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    La población indígena en Colombia es de 1.500.000 personas, el 3.4% de la población total. Junto con los afrodescendientes y campesinos, muchos pueblos indígenas del país deben enfrentarse al desplazamiento forzado y al despojo territorial como resultado del conflicto armado de larga duración que sufrió Colombia. ´
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“La relación histórica entre el pueblo Raizal y el Estado colombiano ha sido conflictiva”

POR MIGUEL GONZÁLEZ PARA DEBATES INDÍGENAS

Sally Ann García Taylor es una mujer raizal, estudió Ciencias Políticas y Gobierno en la Universidad del Rosario y realizó un Máster en estudios del Caribe en la Universidad Nacional de Colombia. Es Doctora en Ciencias Sociales con énfasis en Antropología Social del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Occidente (CIESAS). En la actualidad, se desempeña como subdirectora en el Ministerio de Prosperidad Social de Colombia.

José Miguel González: ¿Cómo se ha constituido históricamente el pueblo étnico Raizal que habita en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina?

SAGT: La formación del pueblo Raizal es producto de las dinámicas e interrelaciones que se dieron en un territorio fragmentado, pero al mismo tiempo unido, como es el mar Caribe y sus islas. Los raizales son los descendientes de los primeros procesos de poblamiento que se dieron entre europeos y descendientes afrocaribeños, también por población negra que había sido esclavizada y que se conjunta con ingredientes asiáticos (como árabes e hindúes). Es decir, que estamos hablando de una suerte de rizoma. Por eso hablamos de procesos de creolización de los pueblos del Caribe. Entonces, para pensar en los raizales hay que comenzar por reconocer esta suma de partes y, al mismo tiempo, este crisol.

JMG: ¿Podemos hablar de un proceso de creolización en el caso del pueblo Raizal?

SAGT: Cualquiera diría que estoy haciendo una apología del mestizaje, pero es importante hablar del Caribe y entender que es una población nativa específica; y que, además, hay indígenas que se cruzaron en esta matriz interétnica. Todos ellos confluyeron en el territorio del archipiélago dando el sustrato a lo que hoy conocemos como pueblo Raizal. En algunas construcciones que vienen de lo político, pero también de lo académico, se ha dado a entender que los raizales solo se circunscriben a la parte afrodescendiente o a la parte de la herencia e influencia de la Iglesia Bautista porque fueron artífices tempranamente de los procesos de emancipación y de liberación de la esclavitud.

JMG: ¿Cómo es el vínculo con la población colombiana?

SAGT: Los raizales son los nacidos en el archipiélago y son producto de un proceso de diferenciación para des-enmarcarse de la influencia de los pobladores colombianos que vinieron de la zona continental y que, cuando empezaron a establecerse en la isla, se denominaron a sí mismos como sanandresanos. Entonces, el raizal se vio abocado a diferenciarse de todas estas poblaciones. Si bien los raizales seguimos siendo colombianos, teníamos que plantear cierta diferencia: la identidad de los nativos intentaba ser diluida por una empresa de integración nacional promovida desde el centro de poder del país. En ese momento, la construcción del Estado-nación precisaba una visión monolítica: todos teníamos que ser creyentes de un mismo Dios y hablantes de una misma lengua. Y, por supuesto, esa visión no nos representaba ni nos incluía a los raizales.

IWGIA DebatesIndigenas Mexico Sally Noviembre2023 3La formación del pueblo Raizal es producto de las dinámicas e interrelaciones que se dieron en el mar Caribe y sus islas.

JMG: ¿Cómo ha sido la relación histórica con el Estado?

SAGT: El Estado colombiano sabía que tenía unas islas que estaban bajo su dominio, bajo su tutela, pero las desconocía por la lejanía geográfica, por la distancia cultural y, porque el pueblo Raizal habla inglés y tiene una relación más próxima con el Caribe. Para el Estado eran territorios inhóspitos, desconectados y hasta “incivilizados”. En consecuencia, ha sido una relación oscilante, entre la presencia y la ausencia del Estado. El punto conflictivo siempre ha sido que la presencia estatal implicó la imposición de una visión, sin querer entender cómo son las islas. Cuando finalmente quisieron entenderlas fue para dominarlas y no para reconocerlas o aceptarlas.

