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    Pueblos Indígenas en Eritrea

El Mundo Indígena 2025: Eritrea

Eritrea se encuentra ubicado en el denominado Cuerno de África y posee un amplio litoral bañado por el Mar Rojo. Surgió como una construcción colonial italiana a finales del siglo XIX, superpuesta a las poblaciones indígenas existentes. La población actual de Eritrea oscila entre 3,7 y 5,9 millones de habitantes.[1]

Existen al menos cuatro Pueblos Indígenas: los afar (entre el 4 % y el 12 % de la población total), los kunama (2 %), los saho (4 %) y los nara (más del 1 %).[2] Estos grupos habitan sus territorios tradicionales desde hace unos 2.000 años. Se diferencian de los dos grupos étnicos dominantes por su lengua (cuatro idiomas diferentes), religión (el islam), economía (agropecuaria y pastoral nómada), sistema de derecho (consuetudinario), cultura y modo de vida. Los cuatro grupos indígenas sufren marginación y persecución.[3]

En 1950, una resolución de las Naciones Unidas instó a crear una federación entre Etiopía y la colonia de Eritrea, que Gran Bretaña había arrebatado a Italia. En 1952, se estableció dicha federación, pero inmediatamente surgieron tensiones debido a las interferencias de Etiopía en los tribunales y el Poder Ejecutivo de Eritrea. En 1961, estalló una lucha armada de liberación nacional cuando Etiopía abolió las lenguas oficiales de Eritrea, impuso el idioma nacional de Etiopía (el amhárico), disolvió la federación y se anexionó Eritrea. Los 30 años de lucha que siguieron culminaron en 1991, cuando el régimen actual entró en la capital y tomó el poder. Tras un referéndum celebrado en 1993, Eritrea se separó de Etiopía para formar un nuevo Estado.

El nacionalismo eritreo emana de los dos grandes grupos étnicos (80 % de la población total combinada) que controlan el poder y los recursos. Este nacionalismo se basa en la supresión de las identidades subestatales, que las élites consideran una amenaza para el proceso de construcción nacional. En particular, los Pueblos Indígenas se han visto presionados por la política del Gobierno de erradicar otras identidades regionales y religiosas. El régimen ha expropiado tierras indígenas sin compensación y ha expulsado parcialmente a los indígenas de sus territorios tradicionales mediante la violencia.

La existencia de los Pueblos Indígenas como comunidades intactas se ve amenazada por las políticas gubernamentales encaminadas a destruir sus culturas, economías, tierras, así como, en algunos casos, sus estilos de vida nómadas y de pastoreo.

Eritrea es parte en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) (pero no de sus protocolos facultativos), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)  (pero no de su protocolo facultativo), la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (CERD) (pero no de su protocolo facultativo), la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) (pero no de su protocolo facultativo), la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) (pero no de su protocolo facultativo) y la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC) (pero no de su protocolo facultativo). Eritrea no ha ratificado el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas (ICPAPED), la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (ICPRAMW), ni el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD) (pero no de su protocolo facultativo).

Se han presentado denuncias contra Eritrea ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Eritrea y el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea (todos los cuales respaldaron las denuncias), así como ante el Relator Especial sobre los derechos de los Pueblos Indígenas. En las denuncias se alegan crímenes contra la humanidad, como persecución, asesinato en masa, limpieza étnica, desplazamiento de los Pueblos Indígenas de sus territorios tradicionales y destrucción intencionada de la economía indígena.


Este artículo es parte de la 39ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra la activista indígena Funa-ay Claver, del pueblo Bontok Igorot, junto a jóvenes indígenas activistas y otras personas protestan contra las leyes represivas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por las acciones y proyectos del Gobierno de Filipinas y otros actores contra los Pueblos Indígenas. La protesta tuvo lugar durante el discurso nacional del Presidente Marcos Jr., el 22 de julio de 2024, en Quezon City, Filipinas. Fotografiada por Katribu Kalipunan ng Katutubong Mamamayan ng Pilipinas, es la portada del Mundo Indígena 2025 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2025 completo aquí.


