El Mundo Indígena 2020: Eritrea
Eritrea posee un amplio litoral bañado por el mar Rojo en el Cuerno de África. Surgió como un invento colonial de Italia en el siglo XIX, superpuesto sobre las poblaciones indígenas existentes. La población actual de Eritrea comprende entre 4.4 y 5.9 millones de habitantes.1 Existen al menos cuatro pueblos indígenas: los Afar (entre 4% y 12% de la población total), los Kunama (2%), los Saho (4%) y los Nara (>1%).2 Estos grupos han habitado sus territorios tradicionales durante aproximadamente dos mil años.
Se diferencian de los dos grupos étnicos predominantes en su idioma (cuatro lenguas distintas), religión (el islam), economía (agricultura y pastoralismo nómada), sistema de derecho (consuetudinario), cultura y estilo de vida. Los cuatro grupos indígenas sufren marginación y persecución.3
De conformidad con una resolución de las Naciones Unidas de 1950 instado a crear una federación entre Etiopía y la colonia de Eritrea, que Reino Unido había quitado a Italia, en 1952 se estableció dicha federación. Las tensiones surgieron de inmediato cuando Etiopía comenzó a inmiscuirse en los tribunales y el ejecutivo de Eritrea. Estalló una lucha armada de liberación nacional en la década de 1960 cuando Etiopía abolió las lenguas oficiales de Eritrea, impuso el idioma nacional de Etiopía, el amhárico, anuló la federación y se anexionó Eritrea. La consiguiente lucha por la independencia duró 30 años, hasta alcanzar la victoria en 1991 cuando el régimen actual tomó la capital y se instaló en el poder. Después de un referéndum en 1993, Eritrea se separó de Etiopía y formó un nuevo Estado.
El nacionalismo eritreo emana de las dos grandes mayorías étnicas (las cuales representan en total el 80% de la población) que controlan el poder y los recursos naturales. Dicho nacionalismo se fundamenta en la represión de las identidades subestatales, percibidas por la élite como una amenaza para el proceso de construcción de la nación. En particular, los pueblos indígenas se han visto duramente presionados debido a la política del Gobierno de erradicar otras identidades regionales y religiosas. El régimen se dedica a expropiar tierras indígenas sin compensación alguna y ha expulsado parcialmente a los pueblos indígenas de sus territorios tradicionales por medio de la violencia.
La existencia de los pueblos indígenas como comunidades íntegras se enfrenta a la amenaza de políticas gubernamentales que tienen el objetivo de destruir las culturas, economías y posesiones territoriales de los pueblos indígenas, y en algunos casos, también su estilo de vida nómada y pastoral. Eritrea es parte de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (CERD), la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención sobre los Derechos del Niño (CRC) pero no ha ratificado el Convenio 169 de la OIT ni la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI). Se han presentado denuncias en su contra ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión de las Naciones Unidas de Investigación sobre los Derechos Humanos en Eritrea y la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea (todos corroboran las alegaciones) y la Relatora Especial de los derechos de los pueblos indígenas. Las denuncias presentan alegaciones de asesinatos en masa, limpieza étnica, desplazamiento de los pueblos indígenas de sus territorios tradicionales y la destrucción deliberada de la economía indígena.