JMG: ¿Entonces fue una relación conflictiva?

SAGT: Cuando uno inicia una relación en esos términos, el desenlace será más o menos conflictivo. Por momentos habrá empatía y entendimiento sobre qué quieren los raizales, pero también habrá momentos en que el Estado no responda a sus demandas. En esto también juegan un papel los movimientos de separación que hubo en el Caribe. Recordemos que en 1903 Colombia perdió un territorio grandísimo (la actual Panamá) y esto provocó el temor de perder también las islas de San Andrés y Providencia. Entonces, el temor a la pérdida de más territorios llevó a que el Estado colombiano no terminara de reconocer a ese otro que es distinto. En este contexto, han habido momentos álgidos y críticos de distanciamiento que nos han llevado a pensar en el camino de la separación. En otros momentos, han buscado integrarnos aceptando las diferencias y promoviendo políticas públicas que respetan el carácter específico del territorio.

JMG: ¿El pueblo Raizal pensó en la separación?

SAGT: Efectivamente, por momentos, han habido reacciones, a veces fuertes y beligerantes, de ciertos sectores de los raizales, de reclamar la separación del Estado colombiano. Pero, en otras etapas, también se ha buscado una integración desde el respeto a la diferencia, es decir, un relacionamiento entre iguales. Es importante señalar que existe el mito fundacional de que nos adherimos al Estado Colombiano en un acto libre y voluntario: este mito oculta que nosotros ya estábamos metidos en su jurisdicción desde siempre, desde antes de la fundación del Estado.

JMG: ¿Cómo vivió el pueblo Raizal los momentos de integración?

SAGT: Cuando el Estado colombiano intentó integrar a las islas fue a través de medidas que promovían un proceso de blanqueamiento y de asimilación cultural en donde los que se consideraban diferentes se iban a convertir en minoría. Y eso fue lo que pasó a lo largo del siglo XX. Eso también generó una reacción y una movilización ciudadana pidiendo medidas especiales para frenar el acelerado crecimiento de la población. Otro modo de integración no deseado fue la devastación ambiental generada por la llamada “modernización”: el Estado comenzó a pensar en las islas como una suerte de puerto libre o como territorio para construir un aeropuerto internacional. Al diseñar una infraestructura de tal magnitud se arrasó con los derechos territoriales de las familias raizales que vivían en la zona céntrica de la isla.

IWGIA DebatesIndigenas Mexico Sally Noviembre2023 2Sally Ann García Taylor durante las jornadas de Diálogos Sociales para la preparación de la política pública con el pueblo raizal y las organizaciones en la isla de San Andrés. Foto: Twitter

JMG: ¿Cuáles han sido las reivindicaciones del pueblo Raizal?

SAGT: Siempre ha habido un reclamo persistente de que las islas no estaban siendo tratadas con cierta justicia, que no tenían servicios públicos de calidad o que los impuestos eran excesivos. A finales de los años ‘80, se dieron movilizaciones ciudadanas con el fin de incidir en la construcción de la Constitución Política de 1991, que fue un parteaguas para el pueblo Raizal porque antes no sabíamos muy bien a qué categoría de ciudadanos pertenecíamos. Recién a partir de la Constitución de 1991, los raizales comenzamos a participar activamente en una democracia. Hasta ese momento, se creía que con la categoría de afrocolombiano era suficiente para incluirnos a los habitantes de los territorios del Caribe. Lo cual no era así. El Estado colombiano pensaba: “Listo ya los incluimos y no hay que tener una mirada especial”. Por el contrario, existían problemáticas tan sensibles que sí permitían decir que los raizales necesitábamos una mirada especial, como en el caso de la sobrepoblación. Así fue como finalmente se conquistó la inclusión del artículo 310 de la Constitución Política que reconoce al archipiélago como un territorio especial que necesita medidas especiales. A partir de ese reconocimiento, comenzamos a discutir qué entendemos por autonomía o qué significa un manejo especial.

