El Mundo Indígena 2022: La defensa de los derechos de las Mujeres Indígenas

A través de la sabiduría, energía y empoderamiento, las mujeres indígenas han sido agentes de cambio en sus vidas como mujeres indígenas y en la de sus pueblos como integrantes de sus comunidades.  Cultivan semillas para la defensa y demanda del ejercicio pleno de sus derechos individuales y colectivos. Algunas han florecido: en el reconocimiento de las diversas identidades y raíces ancestrales; en la reivindicación cotidiana de sus derechos como mujeres, y en la lucha constante por la defensa de sus territorios.  Siguen juntas en la lucha y continúan fortaleciendo liderazgos colectivos, desde lo comunitario a lo global.

En 2021 en el marco del 25 Aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, las redes de organizaciones de mujeres indígenas han trabajado en colectivo en la preparación del Estudio global sobre la situación de las mujeres y niñas indígenas, que pautó su participación y contribución en el Foro Generación e Igualdad.

También caminaron juntas compartiendo estrategias y puntos clave para que el Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer hiciera una recomendación general sobre mujeres y niñas indígenas.

Durante los últimos 25 años, ha sido notable la capacidad de las mujeres indígenas para promover cuestiones cruciales en las agendas internacionales sobre cuestiones de desarrollo y de los derechos humanos. La Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas, celebrada entre agosto yseptiembre de 2021, será un eje fundamental para el trabajo de los siguientes años al proporcionar una Declaración Política Global de Mujeres Indígenas.

Así han conformado la urdimbre y trama de su estrategia para el buen vivir desde los liderazgos locales a los espacios globales.


Este artículo es parte de la 36ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra mujeres indígenas que se ponen de pie y asumen el mando en la lucha por los derechos territoriales de su comunidad en Jharkhand, India. Fotografiada por Signe Leth, es la portada del Mundo Indígena 2022 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2022 completo aquí


Estudio global sobre la situación de las mujeres y niñas indígenas[1]

Según el Estudio global sobre la situación de las mujeres y niñas indígenas se estima que en el mundo hay 476.600.000 de indígenas, de los cuales 238.400.000 son mujeres. En general, representan el 6.2 % de la población mundial[2], pero constituyen el 15 % de las personas más pobres del planeta. En todas las regiones, se identifica la pobreza como un problema multidimensional que afecta a las mujeres indígenas, lo que representa un grave obstáculo para la igualdad y el pleno disfrute de los derechos humanos. Además, la pobreza es consecuencia de políticas discriminatorias de un modelo económico basado en el capitalismo y de nuevas formas de colonialismo relacionadas con el desposeimiento de las tierras y territorios, la pérdida de actividades o medios de sustento de vida, los conflictos armados y los efectos del cambio climático.

Este informe registra también que la fuerte dependencia del trabajo informal y su concentración en zonas amenazadas por el cambio climático colocan a las mujeres indígenas en una situación de desventaja frente a sus contrapartes no indígenas y a los hombres indígenas[3]. Además, están propensas a enfrentar muchos otros problemas: políticas de ajuste macroeconómico que las afectan de forma desproporcionada; leyes discriminatorias relacionadas con los derechos sobre la tierra, los recursos naturales, los préstamos y el crédito; y proyectos de desarrollo agresivos, como la minería y la agroindustria.

Para hacer frente al hundimiento por el cambio climático en las Islas del Pacífico Sur, las mujeres indígenas se han unido al proyecto Outer Islands Food and Water Project, a través del cuall garantizan la seguridad alimentaria, la nutrición y el acceso a agua potable de los hogares.

En el Mau Forest, cerca del  río Ewaso Nyiro de Kenia, más de 900 Mujeres paran que viven en las faldas empezaron a notar escasez de agua por el cambio climático. Su propuesta para enfrentar este desafío, y poder obtener ingresos económicos para alimentarse ha sido: plantar árboles y cuidar viveros con especies nativas, producir carbón vegetal de los desechos del bosque y cocinas de barro, recolectar semillas de plantas medicinales, producir miel o criar pollos. Ahora, en todo el condado de Narok, hay mujeres implementando y difundiendo las enseñanzas de las mujeres paran.

La sra. Moñeka De Oro, mujer indígena del pueblo Chamoru fue seleccionada por el Departamento de Estado de Estados Unidos como joven líder del Pacífico, por su aporte en el trabajo comunitario ante el cambio climático. También, la organización en la que ella participa lleva a cabo programas que persiguen el empoderamiento económico de las mujeres a partir de la formación y el trabajo del vidrio y recetarios tradicionales. Como resultado, la participación política de las mujeres indígenas se ha incrementado para promover los derechos de los pueblos indígenas, incluida la soberanía alimentaria. 

