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    Pueblos Indígenas en Túnez

El Mundo Indígena 2025: Túnez

Al igual que en el resto del norte de África, la población indígena de Túnez está formada por los amazigh. No existen estadísticas oficiales sobre la cifra que representan en el país, pero las asociaciones amazigh estiman que hay alrededor de un millón de hablantes de tamazight, lo que equivaldría a un 10 % de la población total. Túnez es el país donde los amazigh han sufrido la mayor arabización forzada, lo cual explica la baja proporción de hablantes de tamazight. Sin embargo, cada vez hay más tunecinos que, a pesar de no poder hablar el tamazight, siguen considerándose amazigh y no árabes.

Los amazigh de Túnez están distribuidos por todas las regiones del país, desde Azamor y Sejnane en el norte hasta Tataouine en el sur, pasando por El-Kef, Thala, Siliana, Gafsa, Gabes, Matmata, Tozeur y Yerba. Como en el resto del norte de África, muchos amazigh tunecinos han abandonado sus montañas y desiertos para buscar trabajo en las ciudades y en el extranjero. Por lo tanto, hay un gran número de amazigh en Túnez, quienes viven en los diferentes barrios de la ciudad, sobre todo en la ciudad vieja (Medina), y se dedican principalmente a la artesanía y al pequeño comercio. La población indígena amazigh se distingue no solamente por su lengua, sino también por su cultura, que incluye la vestimenta tradicional, la música, la cocina y la religión ibadita practicada por los amazigh de Yerba.

Desde la “revolución” de 2011, han surgido numerosas asociaciones culturales amazigh con el objetivo de lograr el reconocimiento y el uso de su lengua y su cultura. Sin embargo, el estado tunecino no reconoce la existencia de la población amazigh del país. El Parlamento adoptó una nueva Constitución en 2014 que obvia por completo la dimensión amazigh (histórica, cultural y lingüística) de Túnez. La Constitución hace referencia únicamente a las fuentes de “identidad árabe y musulmana” de los tunecinos y afirma expresamente la pertenencia de Túnez a la “cultura y civilización de la nación árabe y musulmana”. Establece, además, la obligación del Estado de trabajar para fortalecer “la unión magrebí como paso previo para lograr la unidad árabe (...)”. A su vez, el artículo 1 reafirma: “Túnez es un Estado libre, (...), el islam es su religión, el árabe su lengua”, en tanto que el artículo 5 confirma que “la república tunecina forma parte del Magreb Árabe”. La nueva Constitución tunecina, adoptada en julio de 2022, proclama: “Túnez constituye una parte de la nación islámica” (artículo 5), “Túnez constituye una parte de la nación árabe y que la lengua oficial es el árabe” (artículo 6) y “la República tunecina constituye una parte del Gran Magreb Árabe” (artículo 7). El artículo 44 estipula: “El Estado velará por que las jóvenes generaciones arraiguen su identidad árabe e islámica y su pertenencia nacional, así como por la consolidación, promoción y generalización de la lengua árabe”. Túnez no hace referencia alguna a su historia indígena amazigh, ni reconoce la diversidad humana, lingüística y cultural del país.

En el ámbito internacional, Túnez ha ratificado las principales normas internacionales y votó a favor de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP) en 2007. No obstante, estos documentos internacionales siguen siendo desconocidos para la gran mayoría de los ciudadanos y profesionales del derecho en el país y no se aplican en los tribunales nacionales.


Este artículo es parte de la 39ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra la activista indígena Funa-ay Claver, del pueblo Bontok Igorot, junto a jóvenes indígenas activistas y otras personas protestan contra las leyes represivas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por las acciones y proyectos del Gobierno de Filipinas y otros actores contra los Pueblos Indígenas. La protesta tuvo lugar durante el discurso nacional del Presidente Marcos Jr., el 22 de julio de 2024, en Quezon City, Filipinas. Fotografiada por Katribu Kalipunan ng Katutubong Mamamayan ng Pilipinas, es la portada del Mundo Indígena 2025 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2025 completo aquí.


Elecciones presidenciales y consolidación del régimen autoritario

El 6 de octubre de 2024 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de la República de Túnez. El Presidente en funciones, Kais Saied, fue reelegido con un 90,69 % de los votos, según la Alta Autoridad Independiente para las Elecciones de Túnez (ISIE).[1] La participación fue de apenas el 27,5 %, la más baja de la historia del país.