Un país al borde del abismo
l 8 de junio de 2016, la Comisión de las Naciones Unidas de Investigación sobre los Derechos Humanos en Eritrea confirmó evidencias fundamentadas de que funcionarios eritreos habían cometido crímenes de lesa humanidad de manera generalizada y sistemática durante los últimos 27 años. La Comisión de Investigación aportó pruebas detalladas de delitos específicos de esclavitud, encarcelamientos, desapariciones forzadas, torturas, represalias y otros actos inhumanos, persecuciones, violaciones y asesinatos.4
En particular, la Comisión de Investigación constató que estos delitos se habían cometido contra dos de los cuatro pueblos indígenas de Eritrea, los Afar y los Kunama. Según sus averiguaciones, Eritrea había perseguido a estos grupos5 y, por consiguiente, la Comisión de Investigación recomendó que las Naciones Unidas y otros organismos inicien acciones de protección para salvaguardar a los dos grupos indígenas.6 Las medidas recomendadas incluyen señalar los delitos y las violaciones de derechos humanos de Eritrea a la atención de los procedimientos especiales pertinentes,7 determinando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que la situación de Eritrea constituye una amenaza para la paz y la seguridad internacionales;8 y, en consecuencia, asegurar que el Consejo de Seguridad remita la situación en Eritrea al Fiscal de la Corte Penal Internacional.9
La situación continúa igual
El 23 de junio de 2017, en respuesta a una petición del Consejo de Derechos Humanos (CDH), la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea (RE-Eritrea) investigó e informó sobre el progreso realizado por Eritrea para abordar las preocupaciones señaladas por la Comisión de Investigación.10 Las conclusiones generales de la RE-Eritrea fueron duras: “La situación de los derechos humanos en Eritrea no ha mejorado significativamente.”11 Estas conclusiones fueron confirmadas en un comunicado de prensa de la RE-Eritrea, Sheila Keetharuth, el 24 de octubre de 2018 y corroboradas de nuevo en otro comunicado de prensa el 21 de junio de 2019 por la recién nombrada RE-Eritrea, Daniela Kravetz, quien manifestó que “la situación de derechos humanos en Eritrea se mantiene sin cambios”.12
Delitos contra los pueblos indígenas
Los delitos de Eritrea contra los pueblos indígenas son especialmente preocupantes. En 2013, la RE-Eritrea informó que Eritrea había emprendido una campaña para forzar la salida del pueblo indígena Afar de su territorio tradicional y para destruir sus medios tradicionales de subsistencia y sustento. Los métodos utilizados fueron asesinatos, desapariciones, torturas y violaciones.13 La RE-Eritrea informó que Eritrea también había desplazado a los Kunama de su territorio tradicional y colonizado su tierra con otras personas procedentes de otras regiones de Eritrea, nuevamente utilizando “asesinatos, muertes en detención, reclusiones arbitrarias y detenciones”.14 Eritrea había convertido toda la tierra en propiedad del Estado, socabando así “el sistema tradicional de tenencia de la tierra de los Kumana, basado en el clan”.15 El Primer Informe de la Comisión de Investigación en 2015 confirmó estas conclusiones.16 La Comisión de Investigación concluyó que los actos del Gobierno “se pueden interpretar como un intento deliberado de desposeerles [a los Kunama y Afar] de sus tierras, sus medios de vida y sus culturas ancestrales”.17
En junio de 2018, la RE-Eritrea constató que los crímenes de Eritrea continuaban: “El problema sigue vigente hasta el día de hoy, pues se siguen cometiendo los crímenes.”18 Para clarificar la situación de limpieza étnica, la RE-Eritrea comunicó el 23 de octubre de 2018 que: “Los Afar han sido expulsados, sin compensación alguna, de la región portuaria de Assab.”19
Mina Bisha
Un aspecto de las confiscaciones de tierra de Eritrea se refiere a Bisha, un gran proyecto minero que produce oro, cobre y cinc. La mina está ubicada a 150 km al oeste de la capital, Asmara, en el corazón del territorio tradicional Kunama. Es “propiedad” conjunta de una compañía canadiense, Nevsun, organismos del Gobierno de Eritrea y el ejército. Los beneficios de la mina representan una proporción significativa de los ingresos gubernamentales de la reducida y muy endeudada economía de Eritrea. En 2019, Nevsun vendió su participación en la mina a Zijin, una empresa china, por 1.410 millones $USD.
En noviembre de 2014, refugiados eritreos y otras 1.000 personas presentaron una notificación de demanda civil en el Tribunal Supremo de British Columbia alegando la complicidad de Nevsun junto al ejército y organismos gubernamentales eritreos en la construcción de la mina utilizando trabajos forzados (esclavos) (cuatro de los demandantes había sido antiguos esclavos en la mina). La demanda alega que aquellas personas obligadas a trabajar en la mina eran sometidas a constantes amenazas de castigo físico, encarcelamiento, esclavitud, tortura, trato inhumano o degradante y crímenes de lesa humanidad. Nevsun presentó mociones preliminares para la desestimación el caso en base a inmunidad de jurisdicción y no reconocimiento de responsabilidad por daños causados por violaciones del derecho internacional consuetudinario. Estas mociones fracasaron en los tribunales de British Columbia. El 23 de enero de 2019, el Tribunal Supremo de Canadá celebró una vista de apelación contra la decisión del Tribunal de Apelación de British Columbia.20 En el momento de escribir este artículo, el Tribunal Supremo no se ha pronunciado aún.