Pese a esta realidad que amenaza a las mujeres indígenas en lo cotidiano tanto en lo individual y como en lo colectivo, ellas han demostrado su resiliencia y contribución, poniendo sus conocimientos al servicio de sus pueblos y de la humanidad. A su vez, desafían las situaciones extremadamente adversas en las que viven, tales como la pobreza, las violencias de las que son objeto y la crisis sanitaria del COVID-19.

Liderazgo de las mujeres indígenas

Desde la mirada de las mujeres indígenas, el liderazgo está vinculado a ser guía, a caminar, a acompañar, a ser puentes que conectan y orientan a otras, sin imponer, en la búsqueda del bien común de las mujeres y de sus pueblos. Son creadoras de redes de solidaridad y promotoras de la igualdad, asumiendo compromisos desde lo individual que trascienden a lo colectivo. El liderazgo de las mujeres indígenas promueve un diálogo abierto, claro y respetuoso, que posibilita la identificación de soluciones a problemáticas históricas y estructurales, con el objetivo de conseguir el equilibrio y la armonía de sus comunidades.

Un caso emblemático de liderazgo de las mujeres indígenas se ha dado en el Consejo Aguaruna Huambisa (CAH). La organización se creó en 1977 para reunir a los pueblos Awajún y Wampis de la Amazonía peruana bajo un mismo objetivo: la defensa de la tierra y el territorio. Raquel Caicat ha sido una de las mujeres del CAH que promueve una visión más femenina de la defensa del territorio. A sus 22 años, creó un taller de costura exclusivo para mujeres. Fue en estos espacios, sin la presencia de hombres, donde empezó a hablarles de sus derechos. Así, traspasó estas enseñanzas al resto de su pueblo y fue ganando popularidad, incluso entre los dirigentes varones. En 1999, Raquel fue nombrada vicepresidenta. En 2017, a 40 años de haber sido fundado, el CAH nombró a una mujer indígena como presidenta de la organización.

Desarrollar y fortalecer el liderazgo desde la perspectiva de la mujer indígena, es reconocer que han roto paradigmas, enfrentándose a un sistema patriarcal y racista que históricamente las ha excluido. Ha significado abrir caminos, alzar voces colectivas, demandar derechos y exigir justicia. Pero sobre todo ha facilitado la creación de redes de coordinación y trabajo conjunto con sus pueblos y otros liderazgos para posicionar sus demandas, negociar propuestas y convertirlas en acciones individuales y colectivas, que trascienden de lo comunitario a lo global.  

El camino recorrido

En los últimos 25 años, ha sido notable la capacidad de las mujeres indígenas para posicionar en las agendas internacionales cuestiones cruciales relacionadas con el desarrollo y los derechos humanos. Se han logrado importantes avances a nivel nacional. La mayoría de los países de las Américas, el Ártico y en algunos de África, Asia y el Pacífico han fortalecido la participación de las mujeres en la política, han promovido políticas de reducción de la pobreza, mayor acceso de las mujeres y las niñas a los servicios de salud, la educación y la capacitación. Además, han apoyado el empoderamiento y la autonomía económica de las mujeres, así como la lucha contra la violencia y las violaciones de los derechos humanos.

Estos cambios positivos han sido activados e impulsados por iniciativas organizadas de mujeres indígenas a escala local, nacional, regional y global, haciendo uso de los recursos y experiencias con actores claves, todos unidos en torno al objetivo de promover los derechos humanos y las libertades fundamentales de las Mujeres Indígenas en todos los ámbitos[4].

Por ejemplo, en Camerún, las mujeres ogiek describen que su nivel de participación en los procesos de toma de decisiones a nivel nacional es aún muy bajo. Los aspectos patriarcales tradicionales de los sistemas culturales de los pueblos indígenas, la falta de educación y la alta tasa de analfabetismo, les impiden participar en los procesos de toma de decisiones y de poder.

En países considerados como “desarrollados”, como Canadá, las mujeres indígenas están infrarrepresentadas en las posiciones de liderazgo democrático y político, incluidos los gobiernos indígenas. Según los datos del Canadian Centre for Policy Alternatives (Centro Canadiense de Políticas Alternativas)[5], en 2019 sólo 94 de los 545 caciques existentes eran mujeres.

Al describir los desafíos persistentes, el estudio global mencionado también pone de manifiesto que la situación de las mujeres indígenas no puede describirse ni entenderse adecuadamente sin hacer referencia de manera simultánea tanto a los derechos individuales como a los derechos colectivos. La violación de los derechos colectivos a la tierra y a la libre determinación tiene impactos concretos en los derechos individuales de las mujeres indígenas. Para las Mujeres Indígenas, la mayoría de las esferas de especial preocupación de la Plataforma de Acción de Beijing están profundamente interrelacionadas con su experiencia de la libre determinación y su relación con la tierra, lo que da forma a su condición como mujeres y como indígenas.