Según la ONG Human Rights Watch, Kais Saied “ha desmantelado las instituciones democráticas de Túnez, socavado la independencia judicial y sofocado el ejercicio de la libertad de expresión y de prensa”.[2]

En una declaración conjunta, varios relatores especiales de la ONU afirmaron que el Ministerio de Justicia tunecino utiliza el mecanismo de las notas de trabajo de forma arbitraria, al margen de cualquier marco legal, para modificar la composición de los tribunales, sus presidentes, fiscales, jueces de instrucción y salas judiciales. Expresaron, además, su profunda preocupación con respecto a la independencia del Poder Judicial después de que el Presidente Kais Saied disolviera el Consejo Judicial Supremo y destituyera sumariamente a 57 jueces en 2022. Tras señalar numerosas prohibiciones de reunión e impedimentos para realizar actividades de asociación, los relatores especiales de la ONU instaron al Gobierno tunecino a “poner fin a todas las restricciones injustificadas al ejercicio legítimo de los derechos a la libertad de reunión y asociación pacíficas”.[3]

Con el fin de sustituir el Decreto Ley N.o 2011-88 del 24 de septiembre de 2011, que versa sobre las asociaciones y se considera demasiado laxo, el Parlamento tunecino presentó el proyecto de Ley N.o 2023-27 sobre la organización de las asociaciones.[4] Entre otras cuestiones, el proyecto de ley estipula que las asociaciones deben obedecer a los “principios de orientación nacional”, elimina el principio de creación de una asociación por simple declaración y lo sustituye por la “autorización” a cargo de un departamento gubernamental, además de prohibir la financiación extranjera. Para las autoridades tunecinas, estas medidas van dirigidas contra las organizaciones islamistas y antiterroristas que reciben importantes fondos del extranjero. Afirman que se seguirán respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales: “Rechazamos toda violación de los derechos y libertades garantizados por la Constitución y por los textos internacionales y regionales”.[5] Sin embargo, organizaciones de la sociedad civil y expertos consideran que las disposiciones de la nueva legislación restringen excesiva y desproporcionadamente los derechos humanos y las libertades fundamentales.[6] Las organizaciones amazigh están especialmente preocupadas y se sienten atacadas por este proyecto de ley, que también prevé prohibir la creación de asociaciones por motivos “étnicos”. ¿Acaso el nuevo Gobierno tunecino pretende poner fin a la existencia de las pocas asociaciones amazigh que aún existen?

Varias organizaciones de la sociedad civil tunecina y ONG internacionales critican al Gobierno tunecino por el uso excesivo y abusivo del Decreto-Ley N.o 2022-54 sobre la lucha contra los delitos relacionados con los sistemas de información y comunicación,[7] destinado a reprimir el derecho a la libertad de expresión. El artículo 24 de este decreto-ley estipula una pena de cinco años de prisión y una multa de hasta 50.000 dinares tunecinos (unos 16.000 USD) por utilizar las redes de telecomunicaciones para producir, enviar o difundir “noticias falsas” o “rumores”; dañar, difamar o incitar a la violencia contra otros; o atentar contra la seguridad pública o la defensa nacional, sembrando el miedo o incitando al odio. La pena se duplica si el objeto del agravio es un “funcionario público o similar”. Según Human Rights Watch, el decreto “viola el derecho a la privacidad e introduce castigos severos por delitos de expresión definidos de forma amplia y vaga. Las autoridades han utilizado con frecuencia el artículo 24 de este decreto para reprimir la disidencia”.[8]

Tras una década de Gobierno islamista marcada por la confusión política y una grave crisis económica y de corrupción, Túnez vive un regreso hacia el autoritarismo desde la elección de Kais Saied, con un impacto negativo en los derechos humanos y las libertades.

Los amazigh de Túnez siguen sufriendo racismo y discriminación

Si bien la “revolución” de 2011 propició un cierto renacimiento de la cultura amazigh, proscrita durante mucho tiempo, el contexto actual parece haber puesto un freno brutal a esta dinámica. Los discursos amenazantes del Jefe del Estado contra todo lo que pueda alterar la “identidad nacional árabe-islámica” de Túnez y la represión del derecho a la libertad de reunión pacífica y de expresión han disuadido a la mayoría de los defensores de los derechos de los amazigh. Anzar, activista amazigh de la región de Gafsa, comenta:

Cuando Kais Saied (el Presidente de la República) denuncia violentamente a los enemigos de la nación árabe-islámica, como amazigh me siento atacado porque no soy árabe. Y no hay leyes que me protejan, aunque sea nativo de este país. Vivo con inseguridad y miedo. Para no meterme en líos, oculto mi identidad amazigh y me callo.[9]

Como consecuencia, las actividades culturales amazigh han disminuido drásticamente en los últimos años. Incluso el tradicional Yennayer, el Año Nuevo amazigh, se ha celebrado menos, o más discretamente, en los últimos años.