Si el Tribunal Supremo da vía libre para que se proceda a enjuiciar el caso, se habrá abierto una senda muy importante para la rendición de cuentas de empresas por inaceptables e inhumanas actividades en jurisdicciones extranjeras. Las poblaciones indígenas de todo el mundo han planteado denuncias sobre actividades extractivas empresariales en sus territorios tradicionales, particularmente cuando empresas de minería, petróleo, gas y forestales se asocian con organismos gubernamentales. La decisión del Tribunal Supremo tendrá significativos efectos en estas disputas.
Cambio climático / sequía prolongada
La crisis en materia de derechos humanos no es la única causa que está provocando la emigración eritrea: el cambio climático y los fenómenos asociados están también contribuyendo. En 2007, el Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estimó que el Cuerno de África sería una de las regiones del mundo más negativamente afectadas por el cambio climático.21 Esta previsión es ahora una realidad. La región se ha visto asolada por sequias prolongadas, desertificación, inundaciones repentinas y degradación de la tierra en 2010-11, y de nuevo en 2016-17. En 2019, UNICEF confirmó que partes de Eritrea habían registrado el total acumulado de precipitaciones más bajo desde 1981, provocando que la inseguridad alimentaria alcanzara proporciones de emergencia.22 Poblaciones que dependen de actividades agrícolas y pastoralistas, incluyendo los pueblos indígenas de Eritrea, vieron sus medios de vida y seguridad alimentaria gravemente en peligro.23 El calentamiento global es probable que intensifique estas presiones sobre poblaciones indígenas a lo largo del Cuerno de África. El noreste de África es también escenario de significativas disputas interétnicas y entre indígenas. La más prolongada es el violento conflicto de siglos de duración entre los Afar y los Issa, un pueblo indígena del norte de Somalia, también predominante en la población de Yibuti y presente en el norte de Etiopía.24 Este conflicto está profundamente incrustado y continúa, sobrecargado por décadas de ataques y atrocidades por ambas partes que se han cobrado muchos miles de vidas indígenas. Una causa principal de los enfrentamientos es la competencia por los recursos y la tierra, ya que las comunidades pastoralistas se mueven de norte a sur.25 Es probable que este, y otros conflictos similares entre indígenas e interétnicos en la región, se vean exacerbados por los efectos del calentamiento global y la sequía. Estos fenómenos meteorológicos adversos hacen escasear los recursos, la competencia por ellos se vuelve más feroz y los esfuerzos para lograr la paz mucho más difíciles.
Acercamiento Eritrea-Etiopía
El 9 de julio de 2018, Etiopía y Eritrea firmaron una Declaración conjunta de paz y amistad sentando las bases para que los dos países “forjen una colaboración estrecha en materia política, económica, social, cultural y de seguridad.”26 Este acontecimiento puso fin a un tenso punto muerto de movilización bélica que había caracterizado sus relaciones durante una generación. El deshielo entre Eritrea y Etiopía ha producido “paz pero no cambio” en lo que se refiere a la situación de derechos humanos dentro de Eritrea y su impacto en poblaciones indígenas atrapadas dentro del país.27 La frontera se abrió durante un breve período de tiempo, con el consiguiente aumento del número de eritreos llegados a Etiopía en busca de asilo. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados comunicó que, entre el 12 de septiembre y el 12 de octubre de 2018, se había registrado un total de 9.905 refugiados eritreos en Etiopía.28 Desde abril de 2019, la frontera ha cerrado una vez más, indefinidamente.
