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De los datos a la acción: riego comunitario para la seguridad alimentaria entre las mujeres maasai de Kenia

POR SAMANTE ANNE PARA DEBATES INDÍGENAS

Por la inseguridad climática y las sequías, los hombres maasai se ven obligados a migrar con sus ganados, dejando solas a las mujeres y sus hijos. A partir de la realización de encuestas, la comunidad de Oltepesi identificó este problema y recibió el apoyo del Navegador Indígena con el objetivo de crear un sistema de riego que permita cultivar verduras y frutas. Gracias a ello, las mujeres producen alimentos para el hogar y venden el excedente, lo que les otorga estabilidad económica. Esto les permite enviar a sus hijos a la escuela, sentando las bases para romper el ciclo de pobreza.

Las comunidades indígenas maasai del condado de Kajiado están monitoreando la implementación de sus derechos. A partir de la información recabada en un proceso comunitario de recopilación de datos, la comunidad de Oltepesi impulsa su desarrollo autónomo mediante la creación de un proyecto de riego. Esta iniciativa busca contrarrestar los efectos destructivos del cambio climático, que ha golpeado con fuerza la seguridad alimentaria de la comunidad. Como resultado, el proyecto fomenta la estabilidad económica y mejora las oportunidades educativas para las niñas.

En los últimos años, Mainyoito Pastoralists Integrated Development Organization (MPIDO) ha facilitado la recolección de datos mediante encuestas en comunidades maasai del condado de Kajiado. MPIDO es una organización indígena con sede en Kenia que trabaja junto a comunidades y otros actores para promover los derechos de los Pueblos Indígenas y comunidades marginadas. El proceso de recolección de datos se llevó a cabo en el marco del Navegador Indígena, una iniciativa que busca empoderar a los Pueblos Indígenas mediante el monitoreo sistemático del nivel de reconocimiento e implementación de sus derechos.

Generar confianza mediante la recolección de datos comunitarios

El proceso de recolección de datos comenzó con la identificación de jóvenes de la propia comunidad, quienes fueron capacitados por MPIDO como encuestadores. Durante la formación, se familiarizaron con los cuestionarios y compartieron estrategias para acercarse a sus comunidades. Para facilitar el proceso, MPIDO tradujo las encuestas a la lengua maa, lo que permitió que las comunidades comprendieran mejor la consulta y pudieran brindar respuestas más precisas. Así lo expresó Ole Sirere, un anciano de la comunidad que valoró el uso del propio idioma: “Nena taa taata enkilikwanare ang” (“Ahora, estas son nuestras preguntas, las hacemos nuestras”).

La encuesta comunitaria del Navegador Indígena incluyó a todos los sectores: mujeres, ancianos, jóvenes y líderes. La información se recabó a través de grupos focales (mujeres y jóvenes), entrevistas a informantes clave (líderes de opinión, jefes tradicionales y administrativos) y asambleas comunitarias con representantes de diferentes aldeas. Aunque las comunidades ya habían participado en muchos estudios, al inicio mostraron desconfianza y hablaron de “fatiga investigadora”, al sentirse sobreexpuestas a cuestionarios externos. Sin embargo, aceptaron con entusiasmo el proyecto por su carácter distinto: el involucramiento de encuestadores locales y la posibilidad de implementar pequeños proyectos comunitarios.

Tras el análisis, los resultados fueron devueltos a la comunidad para su validación. Los datos revelaron graves brechas en desarrollo, violaciones de derechos humanos y una clara marginación política. Entre las principales carencias se identificaron la falta de participación comunitaria en iniciativas de desarrollo, la ausencia de servicios básicos como escuelas, centros de salud y agua potable, y el despojo de tierras derivado de la inseguridad en la tenencia.

La inseguridad alimentaria frente al cambio climático

La Iniciativa del Navegador Indígena ofrece pequeñas subvenciones para que las comunidades desarrollen soluciones a los problemas más urgentes identificados en las encuestas. Una de esas iniciativas fue el Proyecto de Riego de Mujeres de Oltepesi, implementado por MPIDO. A partir de los datos y la validación comunitaria, se determinó que la inseguridad alimentaria era la máxima prioridad. En consecuencia, el proyecto de riego fue desarrollado como una respuesta directa a esta necesidad, reflejando un enfoque impulsado por la comunidad.

La comunidad maasai de Oltepesi se ubica a 70 kilómetros al oeste de Nairobi, en el corazón del Gran Valle del Rift, y cuenta con una población de aproximadamente 36.000 habitantes. El paisaje árido, con formaciones volcánicas dormidas, suelos cenicientos y sabanas intermitentes, es propicio para la ganadería. Sin embargo, el aumento de temperaturas y la irregularidad de las lluvias han hecho que esta zona sea extremadamente vulnerable a las sequías y hambrunas, claros indicadores de la crisis climática.