En la aldea de Tamezret, municipio de Matmata, al sur de Túnez, los habitantes izaron la bandera amazigh, símbolo de su identidad, junto a la de Túnez. El 24 de abril de 2024, funcionarios municipales de Matmata retiraron la bandera sin ninguna explicación ni diálogo con los habitantes de esa localidad. Aunque indignados por este acto, considerado racista y vejatorio, los habitantes de Tamezret no cometieron ningún acto de violencia.

El Gobierno no financia a las asociaciones amazigh y apenas algunas actividades artesanales (tejido de alfombras, alfarería y joyería típica amazigh), vinculadas a la promoción turística, se benefician de ayudas económicas estatales. Los yacimientos históricos y arqueológicos amazigh han sido abandonados.[10] Las comunidades locales intentan protegerlos, aunque con medios muy limitados. Algunos yacimientos se han salvado gracias a la generosidad de donantes extranjeros.[11]

Por otra parte, el Gobierno decidió realizar un censo de población y vivienda del 6 de noviembre al 31 de diciembre de 2024.[12] El Instituto Nacional de Estadística (INS) estuvo a cargo de la operación y los resultados se publicarán en el primer trimestre de 2025. Según el Director General del INS, Bouzid Nsiri, el censo se llevó a cabo de acuerdo con las normas y recomendaciones de la ONU.[13] Sin embargo, a petición de organizaciones amazigh, incluido el Congreso Mundial Amazigh, varios órganos de tratados de la ONU han instado al Gobierno tunecino en numerosas ocasiones —en 2003, 2009, 2016 y 2021—, a “recopilar sobre la base de la autoidentificación, estadísticas desglosadas por afiliación étnica y cultural”. No obstante, un examen del cuestionario utilizado para recopilar datos para este censo no revela ninguna pregunta sobre el uso de la lengua amazigh o sobre la pertenencia a la comunidad amazigh en Túnez.[14] El censo de población y vivienda de Túnez de 2024 pasa completamente por alto el componente amazigh del país, como si no existiera.

Jóvenes indígenas en Túnez

Los jóvenes indígenas sufren la recesión económica y social que Túnez atraviesa desde la “revolución” de 2011. Se enfrentan a la inactividad (la tasa de desempleo juvenil es del 40 %, mucho más elevada en las zonas rurales y de montaña), lo cual afecta la confianza tanto en sí mismos como en la sociedad, que les ofrece pocas oportunidades.

En Túnez, la marginación de las zonas geográficas habitadas por amazigh, junto con la política de desplazamiento y asimilación forzosa que lleva más de medio siglo vigente, prácticamente han despoblado de habitantes los territorios amazigh tradicionales. Los jóvenes amazigh no se ven viviendo en las aldeas de sus padres, ya que se sienten “privados de todo, incluso del agua”.[15] Solo vislumbran un futuro en la ciudad o en el extranjero, lo que significa una pérdida inevitable de la lengua, la cultura y la memoria autóctonas.

Esta situación exige una atención especial por parte de todos los interesados, incluidas las comunidades amazigh y el Estado, para diseñar y aplicar un plan de desarrollo específico para estos territorios olvidados por tanto tiempo.

Belkacem Lounes es doctor en Economía, profesor universitario (Universidad de Grenoble Alpes), exmiembro experto del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones y Comunidades Indígenas en África de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (2016-2021), exmiembro del Mecanismo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2018-2020) y autor de numerosos informes y artículos sobre los derechos indígenas y de los amazigh.