JMG: ¿Podría explicar cuál es el estado actual de la autonomía?

SAGT: Para construir autonomía se debe partir de un proceso comunitario e incluyente que reconozca los diferentes vectores que hacen parte del pueblo Raizal. Este proceso es heterogéneo tanto en su origen como en su desarrollo y, por lo tanto, hay divergencias de miradas entre lo que piensan nuestros adultos mayores, lo que piensan las nuevas generaciones y lo que piensan las mujeres. Esa heterogeneidad ha quedado desdibujada dentro de lo que ha sido la construcción del Estatuto.

JMG: ¿Cómo se ha avanzado en el Estatuto Autonómico Raizal?

SAGT: El Estatuto Raizal es un caballito de batalla para seguir manteniendo la atención del Estado. Y en ese proceso fue clave el fallo de La Haya de 2012, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, a través del cual la Corte Internacional decidió a favor de Nicaragua y Colombia perdió 75.000 km2 en el Mar Caribe, incluyendo las áreas marinas circundantes del archipiélago. La crisis generada por el fallo permitió configurar una nueva relación de Colombia con las islas: los raizales pensamos que no había más excusas para no aceptar nuestros clamores. Ahí se empezó a dar trámite a la construcción de un Estatuto.

JMG: ¿Qué desafíos existen para la formulación del Estatuto?

SAGT: Un tema importante es la delimitación fronteriza: ¿cuál es el límite del archipiélago? Esta pregunta no se pudo contestar y quedó aplazada en el articulado del Estatuto por la simple razón de que su redacción no fue participativa. Solo participaron los integrantes de la Autoridad Raizal, mejor conocida como Raizal Council, que está integrada por 22 raizales de la isla de San Andrés y 11 de la isla de Providencia, que manejaron el tema a puertas cerradas. Si bien, se sabía que estaban redactando un Estatuto, el proceso de su construcción no fue ampliamente socializado.

JMG: ¿Y cómo fue la relación con las comunidades no raizales durante su redacción?

SAGT: Había tensiones interétnicas del raizal que pensaba que había sido desplazado por el no-raizal. Del otro lado, se preguntaban: “¿Será que el estatuto significa que los no-raizales tenemos que salir de aquí?”. Algunos raizales tenían un carácter beligerante y decían que se vayan los que no fueran del territorio. Había mucho resentimiento. ¿Cómo gestionar un Estatuto que armonice eso? Es difícil porque el Estatuto Raizal, más allá de defender nuestra cultura y nuestro territorio, también debe defender el archipiélago.

JMG: ¿Qué tiene de diferente el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez respecto a las relaciones con el pueblo Raizal?

SAGT: Este gobierno tiene empatía por algunas de las reivindicaciones del pueblo Raizal y pareciera que el Estatuto pudiera salir. Sin embargo, yo creo que el Estado se está quedando corto en la gestión del diálogo social y en la forma de abordar a los grupos que de alguna manera inciden o no en la construcción de ese Estatuto. Lo digo como alguien que es estudiosa del tema y no como alguien que hace parte de las voces del gobierno. Eso es importante mencionarlo y allí sí tomo una distancia muy grande. El Estatuto no puede quedarse únicamente dentro del marco de los raizales, también tiene que socializarse con los otros grupos étnicos que viven en las islas ya que es la defensa de todo un territorio y el carácter especial que requiere para su manejo. Me parece que es importante reivindicar y reconocer el asidero de estas reivindicaciones y no verlo como un peligro, sino como algo que puede mejorar ese relacionamiento con Colombia desde un plano de la diferencia.

Etiquetas: Debates Indígenas

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