Un país al borde del abismo

El 8 de junio de 2016, la Comisión de Investigación de la ONU sobre los Derechos Humanos en Eritrea (COI) informó de que había motivos razonables para creer que funcionarios eritreos habían cometido crímenes de lesa humanidad de forma generalizada y sistemática en los últimos 27 años. La COI aportó pruebas detalladas relativas a delitos específicos de esclavitud, encarcelamiento, desaparición forzada, tortura, represalias y otros actos inhumanos, persecución, violación y asesinato.[4]

En particular, la Comisión de Investigación determinó que estos crímenes se habían perpetrado contra dos de los cuatro Pueblos Indígenas de Eritrea, los afar y los kunama. La COI en consecuencia, recomendó que la ONU y otras entidades iniciaran acciones de protección para salvaguardar a estos dos grupos indígenas.[5] Las medidas recomendadas incluían que los crímenes y violaciones de derechos humanos se pusieran en conocimiento de los procedimientos especiales pertinentes,[6] que el Consejo de Seguridad de la ONU determinara que la situación de Eritrea supone una amenaza para la paz y la seguridad internacional[7] y, en consecuencia, que el Consejo de Seguridad remitiera la situación de Eritrea al Fiscal de la Corte Penal Internacional.[8]

La situación continúa

El 28 de febrero de 2024, la Sra. Ilze Brands Kehris, Subsecretaria General de Derechos Humanos de la ONU, informó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de que la situación de los derechos humanos en Eritrea "sigue siendo calamitosa".[9] Su valoración fue compartida por el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea, el Dr. Mohamed Abdelsalam Babiker, en su informe de 7 de mayo de 2024,[10] así como también por la mayoría de los gobiernos democráticos que hicieron comentarios sobre los progresos de Eritrea durante el cuarto Examen Periódico Universal, celebrado el 23 de febrero de 2024.[11] Reflejando los comentarios realizados en dicho foro, Alemania señaló "la falta de mejora en la situación de los derechos humanos, especialmente en relación con las libertades civiles y políticas".[12]

El hecho de que la situación de los derechos humanos en Eritrea en 2024 no haya cambiado respecto a la que se informó entre 2016 y 2023 ilumina la catastrófica situación de los Pueblos Indígenas en el país. El COI de la ONU, así como el Dr. Babiker y sus predecesores Relatores Especiales de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos, informaron constantemente sobre la "persecución generalizada"[13] a la que fueron sometidos los pueblos Kunama y Afar durante el período 2016-2024. El Dr. Babiker detalló:

[los afar] han sido objeto de discriminación, hostigamiento, detenciones arbitrarias, desapariciones y violencia [que] "interfirieron en sus medios de subsistencia tradicionales, erosionaron su cultura, provocaron desplazamientos y amenazaron su modo de vida.[14]

La persecución generalizada es un crimen contra la humanidad,[15] que hace a los funcionarios eritreos responsables susceptibles de detención y procesamiento en virtud del derecho penal internacional. Todos los titulares de mandatos de la ONU han pedido a las autoridades penales internacionales que sigan este curso de acción.

¿Cómo responde Eritrea a estas conclusiones? Sus funcionarios se niegan a permitir el acceso de los representantes de la ONU al país. Eritrea se queja de que las conclusiones de la ONU son "infundadas" y tienen "motivaciones políticas". Eritrea también declaró que se ha "puesto un énfasis desproporcionado en los derechos civiles y políticos" y que se ha incurrido en “la politización de los derechos humanos".[16] Eritrea recibió el apoyo de algunos países autoritarios, como Cuba, Irán y China.[17]

Represión transnacional

La represión en Eritrea ha ido adquiriendo un carácter cada vez más transnacional, en consonancia con las preocupantes tendencias mundiales. Esto tiene dos aspectos. En primer lugar, las tropas eritreas siguen ocupando partes de Etiopía, donde amenazan a los refugiados eritreos, entre ellos un gran número de indígenas afar y kunama. Las tropas hacen desaparecer a personas y a sus familiares, secuestran y/o reclutan por la fuerza a los refugiados en el ejército eritreo y saquean y destruyen las propiedades de los refugiados.[18]

En segundo lugar, los agentes eritreos se han insertado en la política de la diáspora, utilizando métodos violentos contra activistas prodemocráticos, periodistas, opositores políticos y defensores de los derechos humanos. El Informe 2024 del Relator Especial indica el amplio alcance criminal de las actividades de Eritrea, que incluyen:

(…) secuestros y desapariciones forzadas, traslados ilegales, vigilancia, violencia, intimidación, acoso, campañas de difamación, aislamiento social y denegación de servicios consulares. Los defensores de los derechos humanos y los organizadores comunitarios que se consideran o se perciben como contrarios al Gobierno han denunciado haber recibido amenazas de agentes del Gobierno o de partidarios del Gobierno contra ellos y sus familias en Eritrea.[19]

Los intentos del Gobierno de reprimir a la diáspora provocaron violentas reacciones. Los festivales "culturales" de Eritrea en grandes ciudades de todo el mundo dieron lugar a violentos enfrentamientos con los detractores del régimen. Hubo cientos de heridos y muchas detenciones. Los opositores al régimen continuaron atacando los festivales en 2024 al percibirlos como propaganda del régimen.[20]

Impacto en la juventud indígena

La violenta represión de Eritrea ha sido especialmente dura con los jóvenes indígenas eritreos. Debido a la violencia, los jóvenes indígenas eritreos que viven en Dankalia, la tierra natal del pueblo Afar, y los que viven en las tierras natales de los kunama, en Eritrea Occidental, sufren el miedo constante a la giffa o a redadas masivas de jóvenes para su reclutamiento forzoso en las fuerzas armadas.[21] Los que intentan eludir o desertar el servicio militar son castigados con severidad, incluida la detención prolongada y la tortura. En 2024, el ejército irrumpió en las ciudades en busca de evasores. Amenazaron a las familias de los presuntos evasores para obligar a los jóvenes a presentarse a las filas del Ejército. A su vez, castigaron a algunas familias con encarcelamiento, demolición de viviendas y destrucción de su ganado. Estas tácticas también se han utilizado fuera de Eritrea, en países vecinos que acogen a jóvenes refugiados eritreos. El resultado ha sido la detención y tortura generalizadas de jóvenes eritreos afar y kunama, su devolución a Eritrea y su reclutamiento en el ejército.[22]

El futuro

La situación de los Pueblos Indígenas en Eritrea es desalentadora. El país nunca ha celebrado elecciones nacionales libres, carece de una asamblea legislativa que funcione y está controlado por un pequeño grupo de hombres relacionados con el Presidente. A su vez, sólo operan los medios de comunicación gubernamentales, no hay libertad de expresión y las personas son detenidas y encarceladas arbitrariamente, torturadas, desaparecidas o ejecutadas extrajudicialmente de forma rutinaria.[23] No existen garantías ni estructuras institucionales que protejan los derechos de los Pueblos Indígenas, sino todo lo contrario. Los Pueblos Indígenas son perseguidos por el régimen hasta el punto que los organismos de las Naciones Unidas han pedido sistemáticamente que los responsables respondan por crímenes contra la humanidad.

Aunque parece no haber esperanzas para esta sombría situación, sigue siendo importante documentar lo que ocurre dentro de este régimen represivo tanto como sea posible.

Joseph Eliot Magnet ha sido reconocido por la Real Sociedad de Canadá (FRSC) y es Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ottawa.

 

Este artículo es parte de la 39ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra la activista indígena Funa-ay Claver, del pueblo Bontok Igorot, junto a jóvenes indígenas activistas y otras personas protestan contra las leyes represivas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por las acciones y proyectos del Gobierno de Filipinas y otros actores contra los Pueblos Indígenas. La protesta tuvo lugar durante el discurso nacional del Presidente Marcos Jr., el 22 de julio de 2024, en Quezon City, Filipinas. Fotografiada por Katribu Kalipunan ng Katutubong Mamamayan ng Pilipinas, es la portada del Mundo Indígena 2025 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2025 completo aquí.

 

Notas y referencias

[1] 3,7 millones es lo que afirma el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en su Informe 2024, citando al Fondo de Población de la ONU, Informe del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea, UN Doc. A/HRC/56/24, 7 de mayo de 2024, párr. 71. https://documents.un.org/doc/undoc/gen/g24/073/00/pdf/g240730; 4,39 millones es una estimación del Banco Mundial, véase World Bank Country Profile: Eritrea,  http://databank.worldbank.org/data/Views/Reports/ReportWidgetCustom.aspx?Report_Name=CountryProfile&Id=b450fd57&tbar=y&dd=y&inf=n&zm=n&country=ERI; 5,9 millones es una estimación de la CIA, véase CIA, World Factbook.