En 2019 y principios de 2020 se realizaron proyectos de construcción de carreteras cruzando tierras Afar y Kunama, con financiación de China y el Fondo Europeo. Algunos de estos trabajos están diseñados para posibilitar las conexiones entre Etiopía y Eritrea. La Fundación para la defensa de los Derechos Humanos de los Eritreos (Foundation for Human Rights for Eritreans), con base en Holanda, denunció que el proyecto de financiación europea estaba utilizando mano de obra del servicio nacional obligatorio (es decir, esclavos); el New York Times también informó de este mismo asunto.29
El futuro
La situación de los pueblos indígenas dentro de Eritrea es desalentadora. El país nunca ha celebrado elecciones nacionales libres; carece de legislatura en funcionamiento; está controlado por un pequeño grupo de hombres vinculados al presidente; solo operan medios de comunicación gubernamentales; no hay libertad de expresión ni espacio político; no hay garantías ni estructuras institucionales para proteger los derechos indígenas ni a los pueblos indígenas. “Se recopilan datos sobre las actividades de las personas, sus supuestas intenciones y hasta sus hipotéticas opiniones, y se emplean estos datos para gobernar por medio del terror… de forma arbitraria y rutinaria los individuos son arrestados y detenidos, torturados, hechos des-
aparecer o ejecutados extrajudicialmente.”30 Las personas indígenas son vistas con sospecha por el régimen y perseguidas hasta tal punto que importantes organismos de las Naciones Unidas han pedido que los autores rindan cuentas por crímenes de lesa humanidad.
Es necesario que organismos e instituciones internacionales sigan trabajando en pro de la justicia, la seguridad y la paz de los pueblos indígenas de Eritrea, como ya han hecho hasta ahora el Consejo de Derechos Humanos y algunos de sus titulares de mandatos. Sería conveniente, también, que estas partes recuerden a Etiopía que no puede simplemente lucrarse del botín de los crímenes de lesa humanidad de Eritrea, incluyendo las tierras y aguas en torno al puerto de Assab que constituyen el territorio tradicional del pueblo indígena Afar, sin que sus propios funcionarios se conviertan también en partícipes o cómplices de esos crímenes.31 Asimismo, sería oportuno que instituciones internacionales le sugirieran a Etiopía que le convendría aprovechar su nuevo acceso, poder e influencia en Eritrea para tratar de poner fin a los continuos crímenes de lesa humanidad que se están cometiendo allí. Etiopía está bien posicionada para convencer al régimen de Eritrea de la sabia y justa decisión de trabajar juntos para garantizar la inclusión de los pueblos indígenas en el proceso de discusión y planificación de la remodelación del puerto de Assab y otros proyectos que prevén el uso de tierras y recursos indígenas. Como mínimo, ambos países tienen la obligación de realizar consultas. Eritrea, además, tiene obligaciones legales de reparación por violaciones de derechos humanos y crímenes contra pueblos indígenas cometidos en el pasado. Se debe convencer a Etiopía de insistir en comenzar este proceso antes de sellar ningún acuerdo para utilizar tierras indígenas.
La nueva propiedad china de la mina Bisha en territorios indígenas y la involucración de entidades de construcción chinas en actividades de construcción de carreteras sobre tierras tradicionales indígenas es improbable que mejore la situación de derechos humanos de los pueblos indígenas dentro de Eritrea. Era de esperar que instituciones europeas, en especial el Fondo Europeo, se rigieran por un estándar superior y garantizaran la visibilidad de sus actos. Es decepcionante, por decir lo menos, que se haya descubierto que el Fondo está acusado de participar en proyectos con mano de obra esclava.
El mejor ejemplo a seguir es que las democracias e instituciones internacionales demuestren sus compromisos en materia de derechos humanos mediante sus acciones. Con su conducta, estarán en una posición de respeto y reputación óptimos para ser firmes con Eritrea y Etiopía. Esta senda correcta preparará a la comunidad de naciones civilizadas a actuar cuándo llegue el día de rendición de cuentas de Eritrea. Es probable que no esté lejano. Esperamos que esto alivie a los perseguidos pueblos indígenas de Eritrea.