Las sequías recurrentes reducen pastizales y fuentes de agua, lo que obliga a los hombres a migrar con el ganado. En los casos más severos, pueden llegar a migrar durante nueve meses al año. Esto deja a las mujeres y los niños sin alimentos ni recursos básicos, obligando a las mujeres a ingeniárselas para sostener a sus familias. De este modo, el proyecto buscó apoyar a las mujeres en la lucha contra la inseguridad alimentaria a nivel doméstico.

Seguridad alimentaria y oportunidades para las mujeres

Aunque la comunidad de Oltepesi ya contaba con pozos perforados gracias a un proyecto previo de MPIDO, las mujeres no tenían los medios para utilizarlos más allá del consumo doméstico. Durante las encuestas, ellas propusieron incorporar sistemas de riego simples que canalizaran el agua hacia sus huertos, lo que les permitiría cultivar alimentos para el autoconsumo y vender el excedente. De esta manera garantizarían la alimentación de sus hijos e hijas, especialmente en los períodos secos cuando escasea la leche, y contarían con una fuente alternativa de sustento distinta de la ganadería.

MPIDO estableció una alianza con el Gobierno del condado de Kajiado y solicitó asistencia técnica al Ministerio de Agricultura de Kenia antes de iniciar el proyecto. Los expertos agrícolas realizaron visitas al terreno en la comunidad y brindaron orientación sobre métodos de riego adecuados, selección de cultivos y prácticas agrícolas sostenibles adaptadas a la región. Los análisis confirmaron que el suelo y las condiciones climáticas eran aptos para cultivar verduras y frutas como col rizada, tomate, calabaza, cebolla, repollo y sandía.

Financiado con una pequeña subvención del Navegador Indígena, el proyecto se implementó con éxito y hoy está en plena producción. Las mujeres cultivan alimentos para el hogar y venden el excedente, logrando estabilidad económica. Esto les permite enviar a sus hijos a la escuela y asegurar su permanencia, sentando las bases para romper el ciclo de pobreza. El cambio se percibe especialmente para las niñas, que antes no eran priorizadas debido a las barreras culturales. Como en la cultura maa las madres deben cubrir las necesidades básicas de las hijas, al mejorar la economía familiar, ahora más niñas pueden ir a la escuela.

Además, las mujeres, que solían cargar con el trabajo doméstico no remunerado (desde cuidar niños y animales enfermos hasta recolectar agua y leña), ahora cuentan con ingresos que les permiten contratar ayuda dentro de la comunidad. Así, disponen de tiempo para sí mismas y para emprender otras actividades productivas. Con los beneficios obtenidos, esperan expandir el proyecto e incluso replicarlo en otras aldeas.

Autodeterminación y defensa de derechos mediante el Navegador Indígena

Desde su creación en 2000, MPIDO ha implementado numerosos proyectos. Sin embargo, la Iniciativa del Navegador Indígena se destaca por dos razones. La primera es que este proceso ofreció a los Pueblos Indígenas la oportunidad de generar su información para su propio beneficio. Los encuestadores fueron seleccionados por las comunidades y capacitados por las organizaciones indígenas. Como señaló Nayiari Oyie, una mujer indígena de Oltepesi: “Me emociona profundamente ver a nuestros propios hijos entrevistándonos, porque ellos pertenecen aquí y realmente entienden nuestros problemas”.

La segunda característica distintiva es que el Navegador Indígena permitió a las comunidades identificar y priorizar sus problemas, apoyándolas con pequeños proyectos que respondieran a esas necesidades. Esto marcó una gran diferencia, ya que muchas veces los datos recopilados no son devueltos, dejando a las comunidades con la sensación de haber sido usadas. Así lo expresa Naboru Enole Kooshoi: “Estamos muy agradecidas, porque durante años nos entrevistaron y, una vez que se iban los encuestadores, nunca más volvíamos a verlos y quedábamos aquí con todos nuestros problemas sin resolver”.

Más allá de los proyectos financiados, la información generada se ha convertido en una herramienta clave de incidencia política, alimentando planes de desarrollo a nivel local. Los datos del Navegador Indígena ya han sido incorporados en los Planes de Desarrollo Integrado del condado, lo que asegura que algunas de las brechas identificadas sean atendidas mediante presupuestos oficiales. De esta manera, las comunidades cuentan con información que les permite exigir rendición de cuentas a las autoridades locales y del gobierno nacional.

En resumen, la Iniciativa del Navegador Indígena empodera a las comunidades indígenas para recolectar y utilizar sus propios datos sobre temas cruciales para sus derechos y su desarrollo autónomo. La información generada a nivel comunitario es vital para tomar decisiones adecuadas, elaborar políticas, fortalecer la participación social y orientar estrategias de gobernanza y desarrollo determinadas por los propios Pueblos Indígenas.

Samante Anne es una mujer indígena de la comunidad maasai del sur de Kenia. Actualmente, se desempeña como Jefa de Programas, Estrategia y Alianzas en la Mainyoito Pastoralists Integrated Development Organization (MPIDO). Además, es la Coordinadora Nacional del Comité Directivo Nacional de Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático.

Foto de portada: James Ntagusa

Etiquetas: Debates Indígenas

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