El Mundo Indígena 2020: Libia
Los Amazigh forman la población indígena de Libia, estimándose que alcanzan la cifra de un millón, lo que equivale a más del 16% de la población total del país. Viven en varias áreas del norte, este y sur del país aunque sin ninguna continuidad geográfica. Al oeste de Trípoli, en la costa mediterránea, residen en la ciudad de At-Wilul (Zwara) y en las montañas de Adrar Infussen (Nefoussa), en la frontera con Túnez; en el sureste, en la frontera con Egipto, habitan en los oasis de Awjla, Jalu y Jakhra; en el sur, la región de Fezzan es tradicionalmente territorio kel-tamasheq (tuareg), incluyendo las zonas de Murzuq, Sebha, Ubari, Ghat y Ghadamès. Los kel-tamasheq de Libia están vinculados de manera natural con otras comunidades kel-tamasheq que viven en las fronteras con Níger y Argelia.
Trípoli es también el hogar de una importante comunidad Amazigh.
Además de las comunidades árabes y Amazigh, hay una minoría étnica en Libia conocida como los “toubou”, compuesta por alrededor de 50.000 individuos. Son originarios de las mesetas de Tibesti en Chad y viven a lo largo de la frontera Libia-Chad. Siguen un estilo de vida nómada y practican el pastoralismo en un área que se extiende desde el norte de Níger a Sudán.
Durante la época de Gaddafi (1969-2011), Libia fue declarada un país exclusivamente “árabe y musulmán”. La Proclamación Constitutional de 1969 establece en su primer artículo que “Libia es una república árabe (…), el pueblo libio forma parte de la nación árabe y su objetivo es la unidad árabe total. El nombre del país es la República Árabe de Libia”. El segundo artículo añade que “el islam es la religión del Estado y el árabe su idioma oficial”. Desde entonces la política gubernamental ha perseguido siempre implacablemente a todas las personas que no reconozcan la “identidad árabe-musulmana” de Libia.
Tras la “revolución” de 2011, en 2017 un “Consejo Constitucional Provisional” presentó un borrador de nueva Constitución que en nada cambia los pilares identitarios del país. El artículo dos sigue estipulando que “Libia forma parte de la nación árabe” y que “el árabe es el idioma del Estado”. El artículo seis señala que “el islam es la religión del Estado y la ‘Sharia’ la fuente de su derecho”. Asimismo, contiene otros artículos discriminatorios que prohíben, por ejemplo, a una persona libia no musulmana presentarse a las elecciones para la Cámara de Representantes (artículo 69) o ser presidente de la República (artículo 101) y establece que la justicia se debe impartir “en el nombre de Allah” (artículo 189). Estos artículos notoriamente tienen el objetivo de imponer una república islámica, en detrimento de la diversidad de culturas y creencias existentes en Libia. No obstante, debido a la oposición amazigh y toubou, y también a causa de la guerra, este borrador de Constitución aun no se ha aprobado. Libia votó a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La guerra civil siembra el desastre y la confusión
Desde 2011, Libia ha sido incapaz de elegir órganos gubernamentales legítimos reconocidos por los habitantes del país. Desde 2014, dos parlamentos y dos gobiernos – uno en Bengasi al este del país y otro en Trípoli– han estado en guerra entre ellos, con consecuencias desastrosas para la población. A estos dos jugadores principales se debe añadir la presencia de decenas de milicias armadas que controlan diferentes zonas y centros de interés del país.
A pesar del embargo de las Naciones Unidas de venta de armas a Libia, renovado en junio de 2019,1 continúan llegando al país equipamiento militar y municiones, principalmente por mar. El 3 de julio de 2019, Amnistía Internacional señaló: “El embargo de las Naciones Unidas de armas está destinado a proteger a civiles en Libia. Sin embargo Jordania, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía, entre otros, están violando manifiestamente este embargo al suministrar vehículos blindados, misiles teledirigidos y otros tipos de armamento.”2
En consecuencia, Libia se encuentra inmersa en una guerra civil que ha provocado miles de muertos, heridos y desplazados, así como destrucción de casas e infraestructuras. Las regiones amazigh al oeste de Trípoli se han visto afectadas por esta guerra, particularmente la ciudad de At-Willul (Zwara) que fue bombardeada el 15 de agosto de 2019 por la Fuerza Aérea Libia controlada por Bengasi.