Este artículo es parte de la 34ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación está hecha en la amazonía peruana, dentro del territorio Wampi, fotografiada por Pablo Lasansky y que es la portada del Mundo Indígena 2023 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2020 completo aquí
Notas y referencias
- 39 millones es la estimación del Banco Mundial, véase Perfil de país del Banco Mundial: Eritrea, http://databank.worldbank.org/data/Views/Reports/ ReportWidgetCustom.aspx?Report_Name=CountryProfile&Id=b450fd57&t- bar=y&dd=y&inf=n&zm=n&country=ERI; 5.9 millones es la estimación de la CIA, véase CIA, World Factbook, https://www.cia.gov/library/publications/the- world-factbook/geos/er.html
- Las cifras son algo contenciosas. La disputa no se puede resolver con cifras fidedignas, pues ni el Estado eritreo ni otra parte ha realizado conteo ni censo. Según el World Factbook de la CIA, los Afar representan un 2 % pero esta cifra es poco probable, pues la ONU ha documentado la presencia de unos 20.000 refugiados Afar en dos campamentos de refugiados en el país vecino de Etiopía, además de una mayor cantidad de personas indocumentadas que buscan asilo político dentro del territorio etíope; dicha población probablemente sería ya equivalente al 2 % de la población de Eritrea. La cifra de los Saho es la que indica Abdulkader Saleh Mohammad, The Saho of Eritrea: Ethnic Identity and National Consciousness (Berlin: Lit Verlag, 2013).
- “Eritrea: Constitutional, Legislative and Administrative Provisions Concerning Pueblos indígenas” (una publicación conjunta de la Organización Internacional del Trabajo, la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Centro de Derechos Humanos, Universidad de Pretoria, 2009, páginas 5-7. https://www.refworld.org/docid/4d4aa7942.html
- Segundo informe de la Comisión de las Naciones Unidas de investigación sobre los derechos humanos en Eritrea, A/HRC/32/47, 8 de junio de 2016, párrafo 60. Consultado 27 febrero 2020: https://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/ HRCouncil/CoIEritrea/A_HRC_32_CRP.1_read-only.pdf
- Ibid. Párrafos 87-88, 124, 129(b).
- Párrafo 124 (La Comisión de Investigación se refiere a los Afar y Kunama como “grupos étnicos”.)
- Párrafo 129(b).
- Párrafo 132(a).
- Párrafo 132(b).
- Párrafo 34. En 2016, 21.253 refugiados eritreos llegaron a Europa (el 6 % del total de refugiados). Es el quinto mayor grupo de refugiados llegados. Conviene destacar que entre los principales países emisores de refugiados, Eritrea es el único que no está inmerso en un conflicto violento, un hecho que corrobora la conclusión de que son las violaciones de derechos humanos del país lo que está impulsando la salida de sus habitantes.
- Informe de la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea, A/HRC/35/39, 23 de junio de 2017, párrafo 54, http://aohchr.org/docu-i ments/dpage_e.aspx?si=A/HRC/35/39
- https://www.ohchr.org/en/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24721&LangID=E
- Informe de la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea, A/HRC/23/53, 28 de mayo de 2013, párrafo 77, https://undocs.org/ pdf?symbol=es/A/HRC/23/53
- Ibid, Párrafos 80-82.
- Ibid, Párrafo
- “…el pueblo Afar ha sido sometido a asesinatos extrajudiciales y desapariciones forzadas por el Gobierno de Eritrea desde el año 2000. Estos asesinatos han desencadenado su desplazamiento de sus tierras dentro del país a través de las fronteras con Etiopía y Yibuti. Esto ha supuesto gran dificultad para sus medios de vida ya que dependen de sus tierras tradicionales para su sustento como un grupo étnico indígena.” Report of the detailed findings of the Commission of Inquiry on Human Rights in Eritrea, A/HRC/29/CRP.1, 5 junio de 2015, párrafo 1121. Véase también párrafo1171, http://www.ohchr.org/EN/HRBodies/ HRC/CoIEritrea/Pages/ReportCoIEritrea.aspx.
- Párrafo 1171.
