacional durante nuestra primera declaración en noviembre de 2016 y de nuevo tras los horribles y mortales sucesos del 11 de julio de 2017 cometidos por el GATIA de El Hadj Ag Gamou y el MSA de Moussa Ag Acharatuman, las autoridades están comenzando a darse cuenta de la profunda gravedad con la que se ha decepcionado y traicionado al Gobierno en el acometimiento de su misión, (…) conviene también recordar que esta no es la primera vez que estos bandidos armados y sus jefes han seleccionado como objetivo a miembros de la comunidad fulani. Así sucedió también en 2013 y en 2017. Estos grupos se han embarcado en sus operaciones con un espíritu de venganza (…) La alianza entre GATIA, MSA y otros actores en el conflicto del norte de Mali se está convirtiendo en un máquina injusta e inhumana para exterminar comunidades fulani del norte de Tillabéry.3
Misión de investigación de la Asociación para la Reactivación del Pastoralismo en Níger (AREN) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Níger (CNDH)
En julio y noviembre de 2018, como parte del Proyecto Conflicto y Fragilidad financiado por Oxfam en las regiones de Diffa y Tillabéry, diversas misiones de investigación realizadas por AREN y la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Níger concluyeron que GATIA y MSA efectivamente habían estado implicados en acciones contra la comunidad fulani.4
Preocupación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) por la explosiva situación en la frontera Níger-Mali
El 4 de mayo de 2018, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) emitía una nota de prensa en la que expresaba su preocupación por la magnitud de la violencia en la zona fronteriza entre Níger y Mali, uno de los lugares más difíciles para acceder con ayuda humanitaria. Dada la violencia reciente, el CICR instaba a todas las partes involucradas presentes en la zona a evitar echar más leña al fuego. La organización no considera responsable a ninguna parte en particular, más bien describe esta violencia como, por encima de todo, un conflicto de comunidades, explica Loukas Petridis, jefe de la misión en Níger del CICR:
Es muy difícil obtener una visión objetiva ya que no estamos en el terreno, no podemos visitar las zonas donde están sucediendo las masacres. Pero pienso que no es el modo más útil de ver las cosas en este contexto. Esto tiene que ver con comunidades que habían tenido problemas en el pasado y que continúan teniendo problemas. La presencia de grupos armadas, con sus propios planes, solo ha empeorado mucho más la situación. Creo que este recrudecimiento de la violencia es también una consecuencia de esto.5
Diferentes proyectos destinados a pastoralistas fulani
Con el apoyo de CARE, AREN ha puesto en marcha tres diferentes proyectos de capacitación para pastoralistas:
Formación de población pastoralista
Como parte del programa de educación y formación pastoral regional (PREPP-AREN NIGER), del 8 al 12 de agosto de 2018 se desarrolló una misión de identificación en campamentos ubicados en las rutas trashumantes de los pastoralistas que van desde Benín a Chad.
Formación en resolución de conflictos
En el contexto de implementar el proyecto "Protección y Gestión Equitativa de Recursos Agropastoralistas en la región de Tillabéry (PGERAT)", y en asociación con la Iniciativa de Sociedad Abierta para África Occidental (OSIWA), AREN ha emprendido la realización de una serie de talleres de formación sobre la gestión de conflictos territoriales, encaminados a lograr una coexistencia pacífica entre pastoralistas y agricultores, estableciendo mecanismos efectivos para compartir los recursos naturales disponibles en sus actividades cotidianas. Este proyecto se centra en tres municipios de la región de Tillabéry: Tagazar, Hamdalaye y Dantchandou, y se desarrollará durante 18 meses.
Proyecto HAMZARI sobre funciones y capacidades asociadas
El taller inicial para el Proyecto HAMZARI de CARE Níger sobre “Funciones y Capacidades Asociadas” tuvo lugar en Niamey del 4 al 9 de noviembre de 2018. AREN está trabajando en su implementación, en apoyar el desarrollo de recursos pastoralistas a nivel comunitario, cadenas de valor para ganado del sector bovino y avícola en la zona pastoral a nivel comunitario, establecer conexiones con el mercado, acceder a material y servicios veterinarios, proporcionar formación a beneficiarios y contribuir, cuando sea apropiado, a desarrollar empresas ganaderas.
Conclusión
2018 fue un año de graves ataques contra la comunidad fulani y las autoridades locales no tomaron las medidas oportunas para hacer frente a esta triste realidad, dando como resultado el terrible sufrimiento del pueblo fulani. La posición de algunos líderes fulani de Níger es que esta situación ya ha durado demasiado y que no pueden quedarse parados y aceptar la falta de acción de un Estado incapaz de garantizar la seguridad de su comunidad. Las consecuencias ya se pueden ver en el hecho de que la comunidad fulani se está movilizando en defensa propia, una actuación que claramente tendrá repercusiones para la unidad y estabilidad de Níger.
Este artículo es parte de la 33ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. Encuentra El Mundo Indígena 2019 completo aquí.
Notas y referencias
- RFI Afrique 20/05/2018.
- Declaración de la comunidad fulani de Níger, fecha 29/04/2018.
- Ibidem
- Informes de las misiones conjuntas de la Asociación para la Reactivación del Pastoralismo en Níger (AREN) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Níger (CNDH) en julio y noviembre de 2018 en la región de Tillabéry.
- RFI (/auteur/rfi) publicado el 04/05/2018.
Saidou Garba Bachir es periodista y fotógrafo especializado en desarrollo, género, juventud y seguridad alimentaria. Es coordinador de comunicación y movilización de la Asociación para la Reactivación del Pastoralismo en Níger (Association pour la Redynamisation de l’Elevage au Niger / AREN).
Patrick Kulesza es director ejecutivo de GITPA, el Grupo Internacional de Trabajo para los Pueblos Indígenas (Groupe international de travail pour les peuples Autochtones), www.gitpa.org
Etiquetas: Derechos Humanos, Defensores de derechos humanos indígenas