 

Este artículo es parte de la 39ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra la activista indígena Funa-ay Claver, del pueblo Bontok Igorot, junto a jóvenes indígenas activistas y otras personas protestan contra las leyes represivas y las violaciones de derechos humanos perpetradas por las acciones y proyectos del Gobierno de Filipinas y otros actores contra los Pueblos Indígenas. La protesta tuvo lugar durante el discurso nacional del Presidente Marcos Jr., el 22 de julio de 2024, en Quezon City, Filipinas. Fotografiada por Katribu Kalipunan ng Katutubong Mamamayan ng Pilipinas, es la portada del Mundo Indígena 2025 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2025 completo aquí.

 

Notas y referencias

[1] Alta Autoridad Independiente para las Elecciones de Túnez (ISIE). (11 de octubre de 2024). Elecciones presidenciales 2024  https://www.isie.tn/election-presidentielle-2024/

[2] Human Rights Watch. ) 17 de mayo de 2024). “Tunisia: Repression of civil society intensifies” (Túnez: se intensifica la represión de la sociedad civil). https://www.hrw.org/news/2024/05/17/tunisia-deepening-civil-society-crackdown

[3] Satterhwaite, Margaret; Romero, Gina; Khan, Irene; y Lawlor, Mary. “Tunisia: Interference in the judicial system and harassment of lawyers must stop (experts)” (Deben cesar las injerencias en el sistema judicial y el acoso a los abogados [expertos]). UN Info, 31 de mayo de 2024. https://news.un.org/fr/story/2024/05/1146071

[4] Proyecto de Ley N.o 2023-27 sobre la organización de asociaciones. https://legislation-securite.tn/latest-laws/projet-de-loi-n2023-27-portant-organisation-des-associations/.

[5] Dridi, Samir. “Funding of associations: Credibility comes through transparency” (Financiación de asociaciones: La credibilidad pasa por la transparencia). La Presse, 28 de octubre de 2024. https://lapresse.tn/2024/10/28/financement-des-associations-la-credibilite-passe-par-la-transparence/

[6] Ammar, Amir. “Draft law on associations in Tunisia: towards a weakened civil society” (Proyecto de ley de asociaciones en Túnez: hacia una sociedad civil debilitada).

Village de la Justice, 29 de marzo de 2024. https://www.village-justice.com/articles/projet-loi-sur-les-associations-tunisie-vers-une-societe-civile-fragilisee,49288.html

[7] Decreto-Ley N.o 2022-54, del 13 de septiembre de 2022, relativo a la lucha contra los delitos relacionados con los sistemas de información y comunicación. https://legislation-securite.tn/latest-laws/decret-loi-n-2022-54-du-13-septembre-2022-relatif-a-la-lutte-contre-les-infractions-se-rapportant-aux-systemes-dinformation-et-de-communication/.

[8] Human Rights Watch. (30 de mayo de 2024). Tunisia: Authorities Escalate Clampdown on Media, Freedom of Expression (Túnez: Las autoridades intensifican la represión contra los medios de comunicación y la libertad de expresión). https://www.hrw.org/news/2024/05/30/tunisia-authorities-escalate-clampdown-media-freedom-expression

[9] Entrevista del autor, 10 de octubre de 2024.

[10] Porcher, Claire. “In the villages of Dahar, heritage is preserved between generations” (En los pueblos de Dahar, el patrimonio se conserva entre generaciones). Inkyfada, 2 de junio de 2024. https://tass.ru/obschestvo/14872671

[11] “Tunisia: American donation to preserve the Amazigh village of Douriet” (Túnez: donación estadounidense para preservar el pueblo amazigh de Douriet). Kapitalis, 28 de agosto de 2024. https://kapitalis.com/tunisie/2024/08/28/tunisie-don-americain-pour-preserver-le-village-amazigh-de-douiret/

[12] Decreto N.o 2024-183 del 4 de abril de 2024 relativo a la organización del 13.o Censo General de Población y Vivienda, Diario Oficial de la República Tunecina, N.o 47 de 5 de abril de 2024. https://www.iort.gov.tn/

[13] Primera reunión del Comité Nacional del Censo 2024, Túnez, 17 de mayo de 2024. https://www.ins.tn/evenements/premiere-reunion-du-comite-national-du-recensement-2024

[14] “2024 General Population Census: Everything you need to know” (Censo General de Población 2024: Todo lo que necesita saber). Realites Online, 5 de noviembre de 2024, https://realites.com.tn/fr/recensement-general-de-la-population-2024-tout-ce-quil-faut-savoir/

[15] Entrevista con Iman, joven amazigh de Titawin.

Etiquetas: Derechos Humanos, Juventud, Integridad cultural

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