- Informe de la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en Eritrea, Sheila Keetharuth, párrafos 90-93, 25 de junio de 2018, A/HRC/38/50. Consultado 27 febrero 2020: https://undocs.org/es/A/HRC/38/50
- Publicación Facebook, Daniel G Mikael, en 47:30: https://www.facebook.com/g.mikael/videos/10218033215124582/
- Araya Nevsun Resources, 2017 BCCA 417; Nevsun Resources v. Gize Yebeyo Araya, SCC File no. 37919.
- IPCC, Fourth Assessment Report (IPCC, 2007, 2.1, 9.4.4, 9.6.1).
- UNICEF, Horn of Africa Drought Situation as of May 31, 2019. Online: https://re-h int/report/ethiopia/unicef-horn-africa-drought-situation-may-31-2019.
- UNHCR, Climate Change, Vulnerability and Human Mobility: Perspectives of Refugees from the East and Horn of Africa, página 12. Online: https://www.un-n org/protection/environment/4fe8538d9/climate-change-vulnerability-hu- man-mobility-perspectives-refugees-east.html.
- Olson, James S. (1996). THE PEOPLE OF AFRICA: An Ethnohistorical Dictionary. London: Greenwood, página 244. Online: https://books.google.ca/books?id=M-i daAdBC-_S4C&pg=PA244&dq=issa+people+are+considered+a+subgroup+o- f+Dir.&redir_esc=y&hl=en#v=onepage&q=issa%20people%20are%20conside- red%20a%20subgroup%20of%20Dir.&f=false
- Muauz Gidey Alemu, Anatomy of Issa-Afar Violence. (2017). Journal of Developing Societies 33(3):1, página 4. Online: https://www.researchgate.net/publica-l tion/319206862_Anatomy_of_Issa-Afar_Violence.
- Eritrea, Ministry of Information, Joint Declaration of Peace and Friendship between Eritrea and Ethiopia. Online: http://www.shabait.com/news/local- news/26639-joint-declaration-of-peace-and-friendship-between-eritrea-and- ethiopia
- Tanja Muller, The Ethiopia-Eritrean Rapproachment After Year One: Cycles of Hope and Despair in Eritrea (2019) Observatoire de l’Africa de l’Est.
- Ibid
- “Europe accused of financing Eritrean project based on ‘forced labour”. The Guardian, 2 abril 2019: https://www.theguardian.com/global-develop-e ment/2019/apr/02/europe-accused-financing-eritrea-project-based-on-for- ced-labour; Matina Stevis-Gridneff, How Forced Labor in Eritrea is Linked to E.U.-Funded Projects, New York Times, 8 de enero de 2020.
- Report of the detailed findings of the Commission of Inquiry on Human Rights in Eritrea, A/HRC/29/CRP.1, 5 de junio de 2015, página 1, http://www.ohchr.org/EN/ HRBodies/HRC/CoIEritrea/Pages/ReportCoIEritrea.aspx
- El capítulo sobre Eritrea en El Mundo Indígena 2019 explica en más detalle el procesamiento de funcionarios etíopes por utilizar o tomar para Etiopía territorios tradicionales Afar en torno al puerto de Assab. Estas tierras pueden considerarse los frutos de los crímenes de Eritrea contra el pueblo indígena Afar. El capítulo de 2019 muestra como sería un proceso de reconciliación adecuado y formula recomendaciones sobre cómo avanzar en la remodelación del puerto de conformidad con los intereses de todas las partes implicadas.
Joseph Eliot Magnet, F.R.S.C., B.A., LL.B., LL.M., Ph.D. es profesor de Derecho en la Universidad de Ottawa. Ha sido profesor invitado distinguido de la Facultad de Derecho Boalt Hall de la Universidad de California en Berkeley, profesor invitado distinguido de la Universidad de Tel Aviv, profesor invitado de la Universidad de París (Francia), profesor invitado de la Universidad de Haifa ( Israel) y profesor invitado de la Universidad de Europa Central en Budapest. Es asesor legal de gobiernos, Primeras Naciones y asociaciones nacionales de pueblos indígenas de Canadá y del pueblo Afar en el Cuerno de África.
Este artículo es parte de la 34ª edición de El Mundo Índigena. La publicación es un resumen de los principales acontecimientos que los pueblos indígenas han vivido. Descarga El Mundo Indígena 2020 aquí