El conflicto armado y la falta de gobierno legítimo reconocido por todos han contribuido a que el tema del cambio climático sea ignorado totalmente en el país. Los diferentes grupos políticos/militares están demasiado enfrascados en una lucha de poder y la gente demasiado preocupada por la inseguridad y la carencia de agua/alimentos causadas por la guerra civil para pensar en la cuestión del calentamiento global.
El empeño de los Amazigh de Libia por atender sus propias necesidades
Con este trasfondo de falta de presencia estatal y de autoridades legítimas, cada comunidad – incluyendo los amazigh – está viviendo en relativa autonomía en su tierra. Por tanto, en los territorios Amazigh, las autoridades municipales representan la autoridad pública legítima reconocida por los habitantes.
Todas las autoridades municipales en los territorios amazigh, por ejemplo, han decidido tomar la responsabilidad no solo de la seguridad pública sino también de la educación y la cultura, enseñando tamazight en las escuelas y apoyando programas culturales que promueven la cultura y el patrimonio amazigh. Asimismo, han decidido reactivar el uso del tamazight dentro de la administración y, en 2019, comenzaron a celebrar oficialmente “Yennayer”, el año nuevo amazigh, y a implementar un programa de reasignación de nombres de lugares en amazigh, etc.
El gobierno en Trípoli también ha respaldado la creación de un “Centro Libio para Estudios Amazigh” con sede en la capital libia. Sin embargo, el 10 de julio de 2019, el Ministerio del Interior del gobierno de Trípoli envío una carta a las autoridades locales pidiéndoles que utilicen solo el idioma árabe y que prohíban los nombres Amazigh.3 Sin embargo, protestas unánimes del pueblo Amazigh llevaron al Ministerio del Interior a remitir una nueva carta el 9 de diciembre de 2019 autorizando a los Amazigh y a otras comunidades libias a “poner a sus hijos nombres de acuerdo con su cultura y tradiciones ancestrales”.
A nivel socioeconómico, los recursos naturales localizados en los territorios amazigh (petróleo y gas en la región de Fezzan al sur y en la zona de At-Wilul en la costa mediterránea) han escapado completamente al control amazigh. Las poblaciones kel-tamasheq en el sur de Libia son, junto con los toubou, las personas más pobres del país.
Es también importante señalar que el régimen de Gaddafi denegó otorgar la nacionalidad libia a personas que no fueran árabes y nada ha cambiado en este sentido desde la revolución de 2011. En consecuencia, más de 10.000 familias kel-tamasheq en Libia carecen de documentación, privándoles de acceso a servicios públicos como sanidad y educación. Una persona kel-tamasheq manifestó: “Oficialmente, no existimos y esto constituye claramente una enorme barrera para recibir atención médica o enviar a nuestros hijos al colegio.”4 Se trata de discriminación grave y sistemática y el caos continuo en Libia implica que no será posible hacer nada en el futuro más cercano para solucionar este problema.
Este artículo es parte de la 34ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación está hecha en la amazonía peruana, dentro del territorio Wampi, fotografiada por Pablo Lasansky y que es la portada del Mundo Indígena 2023 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2020 completo aquí
Notas y referencias
- Resolución No. 2473 aprobada el 10 de junio de 2019 por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
- “Libye. Les Violations De l’embargo Sur Les Armes Mettent Gravement en Danger Les 1,2 Million de Civils de Tripoli”. Amnistía Internacional, 3 de julio de 2019: https://www.amnesty.org/fr/latest/news/2019/07/libya-un-arms-embargo-vio- lations-put-tripolis-civilians-in-grave-danger/
- Carta con referencia 13.3/254 y fecha de 10 de julio de
- Zurutuza, Karlos “Libye. L’exode des Touaregs, citoyens sans papiers”. Courrier International, 11 de enero de 2019: https://www.courrierinternational.com/arti-/ cle/libye-lexode-des-touaregs-citoyens-sans-papiers
Belkacem Lounes, doctor en Economía, profesor de la Universidad de Grenoble, miembro experto del Grupo de Trabajo sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y autor de numerosos informes y artículos sobre derechos amazigh.
Este artículo es parte de la 34ª edición de El Mundo Índigena. La publicación es un resumen de los principales acontecimientos que los pueblos indígenas han vivido. Descarga El Mundo Indígena 2020 aquí
Etiquetas: Clima