Por ello, en el posicionamiento global de las mujeres indígenas elaborado para el Foro Generación Igualdad[6], destacaron sus contribuciones al desarrollo sostenible, la conservación y preservación de la biodiversidad y recursos naturales, la resiliencia alcanzada frente a una crisis global como la del COVID-19, basadas en su cosmovisión, sabiduría, espiritualidad, conocimientos, innovaciones y prácticas como agentes de cambio. De igual forma, valoran lo alcanzado en reconocimientos legales y políticos, tanto a nivel internacional como nacional, en relación con sus derechos individuales y colectivos, así como avances organizativos en el desarrollo de agendas comunes puestas en marcha para lograr la igualdad de género y el buen vivir [7].

Otro mecanismo internacional en el que la incidencia de las mujeres indígenas ha sido determinante, es la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). En un mundo donde las mujeres, en todas nuestras diversidades, experimentan una profunda desigualdad; este instrumento tiene una especial relevancia para la vida y protección de sus derechos, incluidas las mujeres indígenas. Sin embargo, este tratado internacional no reconoce de manera específica a mujeres y niñas indígenas como sujetos de derechos individuales y colectivos. Esto significa que la Convención no ofrece una protección adecuada contra las múltiples discriminaciones y violencias a las que se enfrentan.

En este camino, el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), en cooperación con redes regionales de mujeres indígenas, organizaron el diálogo virtual: Caminando juntas rumbo al cambio, en el que compartieron estrategias y puntos clave para que sus voces, perspectivas y demandas quedaran reflejadas en una Recomendación General de la (CEDAW) sobre los derechos de las mujeres y niñas indígenas. En la recomendación se afirmó la importancia de mantener la diversidad de voces, incluyendo mujeres y niñas con discapacidad y de la comunidad LGTBI. Además, se aseguró que  se haga una interpretación colectiva de los derechos y que fueran  integrados de forma holística, desde una mirada inclusiva e interseccional. 

“Nada sobre nosotras, sin nosotras”, ha sido una afirmación histórica y que ha estado presente para las organizaciones y redes de mujeres indígenas en la revisión anual de la implementación de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En los últimos cuatro años, las mujeres indígenas han participado y contribuido activamente durante las revisiones voluntarias realizadas por los Estados sobre el estatus de implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Naciones Unidas.

Desde su trabajo organizativo, las mujeres indígenas han aportado para que estos objetivos se cumplan, poniendo en marcha acciones orientadas a poner fin a la pobreza, acercarse a una salud más equitativa, seguir trabajando por la protección de los ecosistemas, avanzar a la educación con igualdad, a su empoderamiento e ir hacia una economía para el buen vivir. A su vez, continuar exigiendo a los Estados que asuman su responsabilidad y rol de ser los garantes de los derechos de las mujeres indígenas y sus pueblos.

La Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas. De las palabras a la acción

En medio de significativos avances y retos pendientes, ha sido valioso que en 2021 se lograra celebrar la Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas, con el lema Juntas por el bienestar y la Madre Tierra[8]. Un espacio de reencuentro en el que se hicieron vivas y reconocidas las voces, miradas, experiencias, buenas prácticas, sueños, saberes, propuestas y valores de las mujeres indígenas. Pero que sobre todo permitió entretejer su espiritualidad de forma colectiva, aun enfrentando el desafío del uso y brecha de la virtualidad.    

Esta conferencia global organizada por FIMI, Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas, Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México, African Indigenous Women's Organization, Saami Women’s Forum, Network of Indigenous Women in Asia, Asian Indigenous Women’s Network, Pacific Network through I Hagan Famalao’an Guåhan, , fortaleció el movimiento local, regional y global de las mujeres indígenas. Se acordó una agenda global y diversa para avanzar en el reconocimiento y la realización de sus derechos colectivos e individuales. Participaron más de 500 mujeres indígenas de todas las regiones del mundo (América del Norte, Latinoamérica, el Caribe, África, Asia, Pacífico y Ártico), ancianas, jóvenes, habitantes de urbes y del campo, indígenas con discapacidad, lideresas, activistas, artistas, mujeres que forman parte de la comunidad LGBTQ, que trabajan en los gobiernos y en organismos de Naciones Unidas.

Durante las sesiones de trabajo, compartieron sus preocupaciones y realidades, reconociendo que se han conseguido algunos progresos en la participación de las mujeres indígenas, incluyendo las mujeres indígenas con discapacidad, en los procesos políticos a nivel local, nacional e internacional. Pero que aún está lejos la consecución de “la participación plena y efectiva” e inclusión en espacios y mecanismos de toma de decisiones en todos los asuntos que las afectan.