[2] Las cifras son controvertidas. No existen cifras fiables para resolver la disputa, ya que ni Eritrea ni otros países han realizado ningún recuento ni censo. Según el CIA World Factbook, los afar representan el 2 % de la población, pero esta cifra es muy improbable, ya que hay 20.000 refugiados afar documentados por la ONU en dos campos de refugiados de la vecina Etiopía y muchos más solicitantes de asilo indocumentados dentro de Etiopía. Abdulkader Saleh Mohammad, The Saho of Eritrea: Ethnic Identity and National Consciousness (Berlín: Lit Verlag, 2013).

[3] Organización Internacional del Trabajo, la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Pretoria (2009). Eritrea: Constitutional, Legislative and Administrative Provisions Concerning Indigenous Peoples. pp. 5-7. http://www.chr.up.ac.za/chr_old/indigenous/country_reports/Country_reports_Eritrea.pdf

[4] ONU. (8 de junio de 2016). Segundo informe de la Comisión de Investigación de la ONU sobre los Derechos Humanos en Eritrea, A/HRC/32/47, párr. 60,

[5] Párrafo 124 (la COI se refirió a los afar y los kunama como "grupos étnicos").

[6] Apartado 129(b)

[7] Apartado 132(a)

[8] Apartado 132(b)

[9] Ilze Brands-Kehris. Declaración ante el Consejo de Derechos Humanos.  https://x.com/UN_HRC/status/1762887182719578407?prefetchTimestamp=1734484320403

[10] Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos. Informe 2024, párrafo 2. Véase también el Informe 2023 del Relator Especial, que afirmaba que la situación de los derechos humanos en Eritrea "no muestra signos de mejora". Por el contrario, observaba el Dr. Babiker, se había producido "un deterioro en varios ámbitos". Informe del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea, UN Doc. A/HRC/53/20 (9 de mayo de 2023), párrafo 2 (Informe RE 2023). https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G23/092/08/PDF/G2309208.pdf?OpenElement. Esta fue también la conclusión de los predecesores del Dr. Babiker como Relator Especial. La Relatora Especial Sheila Keetharuth confirmó en un comunicado de prensa del 24 de octubre de 2018, al igual que la Relatora Especial Daniela Kravetz en un comunicado de prensa del 21 de junio de 2019, que "la situación de los derechos humanos en Eritrea sigue sin cambios". Véase https://www.ohchr.org/en/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24721&LangID=E

[11] El Examen Periódico Universal (EPU) es un procedimiento del Consejo de Derechos Humanos que exige que cada Estado miembro de la ONU se someta a una revisión por sus pares de su historial de derechos humanos cada 4,5 años.

[12] Asamblea General de la ONU, Consejo de Derechos Humanos. (19 de junio de 2024). Informe del Grupo de Trabajo sobre el Examen Periódico Universal: Eritrea, UN Doc A/HRC/57/14, párrafo 115.   https://documents.un.org/doc/undoc/gen/g24/090/70/pdf/g2409070.pdf

[13] Ibidem, párrafos 58 y 78.

[14] Informe RE 2023, párrafo 58.

[15] Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, art. 7(1)(h) y 7(2)(g). Véase, en general, F. Pocar, Persecution as a Crime Under International Criminal Law, (2008) 2 Journal of National Security Law and Policy 355.

[16] Asamblea General de la ONU, Consejo de Derechos Humanos. (19 de junio de 2024). Informe del Grupo de Trabajo sobre el Examen Periódico Universal: Eritrea, UN Doc A/HRC/57/14, párrs. 58, 60. En línea:  https://documents.un.org/doc/undoc/gen/g24/090/70/pdf/g2409070.pdf

[17] Ibidem, párrafos. 101, 120, 97.

[18] Ibidem, párrafo 26.

[19] Ibidem, párrafo 61.

[20] Ibidem, párrafos 66-68.

[21] Ibidem, párrafo 29.

[22] Ibidem, párrafos 29-33.

[23] Informe de las conclusiones detalladas de la Comisión de Investigación sobre los Derechos Humanos en Eritrea, A/HRC/29/CRP.1, 5 de junio de 2015, p. 1, http://www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/CoIEritrea/Pages/ReportCoIEritrea.aspx

Etiquetas: Derechos Humanos, Juventud, Defensores de derechos humanos indígenas

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