Quienes se quejan y lamentan por el estado de los centros de salud en los territorios, olvidan que los pueblos indígenas hemos superado epidemias como el sarampión, la viruela y la disentería a través de nuestra medicina ancestral. En las profundidades de la selva, el aislamiento como medida de bioseguridad y las plantas medicinales son las principales herramientas contra el coronavirus. Frente a una civilización occidental que se cae a pedazos, los indígenas contamos con ese gran pensamiento humanista conocido como Sumak Kausai.
A pesar de la alta presencia de población indígena, las instancias estatales de Bolivia no han desarrollado políticas específicas que garanticen su supervivencia frente al coronavirus. Ante la ausencia de información oficial, las organizaciones de derechos humanos advierten que 52 de los 59 Territorios Indígenas Originarios Campesinos se encuentran amenazadas por su cercanía a municipios con contagios. La situación de desamparo y abandono hacen temer un etnocidio.
La Comisión Internacional de Chittagong Hill Tracts está alarmada por los informes de denuncias de violaciones de derechos humanos, especialmente contra los pueblos indígenas de Chittagong Hill Tracts (CHT), durante la actual pandemia de COVID-19. En los últimos meses, a medida que la pandemia se extendió a los tres distritos de las colinas, las fuerzas de seguridad y la policía, así como grupos de vigilancia, han denunciado violaciones generalizadas de los derechos humanos, que incluyen casos de acoso, intimidación, registros arbitrarios de casas, ataques sobre lugares religiosos de culto, secuestros y amenazas contra líderes indígenas, activistas y prisioneros. Si bien la pandemia ha afectado a los pueblos indígenas de varias maneras en términos de escasez de alimentos y acceso a servicios médicos, el hostigamiento y la intimidación por parte de las fuerzas de seguridad y las actividades de estos grupos de vigilantes han seguido agravando la situación.
La pandemia de COVID-19 multiplica la carga y la vulnerabilidad de las mujeres indígenas en Asia
Tailandia, 22 de junio de 2020
La pandemia de COVID-19 ha amenazado a la humanidad y al bienestar a nivel mundial. La gravedad de su impacto en los pueblos indígenas, especialmente las mujeres y niñas indígenas, las personas indígenas con discapacidad y los ancianos son desproporcionados y graves en Asia. Se enfrentan a riesgos de salud agravados, inseguridad alimentaria, pérdida de empleo y medios de vida, aumento de la violencia contra las mujeres indígenas y amenazas a sus vidas debido a la campaña militar y el ataque intensivo contra sus tierras y territorios.
Reevaluar la situación de los pueblos indígenas en un mundo COVID-19
A medida que el mundo ha experimentado el brote y la rápida propagación de la devastadora pandemia de COVID-19 durante el primer trimestre de 2020, IWGIA ha trabajado para monitorear cómo se ha desarrollado la situación y los impactos que la pandemia ha tenido en los pueblos indígenas. Si bien reconoce las numerosas amenazas y los mayores riesgos para los pueblos indígenas, también es importante tener en cuenta que los pueblos indígenas están respondiendo espontáneamente a la pandemia utilizando mecanismos de protección autodeterminados. Los pueblos indígenas saben muy bien que están en riesgo y son altamente vulnerables tanto a las violaciones de los derechos humanos como a las infecciones virales. Durante generaciones han aprendido cómo protegerse para sobrevivir y así convertirse en comunidades fuertes y resilientes.
El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA) es una organización global de derechos humanos dedicada a promover, proteger y defender los derechos de los pueblos indígenas. Conócenos
Mundo Indígena
Nuestro anuario, El Mundo Indígena, ofrece un informe actualizado de la situación de los pueblos indígenas en todo el mundo. Descargar El Mundo Indígena