Reafirmaron su capacidad de resistencia y espíritu de resiliencia, compartiendo las acciones afirmativas y buenas prácticas que han acumulado, que han sido claves para continuar caminando sin victimizarse, sino más bien asumiendo su luz, saberes y fuerza. Hilando juntas recomendaciones que no van a esperar a que se cumplan, sino que van a exigir y hacer que se hagan una realidad. 

Además hicieron un llamamiento para que produzca una transformación del poder, en donde el enfoque paternalista y racista sea reemplazado por una colaboración equitativa entre Estados, órganos, mecanismos y organismos de Naciones Unidas, otros actores relevantes y los donantes de las organizaciones de mujeres indígenas, las organizaciones mixtas y las estructuras de autogobierno de nuestros pueblos indígenas. Convertidos en programas de financiación basados en las necesidades expresadas por las propias comunidades, a fin de asegurar el avance del desarrollo social, cultural y económico de las mujeres y niñas indígenas[9]

Así como, para que los Estados adopten medidas específicas, inclusivas y accesibles tales como acciones selectivas afirmativas y programas para abordar las condiciones de las mujeres indígenas. Teniendo en cuenta el entendimiento global de que la discriminación y violencias que viven las mujeres indígenas son multidimensionales, y que dicho entendimiento está íntimamente ligado a su cosmovisión, a los derechos de la naturaleza, y a su papel como defensoras del medio ambiente y guardianas ancestrales de la Madre Tierra.

Es necesario que los Estados enmiendan y revisen leyes, políticas y reglas existentes, o que establezcan nuevas disposiciones, para que se alineen plenamente con sus compromisos y obligaciones adquiridos en base a instrumentos internacionales y para reconocer y proteger los derechos de las Mujeres indígenas. También es necesario que aseguren el establecimiento de mecanismos apropiados que reflejen dimensiones colectivas del derecho a la igualdad, a la no discriminación y a la libre determinación y a vivir libre de toda forma de violencia[10].

Reflexiones finales para un llamado urgente al cumplimiento de las demandas de la Mujeres indígenas

En el reconocimiento y respeto del ser, saber y hacer de las mujeres indígenas, desde sus miradas y voces coincidentes y disidentes, ellas van a continuar avanzando con pasos firmes para alcanzar el goce pleno y efectivo de su bienestar. Afirmadas en su espiritualidad, identidades y cosmovisiones como la base que sostiene su liderazgo. 

La ruta de incidencia ha implicado procesos organizativos internos profundos donde se han replanteado demandas y propuestas, haciendo uso del marco de derechos humanos y sin perder el sendero por donde caminaron sus ancestros y ancestras.

 

El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) es una red global que articula a mujeres indígenas de siete regiones socioculturales. FIMI está enfocada en la incidencia política, el fortalecimiento de capacidades, el empoderamiento económico y el desarrollo de liderazgos.

 

Este artículo es parte de la 36ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra mujeres indígenas que se ponen de pie y asumen el mando en la lucha por los derechos territoriales de su comunidad en Jharkhand, India. Fotografiada por Signe Leth, es la portada del Mundo Indígena 2022 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2022 completo aquí

 

Notas y referencias 

[1] FIMI. Estudio global de la situación de las mujeres y niñas indígenas. Nuestras voces y acciones por nuestros derechos después de 25 años de la plataforma de acción de Beijín. FIMI, 2021. https://fimi-iiwf.org/wp-content/uploads/2020/09/GlobalStudyFIMI_20-espanolRGB.pdf

[2] Rishabh Kumar Dhir et al. Aplicación del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales núm. 169 de la OIT: hacia un futuro inclusivo, sostenible y justo. Organización Internacional del Trabajo, 3 de febrero de 2020. https://www.ilo.org/global/publications/books/WCMS_735627/lang--es/index.htm

[3] Ibídem.

[4] FIMI. Estudio global de la situación de las mujeres y niñas indígenas. Nuestras voces y acciones por nuestros derechos después de 25 años de la plataforma de acción de Beijín. FIMI, 2021. https://fimi-iiwf.org/wp-content/uploads/2020/09/GlobalStudyFIMI_20-espanolRGB.pdf

[5] https://www.policyalternatives.ca/

[6] https://forum.generationequality.org/es

[7] Posicionamiento global de mujeres indígenas para el Foro Generación Igualdad. 2021..

[8] https://worldconferenceiw.org/

[9] “Declaración política global de mujeres indígenas”. En 2 ª  Conferencia Mundial de Mujeres Indígenas. Septiembre de 2021

[10] Ibídem.

Etiquetas: Gobernanza Global, Mujeres

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